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En las elecciones regionales del pasado 27 de octubre se dieron varios hechos para el análisis del camino que tiene por delante Colombia Humana, el movimiento que encabeza el hoy senador Gustavo Petro y con el que consiguió más de ocho millones de votos en las pasadas presidenciales. Si bien varios analistas se precipitaron a decir que las derrotas de Hollman Morris, en Bogotá, y Nicolás Petro, en Atlántico —en una auténtica pelea de tigre con burro amarrado—, ponían al movimiento en una verdadera situación de crisis, hay factores que obligan a ver el asunto con una perspectiva diferente.
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Quedó claro, por ejemplo, que el apoyo de Ángela María Robledo, la mujer más visible de Colombia Humana, a la candidatura de Claudia López pudo significar que varios miles de votos, principalmente de mujeres, no apoyaran la candidatura de Hollman Morris. Y lo que es más claro aún: en la capital no se ganaba la Alcaldía sin las mujeres. Ese mensaje ya se ha empezado a asimilar en las filas del movimiento del excandidato presidencial y, más allá de la victoria de López, Robledo salió fortalecida y su nombre tiene mayor proyección nacional.
Por otra parte, Colombia Humana es un movimiento que no cuenta con personería jurídica. Es decir, en las elecciones regionales no tuvo recursos públicos, ni los suficientes, para tener un mayor impacto. En parte, esa fue una de las razones por las que consolidaron una alianza con la Unión Patriótica que en muchos lugares del país les significó un lugar para su logo en los tarjetones y la representación en algunas gobernaciones a través de alianzas.
En ese sentido, no son despreciables los más de 440.00 votos que obtuvo Morris en Bogotá. Tampoco lo son los más de 190.000 que sacó Nicolás Petro Burgos en la contienda por la Gobernación del Atlántico, quien se midió en las urnas con la exministra Elsa Noguera, candidata de la poderosa familia Char, que ganó sin mayor resistencia. En una de las reflexiones poselectorales que hizo el excandidato presidencial Germán Vargas Lleras, Colombia Humana “demostró mantener muy fieles militantes” y señaló que lo de Petro Burgos en Atlántico era “algo impensable hasta ahora”.
Tales conclusiones han puesto a pensar a varios líderes de ese movimiento en un futuro cercano: las presidenciales de 2022. Para el senador Gustavo Bolívar, de la Lista de la Decencia impulsada por Petro en las elecciones a Congreso de 2018, los resultados de las regionales demuestran que los movimientos alternativos y de oposición han empezado a cambiar el mapa político en Colombia. “Ya no tenemos un partido dominante que ganó el plebiscito y las presidenciales, y ese fue un castigo al mal gobierno”, comenta.
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En esa misma línea, han empezado a trabajar en una convergencia de todos los sectores que no hacen parte del gobierno de Duque, que esté por encima de la izquierda y en donde confluyan, además de Colombia Humana, el Polo Democrático, la Alianza Verde, MAIS, Colombia Renaciente y Compromiso Ciudadano por Colombia, movimiento que lidera el exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo. La idea es realizar una consulta popular amplia de donde salga un candidato único a la Presidencia que le dé la pelea al uribismo, con una condición: “Que no le hagan el asco a Petro”.
“Si le siguen haciendo el asco a Petro, vamos mal, porque no pueden ganar sin él y eso ya se ha demostrado. A Petro no lo vamos a echar a un cajón porque alguien lo diga. Lo mejor es una consulta amplia y, si lo derrotan, ahí estaremos trabajando en campaña. Todos los que pierdan trabajarán por el que gane, sea Petro o Fajardo”, explica el senador petrista. La lista preliminar de quienes estarían en esa consulta es grande y de ella hacen parte Gustavo Petro, Sergio Fajardo, Juan Manuel Galán, Iván Cepeda, Camilo Romero, Ángela María Robledo, Roy Barreras, Luis Fernando Velasco, Jorge Robledo, Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera. E incluso el recién electo gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo.
Es decir, desde el petrismo no se descarta que, a pesar de las marcadas diferencias que han mostrado, el exalcalde de Bogotá termine impulsando una candidatura de Fajardo. De lo que no se tiene certeza es si del otro lado están dispuestos, pues el antecedente más reciente de un escenario similar ocurrió en la segunda vuelta presidencial en 2018, cuando Fajardo optó por votar en blanco y no unirse a Petro. “Fajardo puede tener unos ideales neoliberales, pero es un tipo decente y eso nadie lo puede negar. Los ejes transversales de la alianza que proponemos son la paz, la anticorrupción, la defensa del medio ambiente y la educación”, manifiesta Bolívar.
Por su parte, Ángela María Robledo, quien, a juicio de varios expertos, dio un certero golpe a la campaña de Morris al irse con Claudia López, considera que el gran reto de Colombia Humana es la democratización del movimiento y para eso pide la realización de una asamblea general. “Hollman recoge una parte de los votos del movimiento, pero no todos, porque aquí convergen muchos movimientos colectivos y varios votaron en las elecciones pasadas por Claudia o por Galán. Yo apoyé a Claudia como feminista, no como representante de Colombia Humana”, apunta la excongresista.
Robledo también tiene claro que ningún candidato gana solo y por eso ve con buenos ojos que desde ya se pueda gestar “una convergencia y que nos despojemos de tantos egos (…) Yo soy una tejedora y una especialista en sumar desde la diferencia”. La oposición, además, le ha medido el aceite al Gobierno Nacional y desde adentro se considera que el debate de moción de censura en contra de Guillermo Botero y su posterior renuncia al Ministerio de Defensa los fortaleció. “El Gobierno está en una debacle y es preocupantemente débil. Tenemos que articularnos para no repetir lo de hace un año”, concluye.
El siguiente escenario en el que la oposición jugará un papel fundamental será la manifestación nacional convocada para el próximo 21 de noviembre, que tiene como protagonistas a los movimientos estudiantiles y sindicales. “Será una marcha de mucha indignación y queremos que sea pacífica. Duque no puede seguir gobernando de la manera en que lo está haciendo porque el país siente que no tiene orientación. Esperamos que el presidente entienda la marcha”. Muchos no lo quieren, pero en Colombia se vive de elección en elección y las presidenciales de 2022 parecen adelantarse.