El poder político que desde 2004 ha tenido Ramiro Suárez Corzo, exalcalde de Cúcuta ahora condenado por homicidio y parapolítica, no fue suficiente para que Jorge Acevedo, su candidato, llegara a la Alcaldía de Cúcuta. En esta ciudad también hubo sorpresa en la jornada electoral. Desde hace muchos años no estaba en el principal cargo público de la ciudad un político que no perteneciera a la maquinara tradicional.
Jairo Tomás Yañez fue elegido este 27 de octubre como el nuevo alcalde de Cúcuta. Con el 77% de las mesas escrutadas, tenía 84.758 votos. Superó por más de 15.000 votos a Acevedo, a quien veían en la región como el victorioso en la contienda por tener el respaldo de los partidos tradicionales a su favor y ser el candidato de Suárez Corzo.
Yañez hizo campaña de una manera particular y llamativa. Caminó por los barrios de Cúcuta, con megáfono en mano, explicando sus propuestas de campaña. Tiene más de 45 años de experiencia como empresario. Es ingeniero civil de la Universidad Santo Tomás y también ha tenido cargos directivos en gremios como Camacol e Induarcillas. En su campaña política tuvo el respaldo de más de 300 empresarios, según el diario La Opinión, entre ellos el del exalcalde de Bucaramanga y empresario Rodolfo Hernández. Asimismo, Antanas Mockus y Sergio Fajardo le manifestaron su apoyo durante la campaña.
Caso contrario ocurrió con el candidato elegido a la Gobernación de Norte de Santander. Analistas y fuentes regionales daban por sentado que Silvano Serrano sería el ganador por ser el “heredero natural” del actual y suspendido gobernador, William Villamizar, y no se equivocaron. Con el 80% de las mesas escrutadas, le llevaba más de 140.000 votos de ventaja al siguiente candidato en la lista: Juan Carlos García, quien tenía 133.101 votos.
Silvano Serrano estuvo apoyado por la coalición de los partidos Conservador, Liberal, Cambio Radical y La U. Nació en Villa Caro. Es administrador público de la ESAP, especialista en Alta Gerencia y Magíster en Gobierno y Políticas Públicas. Fue contralor departamental en 2016. Sin embargo, sobre él pesan dos investigaciones disciplinarias. Por una de ellas fue llamado el pasado 17 de octubre de 2019 por la Procuraduría por presuntas irregularidades en la modificación de la planta de personal de la Contraloría de Norte de Santander.
Durante su campaña se comprometió a apoyar la implementación del acuerdo de paz en el departamento, así como aumentar el número de empleos. Pero, por otro lado, sus propuestas no estuvieron enfocadas a la atención de la población migrante desde Venezuela. Su reto será administrar la región del Catatumbo, una de las más afectadas por el conflicto y donde la violencia se ha intensificado por cuenta del narcotráfico y la presencia del ELN, el EPL, Los Rastrojos y las disidencias de las Farc.
Votaciones tranquilas
En este departamento estaban habilitados para votar 1’233.800 ciudadanos, en 6.617 mesas de votación repartidas en los 40 municipios del departamento. En Cúcuta estuvieron habilitados 593.298 habitantes.Según la Misión de Observación Electoral, los municipios de Cúcuta, Convención, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Teorama y Tibú estaban entre los municipios con riesgo extremo por violencia y fraude electoral.
Durante la campaña ocurrieron hechos de violencia política como el asesinato del aspirante a la Alcaldía de Tibú, Bernardo Betancur, el 15 de septiembre. O los atentados en contra del candidato por el Partido Verde a la Alcaldía de Convención, Alexander Botello. Primero, fue retenido por hombres que se identificaron como disidentes del Frente 33 de las Farc y en menos de cinco días, en su casa, hombres armados le dispararon en varias ocasiones. De ambos salió ileso.
Sin embargo, no se presentaron amenazas, ataques o hechos de desorden público el día de las elecciones en este departamento.