Lo que revelan las cifras de los perdedores en Bogotá

Carlos Fernando Galán, gracias a su discurso de independiente, logró más de un millón de votos y estuvo cerca de la nueva alcaldesa. Por su parte, los votos que logró Hollman Morris, son la muestra del verdadero capital político de Gustavo Petro en Bogotá. Finalmente, Miguel Uribe es la evidencia de cómo las maquinarias siguen perdiendo poder en la capital.

Redacción Bogotá
28 de octubre de 2019 - 04:14 a. m.
Carlos Fernando Galán, Miguel Uribe Turbay, Hollman Morris.  / El Espectador
Carlos Fernando Galán, Miguel Uribe Turbay, Hollman Morris. / El Espectador

El Galán que no conquistó Bogotá

Carlos Fernando Galán compitió por la Alcaldía de Bogotá desmarcándose de las estructuras de poder que lo acompañaron durante toda su carrera política. Por un lado, se desligó de Cambio Radical, colectividad en la que estuvo durante más de 10 años. Por otro, descartó desde el principio una alianza con Miguel Uribe Turbay, candidato que encarnaba la continuidad de Peñalosa, a pesar de que hace cuatro años fue uno de los principales impulsos de su candidatura.

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De esta forma, Galán se presentó como un candidato independiente e incluso se lanzó con 170.000 firmas, pero, contrario a Uribe Turbay, no recibió el apoyo de ningún partido tradicional. Por lo menos, no de forma directa. Así y todo, obtuvo más de un millón de votos. El combustible de su candidatura fue, además de su independencia, la idea de unir sectores irreconciliables en la ciudad durante la administración Peñalosa y dejar atrás la polarización que se generó en las últimas administraciones.

Su campaña también se caracterizó por intentar desmarcarse de las ideas de Peñalosa, pero terminó avalando los grandes proyectos de la administración como el metro elevado, la construcción de las troncales de Transmilenio pendientes, la intervención a la reserva Van der Hammen, y la restricción del consumo de drogas en espacio público. En cierto modo, a Galán también se le reconoció como la figura que reviviría el nuevo liberalismo que construyó su padre, Luis Carlos Galán, y pese a lo que señalaron las últimas encuestas, nada de esto le alcanzó y quedó segundo, a 86.000 votos de la nueva alcaldesa.

Otro fracaso de las maquinarias

Ni el apoyo del Centro Democrático y los partidos tradicionales (Conservador y Liberal), ni el soporte de más de mil pastores e iglesias cristianas y evangélicas, ni las 400.000 firmas que recogió para avalar su candidatura, ni la leyenda que rezaba que ningún Turbay había perdido una elección salvaron a Miguel Uribe Turbay de su derrota.

Al final, tras obtener 426.000 votos, terminó último en una elección a la que llegó como el único que garantizaba la continuidad de las ideas y los proyectos de Enrique Peñalosa, lo que quizá le pasó factura al ser este uno de los alcaldes más impopulares de la historia reciente de la ciudad.

Uribe Turbay terminó último en las elecciones, al igual que Francisco Santos hace cuatro años. Con esto, el termómetro del poder del Centro Democrático en la ciudad queda frío, pues el partido lleva tres elecciones consecutivas quedando como gran perdedor.

A pesar de mostrarse siempre como una persona frentera y que no temía dar su posición sobre un tema, también le pudo haber jugado en contra el tono fuerte que tuvo hacia los demás candidatos. Sin embargo, en su discurso mostró un tono conciliador y le deseó buena suerte a la nueva alcaldesa. “Me siento feliz por compartir una causa invito y felicito a Claudia López para que le vaya muy bien a la ciudad. Que asuma la responsabilidad de continuar con lo que hicimos; uno gana con un sector pero gobierna para todos”, dijo.

El verdadero caudal del petrismo

Hollman Morris tuvo como reto asumir las banderas de Gustavo Petro, quien no salió bien parado de su alcaldía, que culminó en 2015. Al final, sus 440.591 votos sirvieron para medir el verdadero respaldo político del petrismo en la capital. Su candidatura no fue apoyada por varias figuras de la Colombia Humana, en su mayoría las que representan el feminismo, debido a las denuncias que recibió el candidato por parte de su exesposa, lo que, en últimas, significó que llegaba a la carrera electoral con el único apoyo fuerte de Petro.

Su derrota también puede leerse desde su insistencia con llegar a la alcaldía a retomar las ideas de la Bogotá Humana, lo que implicaba, por ejemplo, empezar de nuevo con la idea de un metro subterráneo, a pesar de que la administración Peñalosa dejará un metro adjudicado y con un contrato en marcha.

Fue su bandera de campaña y, pese a que reconoció la victoria de López, se declaró en independencia y dejó ver que seguirá su lucha por el proyecto férreo bajo tierra. “Tengo que reconocer la victoria valiente de una mujer como alcaldesa de Bogotá. Pero también tenemos que decir que esa victoria puede haber sepultado la oportunidad de la mejor movilidad que merece. Al próximo gobierno le decimos que nos declaramos independientes y en una clara oposición a la corrupción y al metro elevado de la ciudad”, dijo durante su discurso.

Por Redacción Bogotá

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