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El sector alternativo en Medellín está atomizado, algunos buscan alianzas. ¿Cómo ve ese panorama frente a las dos candidaturas que, por el momento, se ven más fuertes?
Nosotros estuvimos trabajando más de 10 meses, después de la consulta anticorrupción había una idea de ir a una consulta con las fuerzas alternativas de la ciudad, para buscar una candidatura única, el Polo Democrático promovió eso. Pero algunos dijeron de entrada que no entrarían ahí, como Juan David Valderrama. El sector de Fajardo también se bajó y Daniel Quintero también. Eso es importante mencionarlo porque para nosotros es importante que cualquier unión se dé alrededor de acuerdos programáticos, apuestas éticas y de principios comunes.
¿Y eso quedó ahí?
Luego intentamos hacer algo desde los sectores de izquierda. Desde el Polo trabajamos en espacio para juntar a la Unión Patriótica, al MAIS, a la Colombia Humana. De ahí salieron las listas de coalición al concejos, asamblea y JAL, pero no se pudo concretar a la alcaldía. En estos últimos meses, frente al escenario público, no hemos rechazado los diálogos, hemos estado conversando, pero hemos tenido claridades frente a los candidatos. Daniel Quintero me ha dicho en privado que tenemos que conversar, ya no lo hace mucho. Yo le he insistido que tiene que hablar con el Polo porque esto es un acuerdo programático y tiene que aclarar dudas sobre su relación con la política tradicional en la ciudad. Uno no puede ser candidato de las maquinarias y ser alternativo.
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¿Pero qué hacer frente a los que hoy tienen opción de poder?
Van punteando, pero no. Es decir, tienen una ventaja en las encuestas, pero frente al grueso de la ciudadanía lo cierto es que ninguno pudo convencer. A estas alturas del partido, estar con el 24 %, 22 %, 19 %, con todo ese despliegue publicitario que han tenido, no es nada. La posibilidad de influenciar a la gente a través del mercadeo político se les está agotando porque no logran moverse mucho de esos porcentajes. Todavía hay un margen de trabajo importante.
¿Cree que esa distancia de Quintero de estos sectores alternativos y de izquierda tiene que ver con la necesidad de desmarcarse porque lo han tildado como el candidato de Gustavo Petro?
Puede ser que no tenga el interés de que lo ubiquen en la izquierda. Esa es una intención legítima, pero no concuerda con la visión de nosotros porque somo un partido de izquierda y no tenemos vergüenza de decir que representamos una identidad ideológica. No la hacemos para ganar puestos ni renombre personal, sino para buscar que el país camine por una buena senda. Si a Quintero no le sirve el tema, es su decisión. Aunque le va a quedar difícil desmarcarse del tema de Petro porque lo han logrado consolidar bastante los sectores que lo están utilizando como una bandera. Uno no puede ser vergonzante con su historia política.
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¿Qué tan cerca está del otro intento de acuerdo que ha estado explorando entre Beatriz Rave y Juan David Valderrama?
Con ellos hemos conversado, hay una relación más amable, pero es difícil pensar en el tema de coaliciones por varios asuntos. Lo primero es que hoy no tendría un efecto significativo. Lo segundo, es que debe ser una alianza con la Alianza Verde y ahí hay una complejidad porque el verde tiene candidato a la gobernación, que se llama Aníbal Gaviria, y nosotros tenemos a Felipe Palau. No es algo que le brinde garantías al Polo y tampoco se ha pensado sobre un acuerdo programático, sino con una suerte de mecanismo para buscar una tercería sin una discusión de fondo. Igual no tenemos puertas cerradas, pero se ha dejado todo para muy tarde.
Ha habido polémica por la publicidad del candidato Santiago Gómez. Incluso, hay una indagación de la Procuraduría al alcalde Federico Gutiérrez por presunta participación e política. ¿Qué opina?
Hemos denunciado públicamente, desde siempre, en los comités de garantías electorales el favorecimiento que ha tenido la candidatura de Santiago Gómez. Se ha utilizado la imagen del alcalde con el visto bueno del alcalde, porque es no puede ser de otra forma, los secretarios están renunciando para irse a esa campaña. Todo lo que ha pasado alrededor de esa campaña lo sabe el alcalde.
En un punteo entre Alfredo Ramos y Quintero. ¿El voto se podría decidir por usar el voto útil y votar por el que consideren, como se dicen, menos peor"?
Ninguna posibilidad. No el Polo, sino la gente, porque nosotros no tenemos el voto amarrado. De pronto sale a flote el voto antiuribista, con la idea de que no gane el uribismo en Medellín, habrá quienes hagan eso, pero para nosotros, más allá de eso, debe haber una apuesta política. Con Daniel, si no se aclara su relación con la política tradicional en virtud de su historia, no le vamos a apostar. Y no le vamos a apostar a la política tradicional por derrotar al uribismo.