Desde este miércoles y durante diez días, Ginebra será la capital del cine gay y lésbico con la celebración de un festival que, bajo el nombre de 'Everybody is perfect' (Todo el mundo es perfecto), proyectará setenta filmes al gran público.
No es la primera vez que la ciudad helvética acoge un festival de este tipo; el pionero se celebró en 1978, una época en la que, según recuerda su organizador, Pierre Biner, al diario 'Tribune de Genève' no dejaba a nadie indiferente".
Ahora, en cambio, "ya no sorprende a casi -matiza- nadie", y este efecto también se ha dejado ver en la diferencia entre la escasa decena de películas que entonces se proyectaron y las setenta seleccionadas para esta ocasión.
'Harvey Milk', la producción de Gus Van Sant que plasma la odisea del primer concejal homosexual del ayuntamiento de San Francisco -interpretado por Sean Penn- a finales de los 70, será la encargada esta tarde de abrir el telón del festival.
Los filmes cubrirán un periodo de producción cinematográfica gay y transexual de 90 años, desde el estreno de la alemana 'Ander als die Andern' en 1919 hasta la reciente cinta suiza 'Duel', de Edgar d'Alberto Rezende.
Además de películas de ficción, también se proyectarán documentales y se celebrarán debates, una puesta en escena que, según los organizadores del evento, pretende ser "selectiva" pero también llegar "al gran público".
Entre los documentales, destaca 'The Celluloid Closet', sobre la homosexualidad en Hollywood, y 'Fish Can't Fly', que analiza la manera en la que la religión "pretende curar a los homosexuales", apunta la organización.
Sin abandonar la temática, producciones de India, Guinea, Suecia o China también ahondarán en el rol histórico de la homosexualidad en los derechos humanos, la religión, la familia, el sida o la igualdad de género.
Asimismo, más de dieciséis realizadores y diferentes expertos estarán presentes para debatir temas de candente actualidad, como la paternidad entre homosexuales, la transexualidad o el conflicto de géneros.