La magia wayúu llega a la gran pantalla

El documental muestra una Colombia diversa pese a la avalancha del desarrollo de las telecomunicaciones y la cultura desechable.

Agencia EFE
27 de junio de 2013 - 05:02 p. m.
La magia wayúu llega a la gran pantalla

El universo mágico de las enseñanzas indígenas wayúu llega a la gran pantalla con el documental "La eterna noche de las doce lunas", un filme de Priscila Padilla presentado este jueves en Bogotá que redescubre el ritual ancestral del "encierro", con el que las niñas alcanzan la edad adulta.

El filme acompaña a la joven protagonista, Pili, en un encierro de doce lunas, 365 soles y una precipitación tras la llegada de su primera menstruación, periodo en el que aprende todas las costumbres ancestrales de su comunidad para convertirse en una señorita o "majayut" plena física y moralmente.

Desde ese momento Pili es separada de los demás miembros de la comunidad de Karequshimana, en la ciudad de Maicao, en el departamento de La Guajira, y encerrada en una cabaña de madera y barro donde se le cuelga una hamaca en la que permanece completamente inmóvil durante gran parte del día.

Sólo las mujeres más cercanas a ella, como su abuela o maestra, pueden entrar a la cabaña para cuidarla e instruirla en las tradiciones y costumbres ancestrales, el valor del respeto y la responsabilidad, así como labores domésticas y el arte de tejer, propio de la comunidad wayúu.

Tras su encierro, las niñas se convierten en mujeres muy valiosas a ojos de sus posibles pretendientes y se hacen merecedoras de una elevada dote para sus familias.

"Uno de los consejos que me dijo mi abuela es que uno tiene que seguir las costumbres y ser respetuoso con otra gente", recordó Pili, quien, aunque todavía no sabe que será cuando sea mayor, aseguró que quiere terminar sus estudios y "no ser comprada" por ningún hombre.

A pesar de contar con el permiso de la abuela, Padilla no entró a convivir con la niña hasta los últimos tres meses, en los que de noche, "cuando las historias wayúu salen" registró con su grabadora todas las narraciones de la pequeña que más tarde tejieron la voz en "off" del documental.

"La niña entró tranquila, lo asumió con entera tranquilidad y me enseñó que para las mujeres wayúu la llegada de la menstruación es un paso muy importante; ya eres distinta, por lo que tienes que sentarte y reflexionar, es un segundo nacimiento", explicó Padilla en declaraciones a Efe.

"El documental muestra una Colombia diversa que pese a la avalancha del desarrollo de las telecomunicaciones y la cultura desechable, allá en La Guajira, en el extremo norte, persiste una comunidad que todavía lucha por conservar su cultura ancestral", confesó.

Previamente, Padilla viajó durante tres años por La Guajira, cuna de los wayúus, hasta que en 2011 conoció a Pili, una niña de once años de la ranchería Karequshimana, donde convivió con la comunidad durante meses.

Entre espectaculares paisajes de La Guajira y una atmósfera de profundo respeto, el filme logra documentar un rito ancestral, persistente sólo en algunas comunidades, que esconde gran parte de la magia wayúu.

Esta producción colombo-boliviana llegará a la gran pantalla el próximo 16 de agosto en Bogotá, Cali y Medellín, tras haber sido galardonada como mejor documental latinoamericano en el Festival Internacional de Cine de Tolouse (Francia), mención especial del público en el Festival de Cine de Cartagena (Colombia), y tras su paso por el Berlinale.

Próximamente también será presentado en el Festival de Cine de San Sebastián (España), en el Lincoln Center de Nueva York, el Festival de Busán (Corea del Sur) y el de Lima (Perú).

Por Agencia EFE

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