Estudiantes de arte alemanes y austríacos ‘empaquetan’ la cabeza de Karl Marx, con ocasión del 190 aniversario del nacimiento del filósofo el 5 de mayo, en la ciudad de Chemnitz, bautizada como Karl-Marx-Stadt por la extinta República Democrática Alemana, RDA.
La gran escultura que conserva la ciudad, de más de 13 metros de altura y emplazada en su mayor avenida, quedará cubierta temporalmente con un cubo blanco de 17 x 12 x 30 metros.
Los trabajos para el embalaje se iniciarán tras una lectura del “Manifiesto comunista” que tendrá lugar mañana, aniversario del nacimiento, en la que participarán autoridades y personalidades del mundo cultural local.
Se espera que el embalaje esté listo para su inauguración el 7 de junio, de manera que la cabeza quedará encorsetada en su cubo hasta finales de agosto, cuando se dará por terminada la experiencia artística.
En este periodo, la Nueva Galería Sajona de Chemnitz, organizadora de la iniciativa, invita a los jóvenes de la ciudad y visitantes a reflexionar sobre la obra y pervivencia del pensamiento de Marx.
El proyecto ha sido bautizado como Temporary Musum of Modern Marx y su ejecución corre a cargo de un grupo de universitarios austríacos y alemanes.
Mientras duren los trabajos, la cabeza del pensador estará rodeada de un sistema de andamiajes y escalas que permitirá a los estudiantes que trabajan en él mirar “a los ojos” a Marx, según los planes de su director, Mathias Lindner.
Karl Marx, nacido en Trier en 1818 y muerto en Londres en 1883, nunca estuvo en la ciudad alemana que llevó su nombre y, según los historiadores, su único vínculo conocido con la región fue la correspondencia mantenida con unos mineros de la zona, en 1867.
Sin embargo, en 1953 la cúpula de la RDA decidió darle el nombre de Karl-Marx-Stadt a la localidad, cuyo centro quedó destrozado por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y que hoy presenta el desabrido estilo arquitectónico característico de las ciudades obreras comunistas
Allí se emplazó la escultura de Marx, fundida en bronce y formada por la cabeza, de siete metros, sobre un pedestal de 4,5 metros en el que se lee en cuatro idiomas la frase “Proletarios del mundo, uníos”, hasta alcanzar una altura total superior a 13 metros.
La estatua es el principal atractivo turístico de la ciudad sajona, de 250.000 habitantes, que tras la reunificación recuperó el nombre de Chemnitz.