Manzur, el titiritero

‘El traje a través de la historia de la ópera, la zarzuela, el ballet clásico y folclórico’, es la exposición con la que Jaime Manzur mostrará su trabajo con marionetas. Perfil de un artista integral.

Adriana Marín
06 de enero de 2014 - 09:00 p. m.
Ha recorrido escenarios de Colombia, de América y de Europa, con obras como ‘La traviata’, ‘La bohemia’, ‘María Fernanda’, ‘Carmen’ y ‘Norma’, con marionetas hechas y engalanadas por él, con los vestidos que corresponden a sus épocas.
Ha recorrido escenarios de Colombia, de América y de Europa, con obras como ‘La traviata’, ‘La bohemia’, ‘María Fernanda’, ‘Carmen’ y ‘Norma’, con marionetas hechas y engalanadas por él, con los vestidos que corresponden a sus épocas.

No sabemos con certeza cómo fue su infancia. Sabemos que tuvo una madre artista que lo acompañó y que lo vio crecer. La vio pintar y escuchó su música. Tuvo un hermano, David, y una hermana, Sara. Él se dedicó a la pintura y ella al canto y a la escritura. Él, Jaime, quiso ser titiritero. Su arte surgió en otra dirección. “El otro Manzur” fue el nombre que le dio la revista Semana en los ochenta. Pero no ha de ser observado como el otro. Él es él, no otro. Es el de las marionetas y el teatro, el de la zarzuela y la ópera, el de las pinceladas y los rostros, el de los cuerpos de madera. Él, detrás del telón; adelante, los niños y los grandes. Él escuchándolos acomodarse, él escuchándolos reír, oyendo cómo los niños les gritan a los muñecos, convencidos de que están siendo escuchados. Él entre un mar de aplausos, con el corazón palpitante, y esa sensación de gloria en un teatro lleno.

La primera vez que sintió esa emoción fue a los 15 años. A esa edad ya tenía conocimientos de música, de danza, de teatro, de escultura y de literatura. Tenía la capacidad de dirigir su propio espectáculo, de ópera, de zarzuela. Y lo hizo. Fueron algunos actos, solamente, en un teatro de Armenia, cuando esa ciudad todavía no era capital del departamento del Quindío, cuando éste todavía no existía, siquiera, separado del departamento de Caldas. Después vinieron muchas presentaciones más, en otros lugares, en otras ciudades.

Jaime Manzur nació en Guinea Ecuatorial, en África, es de madre colombiana y tiene raíces libanesas. Fue en España donde se le entró el bichito. “Yo creo que fue el movimiento del mar el que me hizo moverme”, le contó a Andrés Hoyos en una entrevista para el diario El Tiempo. Estaba en el colegio y no quería, como sus amigos, quedarse en casa viendo muñequitos animados. Se iba entonces para los teatros a escuchar música clásica. Sus amigos, cuenta, tenían cuarenta, cuando él todavía era un niño de colegio. A ellos les gustaba Popeye; a él no. Prefería el teatro victoriano y moría de risa leyendo a Molière.

Luego, más grande, ya viviendo en Colombia, entró a hacer parte del Ballet Nacional de Medellín y se interesó por el folclor. Sus amigos eran reconocidos. Delia Zapata Olivella, Plácido Domingo, el padre, y así. De ese porte. Con Zapata Olivella empezó a interesarse por el folclor y por la danza. Llegó a ser primer bailarín. Y eso, junto con su gusto por el teatro y por la música y las habilidades manuales que había aprendido de las clases de pintura que le daba su hermano David, dieron como resultado su quehacer en la ópera y la zarzuela. Con ello, también, fueron apareciendo sus marionetas. Se dedicó a ellas y entregó su vida a darles una categoría elevada y a romper los prejuicios que persisten alrededor de ellas. A mostrar que son arte y no sólo un medio de recreación infantil.

Ha recorrido escenarios de Colombia, de América y de Europa, con obras como La traviata, La bohemia, María Fernanda, Carmen y Norma, con marionetas hechas y engalanadas por él, con los vestidos que corresponden a sus épocas. Todas las conocía a la perfección porque, dice él, nunca monta una obra sin sabérsela de memoria. Y en ellas participa en todo, desde la dirección hasta el vestuario y la escenografía. En él, el arte es uno solo. Y funciona mientras haya disciplina. Cada una de sus marionetas, cada una de sus zarzuelas, las hace con extremos cuidado, con extremo detalle, porque ama lo que hace y ama el sonido de los aplausos detrás del escenario, cuando la misión se cumplió y los grandes y los chicos del otro lado se emocionaron con sus historias. 

De enero 7 al 11, 9:00 a.m. - 5:00 p.m. Funciones de ópera en marionetas, 5:00 p.m. Museo de Arte

 Moderno de Cartagena.

 * Periodista de Revista Cromos

Por Adriana Marín

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