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A un año de la muerte de Canserbero

Hasta el momento no se han podido esclarecer las razones por las que asesinó a su compañero Carlos Molnar, ni las de su asesinato.

Redacción Cultura
20 de enero de 2016 - 10:05 p. m.
Canserbero. /Tomada de la página del artista en Flickr
Canserbero. /Tomada de la página del artista en Flickr

El 20 de enero de 2015, las autoridades venezolanas encontraron los cuerpos de los raperos Carlos Molnar y Tyrone José González Oramas. Al parecer, este último, más conocido como Canserbero asesinó a Molnar y luego, se lanzó del décimo piso del edificio Andrés Bello, en la ciudad de Maracay. 

Canserbero, “El último poeta hardcore” y una de la voces que más trascendencia tuvo en el hip hop (al cantarle a una generación un rap de conciencia) sufría de esquizofrenia y fuertes cuadros de depresión, además de un trastorno de identidad disociativo, que desarrolló del excesivo consumo de drogas.

Ese 20 de enero, Canserbero llegó al apartamento de Molnar, ubicado en el décimo piso de la Urbanización Andrés Bello, donde lo golpeó y apuñaló, en presencia de su compañera sentimental, quien posteriormente avisó a las autoridades.

Lo que pasó después se desconoce. Versiones aseguran que Canserbero se lanzó del décimo piso del edificio, después que la familia de Molnar lo sacó de la casa; otras, afirman que una vecina lo vio lanzarse desde la cocina del apartamento.

Canserbero, participó en ‘Hip – Hop al Parque’ 2012, tocó en el país en agosto de 2011 y en octubre de 2013 cuando tocó en la campaña 24 - 0 (cero muertes violentas en 24 horas).

Sus letras se destacaron por ser sociales, oscuras y de conciencia, hasta que llegó a discusiones psicológicas de la vida y la muerte expuestas en sus últimos dos trabajos (Vida, 2010 – Muerte, 2012).

En una de sus últimas publicaciones, el artista venezolano escribió “y es que no quiero ser soldado indisciplinado, pero la orden que usted me ha dado no la pienso obedecer por tratarse de una falta garrafal a los derechos de los seres humanos. El rey queda satisfecho y es la sangre del pueblo la que en vano ven correr. Yo protejo al inocente, me arrodillo frente al justo, y si al diablo he dado gusto ha sido buscando el bien porque yo no quiero ser soldado indisciplinado, pero menos quiero ser gatillo de lucifer’’.

Por Redacción Cultura

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