Tres años de trabajo y 14.000 millones de yenes - 132 millones de dólares - ha costado levantar este espectacular teatro en forma de circo con capacidad para 2.170 espectadores, que también se inaugura este miércoles con Zed, su noveno espectáculo permanente.
Hasta ahora, los espectáculos permanentes del Circo del Sol se representaban sólo en Estados Unidos y Macao, China, pero a partir de ahora 70 integrantes de esta compañía canadiense residirán en Tokio para representar Zed. Está previsto que se instale otro espectáculo permanente en Dubai en 2010.
Mediante un gran despliegue de luces, colores y sonidos se da vida a esta obra, que el Circo del Sol define como un viaje por dos universos opuestos, el cielo y la tierra, que viven en armonía.
Es un mundo imaginario por el que viaja Zed, un personaje que vive aventuras fantásticas en un viaje iniciático, acompañado por música en directo del Mediterráneo, el Cáucaso e Irlanda.
La nueva obra del Circo del Sol ha sido creada por un equipo de trece profesionales dirigido por François Girard, responsable de películas como ‘El violín rojo' o ‘Seda'.
Girard, autor también del guión de Zed, explica que su apuesta fue por lograr un diálogo entre los artistas y la audiencia. "Así que dirigir un espectáculo del Circo del Sol en Japón ha sido un lujo maravilloso", afirma.
Para dar vida al espectáculo, la compañía dirigida por el canadiense Guy Laliberté ha seleccionado a 70 artistas y acróbatas procedentes de Rusia, China, Colombia, Brasil, Argentina y España, con el gimnasta Ángel Sánchez.
"El Circo del Sol y sus artistas, creadores y artesanos estamos tremendamente orgullosos de poder presentar este increíble viaje al corazón de la experiencia humana en busca de la armonía, esencial para el equilibrio del universo", afirma Laliberté, director de la compañía de Québec.
Están programadas 380 funciones anuales, es decir, de una a dos al día en un teatro cuyo interior emula a un astrolabio gigante, que alude a la época del Renacimiento y al mundo de Leonardo da Vinci.
Para conseguir su apariencia externa de una carpa de circo, la fachada del teatro consta de líneas verticales que combinan grandes cristaleras con paredes de hierro de color blanco, un diseño realizado en Montreal e inspirado en la arquitectura japonesa.
En el interior, un enorme vestíbulo recibe a los espectadores antes de que accedan al auditorio, donde el diseño semicircular facilita la interacción y la altura, de 35 metros, permite a los acróbatas realizar grandes saltos.
Ahora sólo falta que los japoneses, que acogieron muy bien el reciente ensayo general, acudan a este espectáculo de más de dos horas de duración y que cuesta entre 6.000 y 18.000 yenes - 56 y 170 dólares -.
El nuevo teatro del Circo del Sol tiene a su favor encontrarse en el recinto del parque temático Disneylandia Tokio, que visitan cada año 25 millones de personas, el 68 por ciento de ellas de entre 18 y 39 años. Este parque es un gran éxito entre los japoneses y se calcula que en marzo de 2009 se superarán los 29 millones de visitas al año.
Tras inaugurar este teatro en Tokio, el Circo del Sol tiene previsto continuar su expansión por Asia, ya que se prevé que para finales de 2009 estrene en la ex colonia portuguesa de Macao, China, su tercer teatro asiático con una revista musical.
En la actualidad, El Circo del Sol tiene además seis espectáculos de gira: Alegria; en Sudamérica; Kooza y Corteo, en Norteamérica; Dralion, en Australia; Quidam, en México; y Varekai, en Europa, según informa la compañía en su sitio oficial www.cirquedusoleil.com.