Los admiradores de la serie A Prueba de Todo de Discovery Channel, tendrán la oportunidad de ver un programa muy especial acompañados de Bear Grylls. Se trata del episodio piloto de la serie filmado en las Montañas Rocosas. Este capítulo nunca exhibido con anterioridad, marca el inicio de A Prueba de Todo, una producción lanzada en América Latina en julio de 2007, que se ha convertido en uno de los mayores éxitos del canal.
En el episodio piloto de A Prueba de Todo, el protagonista Bear Grylls salta en para-caídas en una zona remota de las Montañas Rocosas en la que posteriormente se ve en apuros. El aventurero acaba realizando un “aterrizaje forzoso” sobre un árbol, del que tendrá que conseguir descender los casi 20 metros que lo separan del suelo.
Equipado con la ropa que viste, una mochila y los restos de su paracaídas, Bear dispondrá de tan sólo cinco días para encontrar el camino de regreso a la civilización. A lo largo de la jornada, deberá escalar montañas, saltar peñascos y dejarse llevar por las heladas corrientes de los ríos de la región. Sin navaja, agua ni comida, Grylls tendrá que alimentarse de lombrices, cobras y peces, a la vez que mantenerse en alerta para evitar encuentros repentinos con los osos pardos.
Sobre la segunda temporada
Al igual que en su primera edición, cada capítulo muestra al protagonista Bear Grylls en una zona inhóspita del planeta, en la que intentará encontrar el camino de regreso a la civilización. Esta segunda temporada presentará aventuras filmadas en el desierto del Sahara, en las selvas de Panamá y en los glaciares de la Patagonia.
Acompañado por un equipo de cineastas, Bear se enfrentará a numerosos desafíos que irán desde saltar zanjas y escalar cascadas, hasta alimentarse de testículos de cabra, insectos vivos y peces crudos. Pero nada de esto es llevado a cabo sin un estudio minucioso de los lugares visitados. Antes de iniciar la producción, Bear se entrevista con expertos locales, guías y guardias forestales, para compartir con los telespectadores todo lo relacionado con el ambiente salvaje que está a punto de explorar.
Bear Grylls sirvió en una unidad especial de la Fuerza Aérea de la Armada Británica en donde se convirtió en un experto en supervivencia. Su espíritu aventurero lo condujo a celebrar una cena en una mesa suspendida sobre un globo de aire caliente a 24.500 pies de altura.
En 1998, con apenas 23 años, Bear se convirtió en el primer alpinista británico más joven que consiguió alcanzar y descender la cumbre del Everest. También fue el encargado de liderar la primera travesía no asistida en una pequeña embarcación hinchable en las gélidas aguas del Atlántico Norte.