
La cinta, dirigida por Irati Dojura Landa, es un live action, en su mayoría, con escenas animadas.
Foto: Archivo particular
Una mujer se rio de su marido. Los dioses la castigaron y la convirtieron en un monstruo verde, una suerte de Madremonte: un cuerpo extraño, un estigma, una condena. Como si la risa fuera un crimen imperdonable. Pero ella volverá a reír.
Pasó mientras recolectaban frutas en el bosque. Al hombre se le cayó su taparabos y ella, si saber que sería un delito, soltó una carcajada. Él la acusó y a ella se le comenzó a caer el pelo y a cambiar de color.
Es una de las versiones de un mito indígena Embera Chamí llamado “Kiraparami”. Ahora tendrá otra...

Por Alberto González Martínez
Vallenato formado en la Universidad de Antioquia. Escribe sobre música, cine y demás temas culturales.albertosartreagonzalez@elespectador.com