Una mujer se rio de su marido. Los dioses la castigaron y la convirtieron en un monstruo verde, una suerte de Madremonte: un cuerpo extraño, un estigma, una condena. Como si la risa fuera un crimen imperdonable. Pero ella volverá a reír.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Pasó mientras recolectaban frutas en el bosque. Al hombre se le cayó su taparabos y ella, si saber que sería un delito, soltó una carcajada. Él la acusó y a ella se le comenzó a caer el pelo y a cambiar de color.
Es una de las versiones de un mito indígena Embera Chamí llamado “Kiraparami”. Ahora tendrá otra versión: la reinterpretación del cortometraje colombiano que concursó en el reciente Festival de Cine de Berlín.
La nueva historia se centra en una niña pequeña a la que le cuentan el mito reinterpretado. Esto le da herramientas para enfrentarse a los niños que la molestan en su colegio. Es la primera cinta dirigida por una mujer indígena que se presenta en la Berlinale y, este año, fue la única producción totalmente colombiana que participó en el evento.
El audiovisual llegó al festival europeo, uno de los principales en el mundo, tras un recorrido por convocatorias y mercados cinematográficos en Colombia. Recibió una mención especial en la categoría “Generation”, que está diseñada para producciones dirigidas para el público infantil o que participen niños y jóvenes. Laura Giraldo, productora de la película, habló para El Espectador.
¿Cómo abordaron la reinterpretación de este mito?
El mito es una versión desde un punto de vista muy patriarcal, entonces la idea era darle un giro desde una perspectiva más femenina. Qué pasa si no es un castigo, sino un premio. Aquí los espíritus le dicen “tienes una risa muy bonita, quédate aquí con nosotros te vamos a hacer guardiana de la naturaleza”. Entonces en el cortometraje vemos a una niña pequeña que le cuentan esta historia y eso le da fuerza y valentía para enfrentarse a los niños que la molestan a ella y a sus amigas en el colegio.
¿Qué tan retador ha sido para ustedes hacer cine indígena?
Un montón porque es una ópera prima. Pero afortunadamente dentro del resguardo nos han apoyado mucho y ella (la directora) ha tenido buena acogida allá en el resguardo. Hicimos un rodaje mixto con gente del resguardo y gente de Medellín, entonces era como que hacer esa cohesión para el rodaje, todo lo que implica la renta de equipos, el traslado, la alimentación. Por ejemplo, cuando nos ganamos el Fondo de Desarrollo Cinematográfico, era una vuelta también el hecho de legalizar estímulos dentro de una comunidad indígena porque funciona con otras lógicas, o sea, para pagar nos exigían el RUT y había un montón de gente que no tenía. Afortunadamente, eran cosas técnicas que se iban solventando.
¿Cómo fueron construyendo el camino a la Berlinale?
Esos espacios nos llevaron con muchas asesorías y con muchos profesionales que creyeron el proyecto, porque muchos de los miembros del equipo estamos empezando, no tenemos un recorrido de años, pero tuvimos muy buen acompañamiento. Es muy lindo ver el apoyo de otros profesionales del medio que creen en historias distintas y en personas que están empezando.
Finalmente, la directora de la cinta, Irati Dojura Landa Yagarí, le respondió a este medio.
¿Podemos hablar de un audiovisual indígena feminista?
Creo que ya hay una posición política en replantear la historia de Kiraparamia con esta versión. Mis cortos son muy femeninos, no los nombro feministas porque tendría que saber mucho de la historia del feminismo. Yo creería que la labor es contar historias que han sido narradas siempre por hombres, personajes mitológicos, hombres, donde las mujeres siempre han sido pordebajeadas. Es un corto con una perspectiva femenina donde se quiere resignificar el rol de las mujeres en el pueblo Embera Chamí, pero no lo llamaría feminista.
**
Irati Dojura Landa Yagarí y Laura Giraldo se conocieron en una clase de comunicación audiovisual. Juntas crearon un colectivo audiovisual y comenzaron a realizar proyectos. Su ópera prima de ficción, “Akababuru”, se coló sorpresivamente en la Berlinale, tiempo después de haberlo creado para un trabajo de grado de la Universidad de Antioquia.