Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Schamoni (Berlín, 1934) obtuvo el galardón por su producción ‘Botero, nacido en Medellín', de 90 minutos, obra con la que se inauguró el certamen bogotano la semana pasada y que este año tuvo a Alemania como país invitado de honor."Es importante tener un estilo. Es su estilo", declaró Schamoni al referirse al pintor y escultor colombiano conocido por las figuras hinchadas de las personas, animales y frutas de sus cuadros y esculturas.
Para Schamoni, Botero presenta "deformaciones, un tipo de volumen anarquista con sus propósitos y eso tiene mucho de humor". Destacó el contraste entre figuras muy grandes, como un gato o un bebé enormes junto a su madre pequeña o el dictador en uniforme militar en un caballo corpulento al lado de la esposa diminuta.
El director tardó tres años haciendo el documental, visitó Colombia varias veces y estuvo en el taller de fundición de Botero en Pietrasanta, Italia.
Schamoni, director de ‘Sinfonía de Primavera' y que estuvo nominado al Óscar y a la Palma de Oro del Festival de Cannes, dijo que realizó el documental como una celebración del cumpleaños número 75 de Botero, cumplidos el año pasado.
Se declaró orgulloso de haber conocido al maestro cuando expuso su obra en la década de 1960 en la galería Buchholz, de Múnich, cuando uno de sus cuadros difícilmente costaba 500 dólares.
Más tarde estuvo cerca de Fernando Botero cuando éste sufrió la muerte de su pequeño hijo Pedro en un accidente de carretera en España. "Yo, en 1973 ya estaba listo para hacer este documental", aseguró Schamoni, quien define a Botero en dos palabras: "gran amigo".
El cineasta germano carga en su portafolio un escrito de Botero de su puño y letra que dice: "querido Peter: te autorizo para producir y dirigir un film sobre mi obra".
Uno de los momentos más dramáticos del documental, que tiene música del fallecido guitarrista brasileño Baden Powell, es cuando Botero narra la suerte que corrió la primera escultura monumental que donó a Medellín a comienzos de los 90.
Era un enorme pájaro de bronce que se instaló en un parque en el que pasean gente común de la ciudad los fines de semana y que fue dinamitado, quedando, según afirma el artista en el documental, "como una obra de Picasso".
La explosión mató a 22 personas e hirió a otras cien. "Fue terrible para mi saber que había sido mi escultura el objetivo escogido para cometer la masacre", manifestó Botero, quien pidió conservar el pájaro destruido en memoria de las víctimas y elaboró una copia que se instaló al lado.
Botero, más allá de Colombia
Schamoni subrayó que el arte de Botero "es muy popular en todo el mundo, lo mismo en Japón que en Europa. Eso es fantástico", dijo. Destacó que "las estrellas de Hollywood son adictas a Botero" y precisó que el actor Jack Nicholson "tiene seis obras antiguas" del colombiano.
"Nunca se ha conferido un homenaje a un artista como los que ha tenido Botero al exponer sus obras en 1992 en la avenida de los Campos Elíseos en París o al año siguiente en Park Avenue en Nueva York", agregó.
En cuanto a la fama del pintor en su propio país, "es realmente impresionante. Uno puede ir a la región amazónica colombiana y ver en las chozas imágenes de obras de Botero recortadas de almanaques", manifestó.
Esa fama se ve además en las artesanías con esculturas de Botero y en las copias burdas de sus óleos que se consiguen en las tiendas de recuerdos de viaje.
Peter Schamoni se declaró impresionado por el trabajo acometido por Botero en 2005 con su serie de dibujos y pinturas sobre los maltratos de las tropas estadounidenses a los presos de la cárcel iraquí de Abu Ghraib, que se exhibieron en varios países, entre ellos EE.UU., en la Universidad de Berkeley. "Podemos hablar del comienzo de una nueva era en la obra del artista. Que probó con furia una nueva temática. La tortura y el horror", puntualizó.