Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Entre el desierto, los cantos y voces en wayuunaiki (la lengua nativa de los Wayúu), los recuerdos de una vida pasada y un diálogo con los difuntos, se plantea el documental “Carropasajero”, que desde el platón de una camioneta nos lleva por un viaje a la experiencia de vida de la familia Fince Epinayú. Los protagonistas del filme, exiliados de Bahía Portete tras una masacre perpetrada por las AUC en 2004, regresan a su territorio para entablar un diálogo con sus difuntos.
“El sonido de metal crujiendo como a punto de romperse. Una vieja camioneta de platón adaptada para llevar pasajeros cruza el desierto de La Guajira, en Colombia. Con el viento llegan voces que se funden entre los pasajeros que allí viajan. Una mujer Wayuu vuelve a su territorio, acompañada por su familia, tras años de exilio. Un viaje cíclico donde las capas de tiempo del territorio se tocan y la frontera entre vivos y muertos se diluye... ¿Cómo no me despertaste cuando se iba el alma mía?”, se lee en la sinopsis del documental.
Juan Pablo Polanco y César Alejandro Jaimes, directores del filme, hablaron para El Espectador sobre el proceso para hacer el documental y su acercamiento a la familia Fince Epinayú y a la cultura Wayúu. “La primera vez que llegamos a La Guajira fue hace como 10 años, a desarrollar nuestra primera película ‘Lapü’. Fue por un impulso que sigue muy vivo en esta segunda película y es la relación de ese territorio con sus difuntos y con su territorio. Para nosotros ha sido una gran enseñanza a nivel íntimo y personal, también de cómo relacionarnos con nuestros muertos”, explicó Polanco.
Ese primer documental, “Lapü”, se adentraba en la experiencia de una familia Wayúu, en la que una de sus miembros soñaban con una prima fallecida y esta le pedía que la enterraran en el cementerio familiar en lugar de donde yacían sus restos. El ritual ancestral, conocido como el Segundo Entierro, fue una las acciones que dio el impulso para “Carropasajero”. Los directores conocieron a la familia Fince Epinayú durante el desarrollo de ese primer proyecto.
“Lo importante para nosotros fue haber encontrado a las personas con las que hicimos la película. Ha sido un proceso de nueve años de construir relaciones, que están por encima del documental. Fue un proceso que se hizo, que se vivió, que ya está terminado, pero la relación de amistad y de cariño es algo que sigue más allá. Son personas que, por un lado, también encontraron en la película algún momento especial y que cargan y desarrollaron una sensibilidad muy importante”, mencionó Jaimes.
De acuerdo con los directores, el documental fue una construcción colectiva, en donde ellos y la familia Fince Epinayú aportan una narrativa mientras hacían el recorrido hacia Bahía Portete. “La colaboración no fue tanto de sentarnos a escribir, también por la cultura Wayúu este proceso se llevó mucho por lo oral. Eran conversaciones que duraban mucho tiempo, nosotros como directores sentábamos unas pequeñas bases, como un marco por donde transitar”, dijo Jaimes.
El filme es una mezcla de documental y recreación de la memoria, en el que los diálogos surgían a menudo de los sueños, las conexiones espirituales con sus difuntos y los recuerdos. “Había una parte del proceso que era de vivir cosas juntos, de sentarse a hablar de la película o ejercicios de improvisación oral. Le decíamos a Josefa, una de las protagonistas, que le hablara al territorio. Ella daba una improvisación maravillosa porque tenía una oralidad, un conocimiento y una sensibilidad tremenda”, contó Polanco.
Los cineastas después convertían esos diálogos en ideas y gestos que podían verse mejor en el audiovisual. “También, por ejemplo, dentro de la película hay familiares que interpretan a otros familiares o difuntos. Aunque es sutil, como a uno de los hermanos de Josefa, que acompañamos a sacar sus restos de Venezuela para llevarlos a Bahía Portete. En ese viaje otra familiar tuvo un sueño con él y es la imagen de un señor llegando en un camión y bajándose a decir que está perdido. Les preguntamos quién podría interpretarlo y tratar de reconstruir la imagen de ese sueño. Ese trabajo de construcción es de muchas capas”, agregó el director.
“Carropasajero” tuvo su estreno mundial en el festival Visions du Réel (Suiza) en 2024. Además, también hizo parte del Festival de Cine de Cartagena de Indias (FICCI) y participó de otros eventos como el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, el Festival de Cine de La Habana. El filme ganó el premio del jurado en el Festival Internacional de Cine de Belo Horizonte CineBH. En Colombia tuvo su estreno en salas de cine el pasado 20 de febrero.
Adicional al estreno del filme, los directores presentaron la exposición “¿Cuántas lluvias cayeron?”, en la Cinemateca de Bogotá, un trabajo conectado con el documental y con el que querían llevar la historia de la familia Fince Epinayú a otros espacios. “Esa videoinstalación surgió por una necesidad de poner y darle vida a un material que habíamos rodado para la película y que no había quedado en el montaje final. Sentíamos que era muy bello y que había una cosa muy sagrada de lo que había pasado en esas conversaciones con los muros y ruinas de donde ellos vivían. Queríamos buscar otras formas en las que eso pudiera tener una vida y un contacto con más público”, concluyó Polanco. La exposición estará abierta hasta el 9 de marzo y la película tendrá más funciones durante este mes.