27 de noviembre de 2016 - 09:00 p. m.
Cultura formadora de país
Los líderes nominados en esta categoría han trabajado en sus ciudades para hacer del arte un agente transformador, ya sea para fortalecer los lazos de amistad entre las comunidades o para brindar un mejor camino para los más jóvenes.
Redacción Medios
Carolina Jaramillo, Pedro Díaz, Ómar Arias, Pablo Jiménez y John Edwn Barrios.
Un museo al aire libre
CAROLINA JARAMILLO
Con la misma convicción con la que decidió dejar la administración de empresas por el arte, Carolina Jaramillo decidió crear el primer museo al aire libre del país.
El Museo Libre de Arte Público de Colombia (Muli), ubicado en Cali, que hace parte de la Asociación Internacional de Bienales, es un proyecto con el cual la artista ha logrado embellecer las calles de la ciudad con grandes murales que han realizado tanto artistas locales como internacionales. Esto ha permitido que en espacios como el barrio Siloé, el muralismo sea utilizado para contar su historia y además pueda encontrarse mientras se sube a los barrios de la ladera de Cali.
La iniciativa busca acercar a la gente de la ciudad al arte, alejando las expresiones culturales de los espacios cerrados donde se acostumbra apreciarlo. También pretende crear vínculos de la ciudad con las obras y así visibilizar al artista detrás de la composición.
Con la realización de bienales, el Museo ha logrado crear 47 pabellones con 289 nueve obras, así como ha transformado 1.500 escaleras con mosaico en Siloé, intervención en la que participaron 70 jóvenes que recibieron formación para su creación.
Con los pies
PEDRO DÍAZ
La calle es un salón de danza en el barrio Rebolo de Barranquilla. Allí, jóvenes bailan desde mapalé hasta champeta, al son de Pedro “Pastor” Díaz, un bailarín y maestro de danza que ha entregado su vida a formar pequeños bailarines de su comunidad para alejarlos de los vicios y las pandillas y demostrarles que a través de las artes pueden llegar lejos.
Más allá de actitud y expresión corporal, Díaz les enseña a sus estudiantes, del barrio y del Centro Educativo Don Bosco, que la danza es un pretexto para “disfrutar el mundo, gozar y volar”, dice.
En ese camino ha logrado que su grupo de baile viaje por el mundo y muchos de los niños de comunidad hayan participado en las comparsas del Carnaval de Barranquilla y en eventos internacionales en Europa y Estados Unidos. Además, ha desarrollado la iniciativa “La esquina del sabor”, un espacio en Rebolo en el que decidió reunirse con los jóvenes de su comunidad que buscan en él un consejo y una guía.
Divertir para enseñar
ÓMAR ARIAS
“Música para la vida” es la iniciativa con la que el profesor bumangués Ómar Arias busca que niños de todos los niveles educativos en Santander aprendan a tocar un instrumento musical.
Este joven maestro cree que la diversión es la mejor forma de motivar el aprendizaje de los pequeños, por eso, con los dibujos de su hijo creó la cartilla “Un, dos, tres, a tocar”, que acompañada por una flauta dulce son sus herramientas para hacer que los niños tengan su primer acercamiento a la música.
Una de sus más grandes preocupaciones era la ausencia de instrucción musical en las escuelas de áreas rurales. Para solucionar ese problema, Ómar Arias creó videos que junto a su cartilla conforman un kit que les facilita a los profesores llevar la música a sus comunidades y aulas de clase.
El proyecto también ha creado zonas orquestales en áreas de Bucaramanga con alta criminalidad. En estos espacios, los niños trabajan para perfeccionar sus habilidades musicales con el fin de que, a pesar de su corta edad, puedan llegar tener un muy alto nivel.
Guardián de la cultura
PABLO JIMÉNEZ
Pablo Jiménez, mejor conocido como Pablo Tambor, es un maestro de danza, música y arte que cada noche convoca a más de 60 niños, jóvenes y adultos en la plazoleta de la Alcaldía de Arauca. La misión de este profesor empírico es enseñarles a sus alumnos a sentir amor por el folclor y la cultura de nuestro país.
Aunque sus ancestros vienen de la Costa Atlántica, Pablo Jiménez se siente ciento por ciento araucano y su compromiso con el folclor nacional lo ha llevado a enseñar ritmos que van desde la cumbia, el mapalé y el bullerengue hasta guabinas y bambucos.
El contacto con nuestros ritmos tradicionales se complementa con la enseñanza de valores.
Jiménez trata de nutrir el tejido social de su comunidad. Su intención a largo plazo es que los niños y jóvenes que está formando se conviertan en el relevo generacional que garantice la preservación y transmisión de los ritmos y danzas colombianos.
Adicionalmente, Pablo Jiménez es el responsable de una escuela de baloncesto gratuita, mediante la cual vincula a los niños al deporte como paso previo al ingreso en la escuela de formación cultural.
Aunque sus ancestros vienen de la Costa Atlántica, Pablo Jiménez se siente ciento por ciento araucano y su compromiso con el folclor nacional lo ha llevado a enseñar ritmos que van desde la cumbia, el mapalé y el bullerengue hasta guabinas y bambucos.
El contacto con nuestros ritmos tradicionales se complementa con la enseñanza de valores.
Jiménez trata de nutrir el tejido social de su comunidad. Su intención a largo plazo es que los niños y jóvenes que está formando se conviertan en el relevo generacional que garantice la preservación y transmisión de los ritmos y danzas colombianos.
Adicionalmente, Pablo Jiménez es el responsable de una escuela de baloncesto gratuita, mediante la cual vincula a los niños al deporte como paso previo al ingreso en la escuela de formación cultural.
Transformador de convivencia
JOHN EDWN BARRIOS
Sobre la calle tercera con carrera primera, en el barrio Lourdes (Bogotá), las coloridas fachadas, junto al arte que se vive en la Casa de la Cultura que se creó en una de las viviendas centrales de la cuadra, fortalecieron los lazos de amistad entre los vecinos de la comunidad.
Con bazares, fiestas de Navidad y actividades recreativas, John Edwin Barrios le dio vida a la Corporación Cultural Tercer Acto, una iniciativa con la que quiso cambiar la imagen de peligrosidad que tenía su calle, para convertirla en parte de un referente cultural de la ciudad con una agenda permanente y gratuita.
Pensando en ello y con apoyo del Distrito, Barrios ha desarrollado un proyecto cultural en el que integra tanto a jóvenes como a la comunidad, primero, en cursos artísticos como de zanqueros y en espectáculos donde para entrar los asistentes deben dar una donación en especie que va desde una panela hasta una bolsa de arroz.
Asimismo, la Fundación se sostiene con actividades de restauración de fachadas, en las que Barrios además de utilizar una paleta colorida crea figuras, en su mayoría de animales y naturaleza que le dan mayor calidez a su barrio.
Su próximo reto es extender su propuesta a otras cuadras de su barrio, para lograr mayor integración en la comunidad a través de este proyecto, que utiliza la cultura como eje transformador.
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Carolina Jaramillo, Pedro Díaz, Ómar Arias, Pablo Jiménez y John Edwn Barrios.
Un museo al aire libre
CAROLINA JARAMILLO
Con la misma convicción con la que decidió dejar la administración de empresas por el arte, Carolina Jaramillo decidió crear el primer museo al aire libre del país.
El Museo Libre de Arte Público de Colombia (Muli), ubicado en Cali, que hace parte de la Asociación Internacional de Bienales, es un proyecto con el cual la artista ha logrado embellecer las calles de la ciudad con grandes murales que han realizado tanto artistas locales como internacionales. Esto ha permitido que en espacios como el barrio Siloé, el muralismo sea utilizado para contar su historia y además pueda encontrarse mientras se sube a los barrios de la ladera de Cali.
La iniciativa busca acercar a la gente de la ciudad al arte, alejando las expresiones culturales de los espacios cerrados donde se acostumbra apreciarlo. También pretende crear vínculos de la ciudad con las obras y así visibilizar al artista detrás de la composición.
Con la realización de bienales, el Museo ha logrado crear 47 pabellones con 289 nueve obras, así como ha transformado 1.500 escaleras con mosaico en Siloé, intervención en la que participaron 70 jóvenes que recibieron formación para su creación.
Con los pies
PEDRO DÍAZ
La calle es un salón de danza en el barrio Rebolo de Barranquilla. Allí, jóvenes bailan desde mapalé hasta champeta, al son de Pedro “Pastor” Díaz, un bailarín y maestro de danza que ha entregado su vida a formar pequeños bailarines de su comunidad para alejarlos de los vicios y las pandillas y demostrarles que a través de las artes pueden llegar lejos.
Más allá de actitud y expresión corporal, Díaz les enseña a sus estudiantes, del barrio y del Centro Educativo Don Bosco, que la danza es un pretexto para “disfrutar el mundo, gozar y volar”, dice.
En ese camino ha logrado que su grupo de baile viaje por el mundo y muchos de los niños de comunidad hayan participado en las comparsas del Carnaval de Barranquilla y en eventos internacionales en Europa y Estados Unidos. Además, ha desarrollado la iniciativa “La esquina del sabor”, un espacio en Rebolo en el que decidió reunirse con los jóvenes de su comunidad que buscan en él un consejo y una guía.
Divertir para enseñar
ÓMAR ARIAS
“Música para la vida” es la iniciativa con la que el profesor bumangués Ómar Arias busca que niños de todos los niveles educativos en Santander aprendan a tocar un instrumento musical.
Este joven maestro cree que la diversión es la mejor forma de motivar el aprendizaje de los pequeños, por eso, con los dibujos de su hijo creó la cartilla “Un, dos, tres, a tocar”, que acompañada por una flauta dulce son sus herramientas para hacer que los niños tengan su primer acercamiento a la música.
Una de sus más grandes preocupaciones era la ausencia de instrucción musical en las escuelas de áreas rurales. Para solucionar ese problema, Ómar Arias creó videos que junto a su cartilla conforman un kit que les facilita a los profesores llevar la música a sus comunidades y aulas de clase.
El proyecto también ha creado zonas orquestales en áreas de Bucaramanga con alta criminalidad. En estos espacios, los niños trabajan para perfeccionar sus habilidades musicales con el fin de que, a pesar de su corta edad, puedan llegar tener un muy alto nivel.
Guardián de la cultura
PABLO JIMÉNEZ
Pablo Jiménez, mejor conocido como Pablo Tambor, es un maestro de danza, música y arte que cada noche convoca a más de 60 niños, jóvenes y adultos en la plazoleta de la Alcaldía de Arauca. La misión de este profesor empírico es enseñarles a sus alumnos a sentir amor por el folclor y la cultura de nuestro país.
Aunque sus ancestros vienen de la Costa Atlántica, Pablo Jiménez se siente ciento por ciento araucano y su compromiso con el folclor nacional lo ha llevado a enseñar ritmos que van desde la cumbia, el mapalé y el bullerengue hasta guabinas y bambucos.
El contacto con nuestros ritmos tradicionales se complementa con la enseñanza de valores.
Jiménez trata de nutrir el tejido social de su comunidad. Su intención a largo plazo es que los niños y jóvenes que está formando se conviertan en el relevo generacional que garantice la preservación y transmisión de los ritmos y danzas colombianos.
Adicionalmente, Pablo Jiménez es el responsable de una escuela de baloncesto gratuita, mediante la cual vincula a los niños al deporte como paso previo al ingreso en la escuela de formación cultural.
Aunque sus ancestros vienen de la Costa Atlántica, Pablo Jiménez se siente ciento por ciento araucano y su compromiso con el folclor nacional lo ha llevado a enseñar ritmos que van desde la cumbia, el mapalé y el bullerengue hasta guabinas y bambucos.
El contacto con nuestros ritmos tradicionales se complementa con la enseñanza de valores.
Jiménez trata de nutrir el tejido social de su comunidad. Su intención a largo plazo es que los niños y jóvenes que está formando se conviertan en el relevo generacional que garantice la preservación y transmisión de los ritmos y danzas colombianos.
Adicionalmente, Pablo Jiménez es el responsable de una escuela de baloncesto gratuita, mediante la cual vincula a los niños al deporte como paso previo al ingreso en la escuela de formación cultural.
Transformador de convivencia
JOHN EDWN BARRIOS
Sobre la calle tercera con carrera primera, en el barrio Lourdes (Bogotá), las coloridas fachadas, junto al arte que se vive en la Casa de la Cultura que se creó en una de las viviendas centrales de la cuadra, fortalecieron los lazos de amistad entre los vecinos de la comunidad.
Con bazares, fiestas de Navidad y actividades recreativas, John Edwin Barrios le dio vida a la Corporación Cultural Tercer Acto, una iniciativa con la que quiso cambiar la imagen de peligrosidad que tenía su calle, para convertirla en parte de un referente cultural de la ciudad con una agenda permanente y gratuita.
Pensando en ello y con apoyo del Distrito, Barrios ha desarrollado un proyecto cultural en el que integra tanto a jóvenes como a la comunidad, primero, en cursos artísticos como de zanqueros y en espectáculos donde para entrar los asistentes deben dar una donación en especie que va desde una panela hasta una bolsa de arroz.
Asimismo, la Fundación se sostiene con actividades de restauración de fachadas, en las que Barrios además de utilizar una paleta colorida crea figuras, en su mayoría de animales y naturaleza que le dan mayor calidez a su barrio.
Su próximo reto es extender su propuesta a otras cuadras de su barrio, para lograr mayor integración en la comunidad a través de este proyecto, que utiliza la cultura como eje transformador.
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Por Redacción Medios
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