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Desde el episodio piloto, Los años maravillosos muestra los temas que desarrollará en torno a su protagonista, el niño Kevin Arnold: la clase media de los suburbios en EE. UU., el padre tenso por el trabajo, la madre abnegada, una hermana contestataria, el hermano provocador, el amigo Paul, el primer amor, etc. Los hechos son narrados por la voz en off de la conciencia adulta de Kevin, la cual comenta su infancia y adolescencia desde el verano de 1968 hasta la celebración del Día de la Independencia de 1973, un periodo caracterizado por sucesos determinantes para los estadounidenses, como la lucha por los derechos civiles, el viaje a la luna, el impacto de la guerra de Vietnam, el movimiento jipi, la creación de la televisión en color, etc.
Como estudiante preadolescente, la clase masculina de educación física siempre representó para Kevin una especie de régimen del terror, debido a la actitud autoritaria del maestro Ed Cutlip. En el episodio 2 de la primera temporada, por ejemplo, Cutlip explica en clase el funcionamiento del sistema reproductor femenino, con la advertencia de que no permitirá ningún gesto de risa. Los chicos de 12 años estaban esperando ver la imagen de un cuerpo femenino desnudo, pero Cutlip dibuja en el tablero una ilustración confusa de la ovulación. Ante esto, la voz en off opina que, en ese entonces, no era buena idea dejar en manos de un educador público la tarea de iniciar la educación sexual.
En la secundaria, Kevin empieza a comprender algunos problemas sociales. En la segunda temporada, la maestra de Ciencias Sociales, la treintañera señorita White, proyecta a sus estudiantes el famoso discurso de Martin Luther King, quien había sido asesinado recientemente: “Tengo un sueño —dice King—, el de que mis cuatro niños pequeños vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel, sino por su calidad moral”. Al terminar la proyección, la señorita White dice que la nación acababa de perder a un gran hombre. El narrador comenta: “¿Qué tenía ella que me afectaba tan profundamente? ¿Su sensibilidad, su afecto, su inteligencia?”. Y agrega: “Tal vez todo ello, tal vez más, tal vez mucho más”, mientras Kevin mira los senos de White, remarcados por su ondulante blusa blanca.
Luego de ver el discurso, Kevin acepta interpretar a Robert F. Kennedy en la obra de teatro sobre King que White dirige. La voz en off comenta lo sucedido el día de la presentación: “Cuando esperaba tras el telón esa noche, comencé a pensar sobre el primer día que me enamoré de la señorita White en el salón de clases. Me acordé de la forma en que había llorado cuando escuchó el discurso del Dr. King, y recordé lo que me había hecho sentir. ¿Y saben qué? Dentro de mi corazón realmente creo que la señorita White también me amaba. No era algo que pudiera formar parte de la vida real, pero eso no significa que no existiera”. En la vida del protagonista, las cualidades de White tienen más efecto que los argumentos de autoridad de Cutlip. Kevin también es inspirado por la personalidad de maestros como la señora Carples, que le dictaba clases particulares de piano, y por el señor Collins, profesor de matemáticas.
A lo largo de la secundaria y la preparatoria, la formación académica de Kevin y sus amigos está integrada a la vida familiar y la historia de la nación.
Por su parte, Euphoria sugiere que actualmente la educación tradicional no incide como antes en la formación de la clase media de los suburbios, de ahí el hecho de que la serie no contenga prácticamente ninguna escena en el salón de clases, ni tampoco diálogos entre estudiantes y profesores. Influyen más las redes sociales y el consumo de drogas duras en las escuelas, dos fenómenos que exacerban el individualismo y nihilismo de unos jóvenes que han puesto al margen de sus vidas incluso a las propias familias. Eso sí, los chicos aún son sostenidos materialmente por sus padres, a excepción de Fezco y su hermano menor, que renunciaron a estudiar para cuidar de su abuela y vivir del tráfico de drogas.
La historia se desarrolla a través de tres amigas que cursan la preparatoria: Rue, la narradora, que relata su pasado reciente y detalles de su entorno; Jules, una muchacha trans, y Lexi, una joven talentosa más bien ignorada por sus compañeros.
Tras la muerte de su padre por el cáncer, Rue se sumerge en una profunda melancolía que la lleva a las drogas y la hace indiferente a cualquier asunto escolar. En el primer episodio intermedio de las dos temporadas, ella pasa la noche de Navidad en un tranquilo restaurante con Ali, su consejero de rehabilitación, un hombre afroamericano exadicto. Rue le confiesa: “Las drogas son lo que me ha impedido suicidarme”. Ali le aconseja hacer una revolución espiritual para vencer su adicción, pues “las drogas cambian quién eres como persona”. Le dice a Rue: “Es esencial que creas en algo más grande que tú. Tienes que creer en la poesía, porque todo lo demás en tu vida te fallará, incluso tú misma”. Esta idea apunta a que la poesía enseña, por ejemplo, “el valor de dos personas sentadas en un restaurante, hablando de la vida, la adicción y la pérdida”.
Ahora, Jules —acosada sexualmente por Nate, líder de atletas de la preparatoria— parece haber agotado todas sus energías defendiendo su transición de género, lo cual pone en un segundo plano el estudio y, contrario a lo que se creería, obstaculiza su educación sentimental. En el segundo episodio intermedio, la chica va a una sesión con la psicóloga, a quien le expresa que quiere dejar de tomar las hormonas. Jules siente que ha enmarcado su feminidad en torno de los hombres, que ya no le interesan: “Filosóficamente, lo que los hombres quieren es tan aburrido y simple, y tan poco creativo”, dice. La muchacha siente vergüenza consigo misma por haberse pasado la vida construyendo su cuerpo, personalidad y alma según lo que los hombres desean. Y considera que ser trans es espiritual: “es para mí, es mío, me pertenece”. Más adelante, le revela a la psicóloga que siempre ha tratado de conquistar la feminidad, y ahora siente que la feminidad la conquistó, refiriéndose a que está enamorada de Rue.
En los casos de Rue y Jules, ambas aprenden cosas significativas fuera de la escuela. Gracias a Ali, Rue entiende que debe escuchar más, para afrontar mejor los problemas. Y Jules cuenta con una sensibilidad que le permite encontrarse.
A diferencia de sus amigas, Lexi tiene la capacidad de tomar distancia de su realidad, lo que le permite ir más allá de sí misma. Al final de la segunda temporada, ella presenta ante todos los compañeros de la preparatoria la obra teatral Our Life, producto del trabajo escolar. En la “Obertura”, se aprecia a Lexi (bajo otro nombre) entrando a la casa donde están velando al padre de su mejor amiga (Rue). Entonces, sube a la habitación de la amiga y le lee un poema de Rilke: “¿Te es amargo el beber? Vuélvete vino”, dice uno de los versos. Mientras tanto, entre el público, Rue observa atenta la escena, donde vuelve a resonar para ella la poesía. A continuación, siguen apareciendo personajes que son un reflejo de otros asistentes, como la hermana de Lexi (Cassie), las amigas (Maddy, Kat) y el novio de la primera (Nate). Estos son descritos con precisión, y se parodian ciertos rasgos individuales relacionados con su vanidad y manera de perseguir la popularidad y las experiencias sexuales, una lección de la obra que alcanza a incomodarlos.
Las dos series se diferencian en la percepción del paso del tiempo, pues en Los años maravillosos los días transcurren pausadamente al ritmo del año escolar, con la expectativa de vivir muchas cosas, mientras que en Euphoria el andar vertiginoso deja exhaustos a casi todos sus personajes centrales, quienes ven la escuela como un escenario distinto al de su formación. Otro rasgo distintivo es la aparición en Euphoria de dos interlocutores importantes con los que cuenta actualmente la institución escolar para cumplir su misión: el consejero y la psicóloga.
Ambas series comparten el interés de Lexi y Kevin en el estudio. Ella es sobre todo una lectora, y él es un poco de todo: artista, científico, atleta, estudiante, aunque “algunas veces –dice con nostalgia la voz en off– parece como si crecer fuera un proceso de ir renunciando a esas cosas una por una”. Si bien el esplendor escolar de Los años maravillosos hace parte del pasado de su protagonista, Euphoria muestra con Lexi que la escuela aún es un lugar para relacionarse y adquirir conocimientos necesarios para la vida.
* Profesor y editor de la revista Educación Estética, de la Universidad Nacional de Colombia.