Diva Jessurum: “Cada historia que contamos es una lección de vida”
“Expediente Final”, el formato que se emite por Caracol Televisión los domingos a las 5:00 p.m., celebra sus primeros cinco años al aire. Su directora, Diva Jessurum, habló con El Espectador sobre la evolución del programa y el reto que conlleva hablar sobre la muerte.
Daniela Suárez Zuluaga
A Diva Jessurum la mueven las historias. Desde que era pequeña supo que quería dedicarse al periodismo y lanzarse al ruedo de las investigaciones a profundidad, así que estudió Comunicación Social en la Universidad del Norte de su natal Barranquilla. Allí encontró su pasión y su vocación, tanto así que se fue preparando para, sin ella saberlo en ese entonces, dirigir, producir y presentar formatos como “Se dice de mí” y “Expediente Final”, este último cumple sus primeros cinco años al aire.
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A Diva Jessurum la mueven las historias. Desde que era pequeña supo que quería dedicarse al periodismo y lanzarse al ruedo de las investigaciones a profundidad, así que estudió Comunicación Social en la Universidad del Norte de su natal Barranquilla. Allí encontró su pasión y su vocación, tanto así que se fue preparando para, sin ella saberlo en ese entonces, dirigir, producir y presentar formatos como “Se dice de mí” y “Expediente Final”, este último cumple sus primeros cinco años al aire.
En entrevista con El Espectador, Jessurum habla de la evolución de este formato, que busca contar a través de reportajes en video cómo algunas figuras reconocidas vivieron sus últimos días antes de morir. Dentro de las investigaciones que salen al aire cada domingo a las 5:00 p.m. en Caracol Televisión, “Expediente Final” ha dado a conocer las historias de Martín Elías, Óscar Agudelo, Mafe Aguilar, entre otros.
También habló sobre el trabajo en equipo y la estigmatización del periodismo de entretenimiento, reiterando en varias ocasiones que esta fuente va más allá de la farándula, y dejando claro que “Expediente Final” ha demostrado la importancia de la investigación dentro de la industria.
¿El proyecto de “Expediente Final” nació respondiendo a alguna necesidad específica?
Caracol TV siempre le ha apostado a la innovación, a hacer cosas diferentes y dejar huella en el corazón de los colombianos. Sí existía una necesidad de mostrar más allá de lo que se esconde detrás de los personajes y este formato nació siendo un reto periodístico enorme, porque nosotros dimos vida a algo llamado periodismo investigativo de entretenimiento. Nos lanzamos a hacer esto, que en Latinoamérica no existía, y no es fácil trabajar con el dolor de las personas, no es fácil escudriñar en el alma para que te hablen de lo más sagrado que tienen, que es la partida de su ser querido. Es un programa complejo, porque es difícil entrevistar, que te respondan, escribir y llevar al aire ese sentimiento de la persona para saciar la curiosidad del televidente, cumplir las expectativas de la familia con respecto a su doliente, y que nosotros podamos estar a la altura de cada una de las historias.
¿Por qué es importante llegar al fondo de un personaje y mostrar quién era antes de morir?
Decidimos contarle a Colombia cómo fueron los últimos días de vida de los personajes más célebres de nuestro país y Latinoamérica. Pero primero le recordamos a la gente la grandeza del personaje, y después nos vamos a seguir la huella de sus últimos pasos recorridos. Periodísticamente hablado, esto tiene un grado de responsabilidad muy alto, porque cuando una persona muere forma parte del tesoro del existir del que queda. No estás hablando de cualquier cosa, estás hablando de que tu ser querido murió accidentado, reventado en una carretera, violado o masacrado, secuestrado a manos de las FARC, que se suicidó, que murió por depresión, o por una enfermedad que no solo acabó con su vida, sino con la de su entorno. Estas historias deben manejarse con pinzas, con un respeto enorme por la memoria del personaje, porque muchas veces los periodistas cometemos el error de dejarnos llevar por el ego de saber cosas ocultas de la vida de alguien, caminamos en la cuerda floja cada ocho días y nos enfrentamos a nuestras propias tristezas, porque cuando hablamos de la muerte de alguien, también recordamos a nuestros muertos.
¿Cómo han manejado el tema con los seres queridos de los personajes? ¿cuáles han sido los retos en estos cinco años?
Una de las cosas más retadoras es que nadie cree que su doliente fue malo, como dicen por ahí, “no hay muerto malo, ni novia fea”. Todo el mundo tiende a exaltar y engalanar a su personaje, y nosotros tenemos no solo la difícil misión de preguntar cómo fue ese último suspiro, quiénes rodearon a esa persona cuando murió, sino también hablar de las cosas malas que hizo, de los errores que cometió. Hay que saber preguntar, es difícil, pero cada historia es una lección de vida, y el mayor temor que tiene la humanidad es la muerte, porque realmente nadie la conoce hasta que fallece... una cosa es lo que te digan, y otra cosa es cómo lo enfrentamos. A veces las familias no están preparadas para hablar, en otros casos interrumpen la entrevista y tienes que esperar a que la persona haga catarsis, llore y retome.
¿Y el trabajo en equipo cómo funciona?
“Expediente Final” requiere de una rigurosidad enorme, y lo que nadie sabe es que lo hacemos solo cuatro personas. De los tres periodistas que yo tengo a mi cargo cada uno tiene un personaje distinto, no somos los cuatro trabajando en el mismo. El personaje se plantea y el periodista arranca con la investigación, se manejan tres historias de manera simultánea, aunque al aire vaya una sola. Cada una tiene una investigación de, al menos, 15 días, con entre 3 y 17 invitados, hemos llegado a tener 21 entrevistas. El reto consiste en resumir la grandeza del personaje, rendirle tributo a su vida, cumplir las expectativas de la familia y del televidente.
¿Cree que “Expediente Final” ha ayudado a que el periodismo de entretenimiento sea reconocido por algo más que la farándula? ¿qué opina de ese estigma?
Este formato es un hijo, y cuando tú tienes un hijo, vas creciendo y aprendiendo con él. “Expediente Final” nos ha dado grandes lecciones, la primera es la responsabilidad personal y moral que tenemos a la hora de contar una historia. Al ser el primer programa investigativo de entretenimiento, nosotros nos retamos persé, porque pasamos de ser periodistas de entretenimiento a investigadores. Me parece que a veces es una falta de respeto que nos digan “periodistas de farándula”, porque nosotros no estudiamos eso, sino periodismo, y es tan periodista el de entretenimiento como el de economía y política. Romper ese esquema y luchar contra ese estigma que tenemos los periodistas de esta fuente ha sido muy duro. Un periodista de entretenimiento cubre cine, música, artes circenses, arte, teatro... va mucho más allá.