Hugh Grant y la tristeza de actuar
Tres décadas de experiencia no son suficientes para que el actor pueda dominar el miedo escénico. Tampoco los paseos matutinos y los remedios contra el estrés.
Frankie Taggart / AFP
A Hugh Grant no le gustan demasiado las entrevistas, pero forzando la sonrisa y ofreciendo una taza de café, se sienta a hablar de la película "Florence Foster Jenkins", su nuevo proyecto en un mundo que no lo hace muy feliz.
"Soy encantador en algunas entrevistas y frío en otras", cuenta en un encuentro en un hotel de Beverly Hills. "Por algún motivo soy frío con algunos programas de entretenimiento", apunta.
La faceta pública de Grant (nacido en Londres en 1960) no ha sido un camino de rosas. Siempre ha sido uno de los personajes preferidos de la prensa amarilla y hace unos años se convirtió en una de las víctimas de las escuchas del tabloide británico News of The World.
Pero, aunque es uno de los embajadores de la campaña "Hacked off" a favor de un periodismo responsable, no escapa a la paradoja por ser una de las celebridades que más cuenta sobre sí mismo.
En el programa "Late Late Show", de su compatriota James Corden, explicó haber sufrido hace poco una crisis emocional que lo tuvo llorando sin parar durante tres semanas. La cosa terminó con la ayuda de un hipnotizador.
"Cuando estás en este tipo de programas intentas contar algo gracioso pero cometes errores catastróficos todo el tiempo", afirma.
Ataques de pánico
El presentador no se cortó a la hora de definirlo: "En este programa hemos tenido dictadores".
El actor también se mete con el trabajo de sus compañeros. Les dice dónde tiene que ir la cámara, donde poner el micrófono y cómo iluminar.
En "Florence Foster Jenkins" también lo hizo, aunque el director "fue permisivo".
A Hugh Grant no le gustan demasiado las entrevistas, pero forzando la sonrisa y ofreciendo una taza de café, se sienta a hablar de la película "Florence Foster Jenkins", su nuevo proyecto en un mundo que no lo hace muy feliz.
"Soy encantador en algunas entrevistas y frío en otras", cuenta en un encuentro en un hotel de Beverly Hills. "Por algún motivo soy frío con algunos programas de entretenimiento", apunta.
La faceta pública de Grant (nacido en Londres en 1960) no ha sido un camino de rosas. Siempre ha sido uno de los personajes preferidos de la prensa amarilla y hace unos años se convirtió en una de las víctimas de las escuchas del tabloide británico News of The World.
Pero, aunque es uno de los embajadores de la campaña "Hacked off" a favor de un periodismo responsable, no escapa a la paradoja por ser una de las celebridades que más cuenta sobre sí mismo.
En el programa "Late Late Show", de su compatriota James Corden, explicó haber sufrido hace poco una crisis emocional que lo tuvo llorando sin parar durante tres semanas. La cosa terminó con la ayuda de un hipnotizador.
"Cuando estás en este tipo de programas intentas contar algo gracioso pero cometes errores catastróficos todo el tiempo", afirma.
Ataques de pánico
El presentador no se cortó a la hora de definirlo: "En este programa hemos tenido dictadores".
El actor también se mete con el trabajo de sus compañeros. Les dice dónde tiene que ir la cámara, donde poner el micrófono y cómo iluminar.
En "Florence Foster Jenkins" también lo hizo, aunque el director "fue permisivo".