Jennifer Lawrence se desnuda en su nueva película

Aunque la artista decidió negarse a protagonizar cualquier tipo de desnudo en la gran pantalla tras la filtración, en 2014, de unas imágenes íntimas y comprometidas de su teléfono móvil, en su última cinta "Gorrión Rojo" aparece sin ropa.

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EFE
27 de febrero de 2018 - 12:51 a. m.
Jennifer Lawrence, en la presentación de 'Gorrión Rojo' en Londres.  / Bang Showbiz
Jennifer Lawrence, en la presentación de 'Gorrión Rojo' en Londres. / Bang Showbiz
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A diferencia de la humillación pública y de la intolerable invasión de su intimidad que se desprenden de los desnudos que de ella -y de otras tantas actrices- se filtraron en el año 2014 después de que un desalmado hacker consiguiera acceder al servidor virtual de su teléfono móvil, las escenas que protagoniza la actriz Jennifer Lawrence desprovista de ropa en su más reciente película, 'Gorrión Rojo', le han hecho sentir "poderosa" y a cargo una vez más de un físico del que solo ella debe disponer para expresarse personal y profesionalmente.

"Me he dado cuenta de que hay una gran diferencia entre aquello que es consentido y lo que no lo es. Así que llegué al rodaje dispuesta a hacer lo que tenía que hacer, y eso me hizo sentir poderosa. Tuve la sensación de que se me había devuelto algo que me habían robado y que por fin podía utilizarlo en mis propios términos, usarlo para mi arte", ha contado en una sincera entrevista para el programa 60 Minutes de la cadena de televisión CBS.

De esta forma, la intérprete puso punto final a la regla que se autoimpuso poco después del incidente, la de no aceptar ningún trabajo cinematográfico que implicara desnudos parciales o totales por su parte, al tiempo que aprendió a sobrellevar la traumática experiencia a la que se vio sometida hace ya cuatro años: una vivencia que sacó a relucir su lado más vulnerable y que ella misma no dudó en comparar con una especie de "violación" en grupo.

"Cuando todo esto ocurrió, tuve la impresión de que había sido víctima de una violación increíble, una tan grave que me resultaba difícil describir con palabras. Es un golpe que todavía estoy procesando, y me siento como si me hubiera violado todo el puto planeta en grupo, porque no hay nadie en este mundo que no pueda ver esas fotos íntimas mías", explicaba sobre los efectos emocionales de esa ruptura total entre los ámbitos público y privado.

"Me resultaba imposible procesar la idea de que, en cualquier lugar del mundo, incluso en medio de una barbacoa, alguien podía sacar el móvil y enseñarle las fotos a sus amigos. Así que nada de lo que ocurra ahora podrá devolverme paz, nadie me va a devolver mi cuerpo desnudo, ni a mí ni a Nick, la persona a la que iban dirigidas esas fotos. No estoy interesada en demandar a nadie, solo quiero curar la herida", manifestaba todavía conmocionada.

Por EFE

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