El Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI) y su oficina de los premios India Catalina de la industria audiovisual colombiana informaron que el equipo de La Pulla, la videocolumna de opinión de El Espectador, fue nominada en la categoría "Mejor producción periodística para televisión" con el video "Se nos vino el castrochavismo". (Le puede interesar: Los secretos de la pulla)
Con el tono crítico, realista y cómico que caracteriza a todo el equipo de La Pulla, Juan Carlos Rincón, María Paulina Baena y Juan David Torres decidieron en esa ocasión hacer un video explicando por qué Colombia está lejos de convertirse en una segunda Venezuela, y cómo los candidatos de ese momento a la Presidencia de Colombia utilizaban la situación del país vecino a su beneficio para ganar más votos.
"Se nos vino el castrochavismo" fue publicado casi tres meses antes de las elecciones, que se realizaron el domingo 27 de mayo de 2018, y logró más de un millón de vistas en YouTube. Ha sido el video más visto del formato, así como el más comentado y polémico. (Le puede interesar: Opinar con irreverencia y rigor)
A La Pulla se le ha reconocido desde su primer video, publicado en 2016, por tener esa dosis de realidad y humor con la que logran mostrar en pocos minutos las diferentes situaciones que agobian a Colombia, eso sin ser un formato aburrido y pesado, todo lo contrario, logró ser viral gracias a la claridad con la que se expresan los argumentos en cada uno de los videos.
Juan Carlos, Juan David y María Paulina son conscientes de que, en cierta medida, el éxito fue producto del azar. El de ellos fue un experimento más de muchos otros que no funcionaron, pero este llegó en el momento preciso y reunió a la gente que era. “Llegamos a llenar un vacío en un país muy necesitado de una catarsis argumentada –cuenta Juan Carlos–. En el país donde está prohibido hablar sin tapujos, nosotros lo hacemos, con críticas sustentadas, eficientes y entretenidas. Y sacudimos a una población que el periodismo había dado por perdida, que se consideraba indiferente, como los millennials, a quienes acusaban de ser una generación desinteresada, pero que no lo es, que simplemente necesitaba que le hablaran de política de una forma distinta”.