El baño es una película atípica grabada en condiciones cinematográficas poco normales en un año bien particular. La más reciente cinta del director Hárold Trompetero resultó siendo la mayor prueba para un equipo de producción dadas las características del confinamiento, las normas de bioseguridad y la exigencia del distanciamiento físico.
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Trompetero afirmó que durante más de 25 años se preparó en el ámbito de la dirección, precisamente, para estar al frente de un reto mayúsculo como el de El baño. Para el talento actoral y para el equipo de producción resultó siendo una experiencia innovadora porque cada uno debía realizar su trabajo por separado y confiar en lo que estaban haciendo los demás por su lado.
Para la actriz Marcela Carvajal, por ejemplo, lo más novedoso fue convertirse, de la noche a la mañana, en la guía actoral de Alberto Gaitán, su esposo, quien debutó en la interpretación de personajes en el cine en su rol en la película El baño. (Le puede interesar: Vea lo que Hárold Trompetero hizo en “El baño”)
Según Carvajal, el filme de Hárold Trompetero es una muestra fiel de que no existen los límites cuando se quieren hacer las cosas y que los seres humanos tienen siempre una carta debajo del brazo: la recursividad, un común denominador en esta pieza cinematográfica, que se estrenó en las salas de cine el pasado 25 de diciembre.
¿Cuál fue su sensación al ver la película “El baño”, realizada por completo en confinamiento?
Me dio mucha risa ver el resultado. Me impresionó ver cómo todo pareció filmado con la misma cámara. Me di muy duro, eso sí, me di palo yo misma porque cosas que vi durante el desarrollo de la película, ya después me puse a pensar en las circunstancias en las que me tocó grabar. Creo que mi expectativa más grande era ver a mi esposo Beto (Alberto Gaitán) y ver cómo iba a sacar adelante este desafío.
¿Qué puede esperar la gente que quiere ir a ver la película a las salas de cine?
La gente puede esperar una muy buena película para esta época de Navidad. Creo que es una cinta perfecta para el final de este año tan complicado. Les garantizo que se van a reír mucho.
¿Qué es lo que más resalta de “El baño”?
Me parece que El baño es una película de museo, es una cinta que pasará a la historia por las circunstancias únicas en las que se hizo. Una de las cosas que más rescato es que es de una recursividad asombrosa y que, a pesar de todas las dificultades, es una producción cinematográfica. Seguramente tendrá su crítica negativa también, pero El baño es increíble.
¿Cómo fue dirigir a su esposo y actuar con él?
Dirigir a Beto (Alberto Gaitán) y actuar con él fue muy interesante. Creo que nunca nos aburrimos durante el confinamiento, por supuesto que hemos peleado, pero él se dio cuenta de que actuar es un oficio que implica mucha paciencia. Me parece que si él, en algún momento, tuvo las ganas de actuar o lo picó el bichito de la actuación, creo que esas ganas se le quitaron.
¿Qué fue lo más complejo de grabar en su casa?
Lo más complejo de grabar en mi casa fue hacer silencio, tener el tiempo para poder coordinar a todo el mundo. Tratar de cuadrar las agendas también fue todo un desafío, porque no todos teníamos las mismas horas disponibles porque Beto también estaba trabajando online y eso hizo que los procesos fueran mucho más complejos.
¿Qué mensaje le dejó el haber grabado esta película en época de pandemia?
Creo que esta película da un mensaje de esperanza y recursividad. Lo que aprendí a lo largo de todo este proceso de El baño es que cuando uno quiere hacer algo, nadie lo puede detener; todo lo contrario, creo que los seres humanos encontramos las maneras de sacar nuestros sueños adelante.