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Si algo podemos asegurar de la entrega número 92 de los premios de la Academia que se llevará a cabo este domingo 9 de febrero es que en la categoría de mejor Banda Sonora el ganador indiscutible es Richard Wagner. Viene entonces la pregunta fundamental: ¿cómo un músico del siglo XIX, que murió décadas antes de la invención de la cinematografía, podría acreditarse ese galardón? La respuesta, por simple que parezca, tiene detrás la compleja técnica de composición que ha marcado sin duda la forma en la que se ha desarrollado la música para cine.
A Wagner, dentro de lo mucho que se le debe en el mundo de la música culta (e incluso en la no culta también), se encuentra la invención, o al menos la formalización, de un concepto de composición y análisis musical que marcaría la relación que tienen las imágenes con el audio en el cine: el Leitmotiv. El Leitmotiv es una técnica que consiste en la repetición de un tema o melodía musical, usualmente a lo largo de una composición que acompaña una historia.
Si miramos entonces el trabajo desarrollado por John Williams (Star Wars Episode IX), Alexandre Desplat (Little Women), Randy Newman (Marriage Story), Thomas Newman (1917) y la islandesa Hildur Guðnadóttir (Joker) encontramos que cuatro de estos cinco cumplen con la regla del Leitmotiv.
Se puede afirmar que dentro de los cinco nominados quien lleva más tiempo empleando este concepto de composición es Williams, quien ha venido desarrollando Leitmotivs en la música de Star Wars desde la primera entrega de la saga en 1977 con temas como “El tema de la Fuerza” o la transición que logró en su momento entre el “Tema de Anakin” para convertirse en “La Marcha Imperial” evidenciando la compleja evolución del personaje.
A su vez, Desplat logra transmitir con su música todas las emociones que siente Jo y sus interacciones con distintos personajes como Laurie, con melodías dulces que se entrelazan entre sí según la persona con quien se encuentre siempre representada en las melodías desarrolladas en el piano.
Randy Newman con su inconfundible estilo nos lleva en un recorrido musical que evoluciona conforme lo hace la historia del matrimonio entre Nicole y Charlie, y cómo estos terminan aceptando la realidad que viviendo separados se puede guardar cariño por quien alguna vez fue su pareja, con temas como “What I Love About Charlie” o “What I Love About Nicole” que abren la película y de los cuales se desprenderán temas que acompañarán las interacciones de estos personajes.
Miembro de la misma dinastía, en cuanto a música para cine se refiere, Thomas Newman, el primo de Randy, nos lleva en un viaje angustiante, desolador y exhaustivo en la travesía que el cabo Schofield debe realizar para evitar la masacre del 2.º Batallón del Regimiento de Devonshire de una forma más libre, y quizás siendo el que menos usa los Leitmotivs de los cinco nominados.
Guðnadóttir logra, quizás con mejor precisión que los demás, evidenciar un aspecto fundamental que el mismo Wagner elogiaba en cuanto a la creación de un Leitmotiv que era plasmar la estructura psicológica de un personaje en su obra. La música de Joker es una clara muestra del caos y desolación que el personaje de Arthur vive en su día a día, evidenciando el deterioro en la psiquis y comportamientos de este que lo llevan en últimas a convertirse en el archienemigo del Caballero de la Noche.
Por lo anterior es que podemos afirmar que en cuatro de las cinco películas nominadas encontramos esa técnica que se inventaría en la Alemania del siglo XIX, siendo un pilar fundamental en la creación de música para cine. Wagner entonces puede asegurar que su legado no solo queda en sus óperas y demás composiciones, sino en los estilos de composición que ideó para entrelazar las imágenes, situaciones y lugares con la música.