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El sombrero ha sido el compañero perfecto de Owen Wilson durante su visita a Cartagena. El actor estadounidense llegó a La Heroica el jueves pasado para participar en el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI), en su edición número 58. Se bajó del avión en bermudas, tenis, camisa remangada y, por supuesto, un sombrero para protegerse de lo que le dijeron quienes ya habían estado en esta parte del planeta: un sol inclemente.
El actor, que se ha hecho célebre por participar en cintas como Una noche en el museo, El gran hotel Budapest, Zoolander, Ladrón que roba a ladrón, y Starsky & Hutch, desde que pisó tierra colombiana no ha parado un segundo. Pidió recorrer las calles coloniales de la Ciudad Amurallada, y lo hizo sin prevenciones y con el sombrero puesto.
Durante su recorrido, Wilson permitió que los turistas se le acercaran para tomarse fotos con él, pero nada hizo que perdiera el norte y que reparara en las fachadas, los balcones, las ventanas y hasta las aldabas diseñadas con diversos motivos que caracterizan el Centro Histórico de la ciudad.
Una de las actividades centrales para las que el actor fue invitado al certamen cinematográfico es la charla Entre la risa y el llanto, título que bien resume la trayectoria de Owen Wilson, quien se destaca por su condición versátil en la gran pantalla. Él tiene la facilidad de asumir roles dramáticos, pero con el mismo profesionalismo interpreta papeles cómicos, y eso lo pone siempre en la mira de directores con intencionalidades diversas.
Su nominación al premio Óscar por la coautoría del guión de la película The Royal Tenenbaums, al lado de Wes Anderson, potencializó su carrera y lo convirtió en una celebridad mucho más visible en Hollywood. A pesar de su reconocimiento, en Cartagena se ha mostrado tranquilo y deseoso de conocer cada detalle que rodeó la gestación de la capital del departamento de Bolívar.
Por ese mismo interés de adentrarse en la idiosincrasia local, Owen Wilson aceptó sin reparos la invitación al tradicional almuerzo ofrecido por Cine Colombia en el marco del Festival Internacional de Cine de Cartagena 2018. Llegó antes de medio día, con el sombrero puesto y un atuendo oscuro, poco tradicional en las inmediaciones del Caribe.
Según se pudo establecer, dos factores motivaron su respuesta afirmativa para estar presente. Primero, la posibilidad de conocer la gastronomía local; y segundo, la oportunidad (escasa en su entorno) de escuchar vallenatos en el empaque original del género.
Owen Wilson se adentró en el Club de Pesca, lugar de la recepción y allí intercambió impresiones con Tilda Swinton, actriz británica ganadora de Óscar, con Maribel Verdú, diva española; y con la hija de Jack Nicholson, Lorraine Nicholson, tres de las celebridades foráneas invitadas al evento.
El plato principal fue un filete de corvina marcado; mientras que la banda sonora tuvo un recorrido por los cuatro aires del vallenato. Wilson se acercó con curiosidad al acordeón y algunos de sus acompañantes le trataban de explicar la temática central de la historia narrada a través de la música. Ahí entendió el actor que en el vallenato también se puede pasar de la risa al llanto, así como él ha hecho en el séptimo arte.