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Manuel Zapata Olivella nació en el seno de una familia relacionada con el estudio de la literatura, la música, la cultura y la religiosidad popular del Caribe colombiano. Su infancia transcurrió en entornos rurales, rodeado de músicos, educadores y artistas, lo que muy tempranamente lo llevó a interesarse por la diversidad cultural y étnica de su familia y de la gente de la región. (Le puede interesar: Podcast: Gabriel García Márquez, pesadillas y canciones)
Sus padres, Edelmira Olivella y Antonio María Zapata Vásquez eran, respectivamente, una mestiza (de ascendencia indígena zenú y española), y un mulato (de ascendencia europea y africana), que sembraron en los hijos un sentimiento de orgullo y compromiso por explorar rigurosamente la extensión y dimensión de sus propios orígenes culturales. En palabras de Manuel Zapata Olivella: "En mi familia todos los abuelos habían nacido engendrados en el vientre de mujer india o negra. Mis padres, mis hermanos, mis primos llevamos la pelambre indígena, los ojos azules o el cuerpo chamuscado con el sol africano".
Sus obras tratan fudamentalmente la opresión y la violencia. En su larga trayectoria como narrador se pueden distinguir dos tendencias: una de carácter realista y de denuncia social, y otra de carácter mitológico, en la que priva la visión mágica del negro. Donde mejor se revela su creatividad literaria es en las novelas, entre las que cabe destacar Tierra mojada (1947) y Calle 10 (1960), de carácter positivista y objetivo. La problemática mitificada de los negros de América es abordada en Chambacú, corral de negros (1963, obra laureada por la Casa de las Américas), En Chimá nace un santo (1963, llevada al cine con el título Santo en rebelión) y Changó, el gran putas (1983).