
Timothée Chalamet interpretando a Bob Dylan en la película "Un completo desconocido".
Foto: Cortesía
Luego de pobres biopics en contenido, donde se tomaba la imagen de un icono musical y se intentaba reconstruirla para audiencias que no lo conocían, con el ánimo de presentar una cara amable, donde en ocasiones el exceso era un trampolín para vender una marca como en Back to Black (2024), donde la imagen sin profundidad de Amy Winehouse apenas se sostenía en las sensaciones de su legado musical, tal como en el biopic de Bob Marly en Bob Marley: la leyenda (2024), que lo muestra como un modelo a seguir, sin grises y...
Por Daniel Rojas Chía
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