Una caricatura del alma
En más de medio siglo como caricaturista (la mayor parte en ‘El Espectador’), Héctor Osuna ha sido una voz crítica a través del sarcasmo.
Juan David Torres Duarte
Existen dos aparentes paradojas en la figura del caricaturista Héctor Osuna. La primera, sutil, tiene que ver con su condición política: por años se ha declarado conservador —laureanista, en específico— y ha publicado, también por décadas, en un periódico liberal, El Espectador. La segunda, aún más sutil, acoge a quienes han sido motivos de sus caricaturas: a pesar de sus críticas, incluso los aludidos reconocen el valor de sus dibujos.
La primera paradoja la resolvió él de manera sencilla en una entrevista con El Tiempo: “Nunca he militado en ningún partido. Soy de extracción conservadora pero ya me sacaron la muela. Tampoco he pertenecido ni perteneceré al Partido Liberal. Siempre he querido ser independiente. Cuando entré a El Espectador le planteé el tema político a Gabriel Cano. Me dijo: ‘Quítese esas cucarachas de la cabeza y hagamos un pacto: ni usted es conservador, ni yo liberal, hagamos periodismo’”.
La segunda, en cambio, ha sido cuestión de tiempo: el respeto no se puede obtener de otro modo. En principio, Osuna escuchaba comentarios de presidentes y procuradores y fiscales que, cuando aparecían retratados por su mano, se sentían demasiado aludidos y quizá también ofendidos. Eso demostraba, por un lado, que una caricatura no es un dibujo inocente y, por otro, que el estatuto político colombiano era proclive a cierto modo de la dictadura, justo el tipo de gobierno que Osuna señala con sátira: sucedió así con el gobierno de Rojas Pinilla (sobre quien publicó su primera caricatura en el diario El Siglo en marzo de 1959) y con el de Álvaro Uribe. A uno y a otro jamás les perdonó un pecado común: el deseo terco de convertirse ellos mismos en el Estado.
“La caricatura parece una cosa muy sencilla —dijo en una entrevista con la revista Semana—, pero en el fondo tiene contenidos hasta del alma”. Por eso, Osuna se ha preocupado siempre porque la fisonomía de sus personajes sea, al mismo tiempo, la personificación de todo cuanto los rodea, de su persona pública y de su persona privada: así han aparecido en sus caricaturas, representados en figuras variopintas, Ernesto Samper (un gran elefante, por lo general, encerrado en espacios diminutos), Juan Manuel Santos, Hugo Chávez, Gustavo Petro (con el rostro en desorden, alterado), Belisario Betancur y Julio César Turbay (a quien criticó de manera constante por su Estatuto de Seguridad).
Han sido cientos las caricaturas que Osuna ha publicado en más de 50 años. Sus dibujos han sobrevivido a 13 gobiernos presidenciales, con sus caídas y destrozos y desechos. Osuna, de 78 años, tiene la potestad para decir que ha mantenido la postura más respetable del periodismo: la duda. Incluso en los momentos de emoción general. Cuando Rodrigo Lara fue asesinado en 1984, Osuna, que tuvo una relación muy cercana con él, acudió a su funeral. “Fui a su entierro en Neiva, donde Betancur echó un discurso político en la misa y restableció la extradición. Toda la iglesia lo aplaudió. Yo no”.
Héctor Osuna nació el 21 de mayo de 1936 en Medellín. Se recibió como abogado en la Universidad del Rosario y luego estudió pintura en Madrid. Desde entonces, con una frecuencia constante, ha publicado sus caricaturas en medios como El Siglo, Semana y El Espectador. Parte de su juventud la pasó en el seminario, con el firme deseo de entrar a la curia. “Entré al día siguiente de cumplir quince años. Era un niño, pero no crea que la meditación sea incompatible con mi vida de hoy”. Otras circunstancias, dijo, se presentaron después y se retiró. Las formas sarcásticas se convirtieron, en ese tiempo y por un extenso período, en su modo de expresión a través de los dibujos y de la columna de opinión que firma con el seudónimo de Lorenzo Madrigal. “Yo diría que las mías (las caricaturas) son sarcásticas en la medida en que se encuadran dentro de lo que yo creo es el sarcasmo: una ironía bastante ácida que maneja las desproporciones a veces de manera absurda, pero que en el fondo tiene su lógica”, dijo en Semana.
Toda forma de arte, por lo general, suele granjearse enemigos que, gracias a ese disgusto, la validan. Osuna era consciente de ello y tuvo bajo su posesión a innumerables personajes de la vida pública con quienes, de una manera conceptual en ocasiones, sarcástica en otras, ajustó cuentas. Lleras Restrepo, por haber pedido a Mariano Ospina Pérez que saliera de la presidencia cuando sucedió el Bogotazo, estaba en esa lista; estaba Samper, por su relación con el narcotráfico.
En un texto para El Espectador publicado en 2009, el expresidente Belisario Betancur escribió: “Aquel dibujo sutil; las curvaturas sugerentes; los rasgos invisibles que extrae del subfondo intencional para proyectarlos en la pantalla de la realidad, hacen de Osuna el médico acucioso de las lacerías de nuestra sociedad”. Su capacidad de crítica se suma a una personalidad, en sus palabras, tímida, poco mediática. Es extraño ver a Osuna entre las reuniones comunes de los medios o en disquisiciones con otros caricaturistas. Aprecia esa soledad. En una ocasión, en las instalaciones de El Espectador, alguien le declaró su admiración por una de las columnas que escribió como Lorenzo Madrigal. Osuna reparó en esa persona y dijo: “¿Quién? Yo no conozco a ese señor”.
Premio de Crítica para Julio César Londoño
El columnista de El Espectador Julio César Londoño recibió el premio de Crítica en Periodismo Escrito por su columna Las agonías del estilo, publicada el 28 de septiembre de 2013. El artículo discutía la importancia de la obra de Álvaro Mutis y diseccionaba algunas de sus obras. Esto dijo el jurado sobre la columna: “A modo de obituario sincero, y sin desconocer a Mutis como un gran estilista y un hombre de inteligencia excepcional, el columnista de El Espectador se atreve a poner en duda un legado que pocos cuestionan, y de paso (...) sugiere algunos criterios para juzgar el valor de una novela, de un cuento o de un poema”. Caracol Televisión también fue galardonado en la categoría noticia por un reportaje titulado Sequía en el Casanare. En periodismo investigativo para medios impresos, el premio fue para la revista Semana por su reportaje sobre Andrómeda, el escándalo de las supuestas interceptaciones a los negociadores de La Habana.
María Teresa Ronderos recibió el galardón como Periodista del Año gracias a su trabajo sobre el conflicto colombiano.
Estos son los ganadores:
BECA AL PERIODISMO JOVEN - Radio
En medio del criterio de los medios
Ana María Figueredo
www.ondauao.co
Cali
- - -
BECA AL PERIODISMO JOVEN - Televisión
Mushaisha, una pesadilla wayúu
Carlos Mario Piedrahita Osorio
Canal Zoom
Santa Rosa de Cabal, Risaralda
- - -
BECA AL PERIODISMO JOVEN - Televisión
Las caras del horror
Omar Andrés Vásquez Ocampo
Bogotá
- - -
BECA AL PERIODISMO JOVEN - Periodismo escrito
El poeta que vino del sur
Jorge Iván Caraballo Cordovez
Revista Arcadia
Bogotá
- - -
PREMIOS AL TRABAJO PERIODÍSTICO
NOTICIA - Radio
Los supersónicos que sacudieron a Colombia
Sonia Rodríguez Martínez
Caracol Radio
Bogotá
- - -
NOTICIA - Televisión
Sequía en el Casanare
Alexander Guerrero Royero
Caracol Televisión
Yopal
- - -
NOTICIA - Periodismo escrito
Así le arrebató Sucre al ‘Gordo’ García el polémico Yahir Acuña
Laura Ardila Arrieta
La Silla Vacía
Bogotá
- - -
MENCIÓN ESPECIAL
NOTICIA - Periodismo escrito
Infierno en la Modelo
Karina González Pedraza, Carlos Polo Tovar, William Colina Páez y Kenji Dokú Angulo
El Heraldo
Barranquilla
- - -
PERIODISMO INVESTIGATIVO - Radio
Las zanjas de la muerte
Raúl Fernando Arévalo Bustos
RCN Radio
Bogotá
- - -
PERIODISMO INVESTIGATIVO - Televisión
Lupa sobre los magistrados de altas cortes
Cecilia Orozco Tascón, Ignacio Gómez Gómez, Diana Salinas Plaza y Julián Martínez
Vallejo
Noticias Uno
Bogotá
- - -
PERIODISMO INVESTIGATIVO - Periodismo escrito
Andrómeda: Interceptaciones ilegales a los negociadores de paz en La Habana
Ricardo Calderón Villegas
Revista Semana
Bogotá
- - -
MENCIÓN ESPECIAL
PERIODISMO INVESTIGATIVO - Periodismo escrito
Gobernador del miedo
Luz María Sierra, César Augusto Molinares y Tadeo Martínez
Revista Semana
Bogotá
- - -
MENCIÓN ESPECIAL
PERIODISMO INVESTIGATIVO - Periodismo escrito
Tres agroindustrias de los Llanos compraron tierras con líos y violencia
Ivonne Marcela Rodríguez González, Óscar Javier Parra Castellanos, María Teresa
Ronderos y Javier Felipe Quintero Charry
Verdadabierta.com
Bogotá
- - -
CRÓNICA Y REPORTAJE - Radio
Un grito por Buenaventura
Jorge Eduardo Espinosa Ahumada, Raúl Lara Ramírez, Jesús Antonio Castaño Aguilar
RCN Radio
Bogotá
- - -
CRÓNICA Y REPORTAJE - Televisión
Documental 9.70
Victoria Solano Ortega
Canal Capital
Bogotá
- - -
MENCIÓN ESPECIAL
CRÓNICA Y REPORTAJE – Televisión
El chat desde la prisión
Diana Marcela Valderrama Zamorra y Nicolás Herrera Rodgers
Caracol TV
Bogotá
- - -
MENCIÓN ESPECIAL
CRÓNICA Y REPORTAJE – Televisión
La marcha continúa
Jorge Mario Arbeláez, Víctor Gaviria y Luis Fernando Calderón
Señal Institucional
Bogotá
- - -
CRÓNICA Y REPORTAJE – Periodismo escrito
El secuestro de la Chiva
Alexandra Samper Miller
Revista El Malpensante
Bogotá.
- - -
ENTREVISTA - Radio
Entrevistas sobre perdón y reconciliación
Claudia Palacios Giraldo
W Radio
Bogotá
- - -
ENTREVISTA - Televisión
Memorias del Holocausto
María Elvira Arango Pardo, Héctor Francisco Córdoba Castaño y Valerie Varty Charul
Caracol TV
Bogotá
- - -
ENTREVISTA - Periodismo escrito
Reportero sin rostro
María Isabel Naranjo Restrepo
Universo Centro
Medellín
- - -
MENCIÓN ESPECIAL
ENTREVISTA - Periodismo escrito
No necesitamos el dinero de la venta de un revólver
Laura Marcela Hincapié Serna
El País
Cali
- - -
OPINIÓN - Periodismo escrito
100 años de soledad para María Fernanda Cabal
Daniel Samper Ospina
Revista Semana
Bogotá
- - -
MENCIÓN ESPECIAL
OPINIÓN – Periodismo escrito
La procuraduría de Alejandro Ordóñez: idea equivocada en manos equivocadas
Hernando Gómez Buendía
Razonpublica.com
Bogotá
- - -
ESPACIO DE DEBATE – Radio
El diferendo con Nicaragua desde las dos orillas
Diana María Calderón Fernández
Caracol Radio
Bogotá
- - -
ESPACIO DE DEBATE - Televisión
Club de prensa plus
Juan Carlos Iragorri
NTN24
Bogotá
- - -
CRÍTICA - Radio
Las joyas de la Corona. El sagrado corazón, apuntes sobre su significado
Ana María Lara Sallenave
Señal Radio Colombia
Bogotá
- - -
CRÍTICA – Televisión
Afrosound: cuando el chucu-chucu se vistió de frac
Juan Diego Parra Valencia
Canal Zoom
Medellín
- - -
CRÍTICA - Periodismo escrito
Las agonías del estilo
Julio César Londoño
El Espectador
Bogotá
- - -
MENCIÓN ESPECIAL
CRÍTICA - Periodismo escrito
La épica maternal de Cuarón
Carolina Sanín Paz
Revista Arcadia
Bogotá
- - -
CARICATURA
- Pensando en el posconflicto
- Militarizan el puerto de Buenaventura
- Realismo mágico
- - -
Ignacio Villamil Caicedo “MIL”
El Tiempo
Bogotá
- - -
FOTOGRAFÍA
El vandalismo opaca la protesta en Bogotá
Milton Díaz Guillermo
El Tiempo
Bogotá
PERIODISTA DEL AÑO
MARÍA TERESA RONDEROS
Existen dos aparentes paradojas en la figura del caricaturista Héctor Osuna. La primera, sutil, tiene que ver con su condición política: por años se ha declarado conservador —laureanista, en específico— y ha publicado, también por décadas, en un periódico liberal, El Espectador. La segunda, aún más sutil, acoge a quienes han sido motivos de sus caricaturas: a pesar de sus críticas, incluso los aludidos reconocen el valor de sus dibujos.
La primera paradoja la resolvió él de manera sencilla en una entrevista con El Tiempo: “Nunca he militado en ningún partido. Soy de extracción conservadora pero ya me sacaron la muela. Tampoco he pertenecido ni perteneceré al Partido Liberal. Siempre he querido ser independiente. Cuando entré a El Espectador le planteé el tema político a Gabriel Cano. Me dijo: ‘Quítese esas cucarachas de la cabeza y hagamos un pacto: ni usted es conservador, ni yo liberal, hagamos periodismo’”.
La segunda, en cambio, ha sido cuestión de tiempo: el respeto no se puede obtener de otro modo. En principio, Osuna escuchaba comentarios de presidentes y procuradores y fiscales que, cuando aparecían retratados por su mano, se sentían demasiado aludidos y quizá también ofendidos. Eso demostraba, por un lado, que una caricatura no es un dibujo inocente y, por otro, que el estatuto político colombiano era proclive a cierto modo de la dictadura, justo el tipo de gobierno que Osuna señala con sátira: sucedió así con el gobierno de Rojas Pinilla (sobre quien publicó su primera caricatura en el diario El Siglo en marzo de 1959) y con el de Álvaro Uribe. A uno y a otro jamás les perdonó un pecado común: el deseo terco de convertirse ellos mismos en el Estado.
“La caricatura parece una cosa muy sencilla —dijo en una entrevista con la revista Semana—, pero en el fondo tiene contenidos hasta del alma”. Por eso, Osuna se ha preocupado siempre porque la fisonomía de sus personajes sea, al mismo tiempo, la personificación de todo cuanto los rodea, de su persona pública y de su persona privada: así han aparecido en sus caricaturas, representados en figuras variopintas, Ernesto Samper (un gran elefante, por lo general, encerrado en espacios diminutos), Juan Manuel Santos, Hugo Chávez, Gustavo Petro (con el rostro en desorden, alterado), Belisario Betancur y Julio César Turbay (a quien criticó de manera constante por su Estatuto de Seguridad).
Han sido cientos las caricaturas que Osuna ha publicado en más de 50 años. Sus dibujos han sobrevivido a 13 gobiernos presidenciales, con sus caídas y destrozos y desechos. Osuna, de 78 años, tiene la potestad para decir que ha mantenido la postura más respetable del periodismo: la duda. Incluso en los momentos de emoción general. Cuando Rodrigo Lara fue asesinado en 1984, Osuna, que tuvo una relación muy cercana con él, acudió a su funeral. “Fui a su entierro en Neiva, donde Betancur echó un discurso político en la misa y restableció la extradición. Toda la iglesia lo aplaudió. Yo no”.
Héctor Osuna nació el 21 de mayo de 1936 en Medellín. Se recibió como abogado en la Universidad del Rosario y luego estudió pintura en Madrid. Desde entonces, con una frecuencia constante, ha publicado sus caricaturas en medios como El Siglo, Semana y El Espectador. Parte de su juventud la pasó en el seminario, con el firme deseo de entrar a la curia. “Entré al día siguiente de cumplir quince años. Era un niño, pero no crea que la meditación sea incompatible con mi vida de hoy”. Otras circunstancias, dijo, se presentaron después y se retiró. Las formas sarcásticas se convirtieron, en ese tiempo y por un extenso período, en su modo de expresión a través de los dibujos y de la columna de opinión que firma con el seudónimo de Lorenzo Madrigal. “Yo diría que las mías (las caricaturas) son sarcásticas en la medida en que se encuadran dentro de lo que yo creo es el sarcasmo: una ironía bastante ácida que maneja las desproporciones a veces de manera absurda, pero que en el fondo tiene su lógica”, dijo en Semana.
Toda forma de arte, por lo general, suele granjearse enemigos que, gracias a ese disgusto, la validan. Osuna era consciente de ello y tuvo bajo su posesión a innumerables personajes de la vida pública con quienes, de una manera conceptual en ocasiones, sarcástica en otras, ajustó cuentas. Lleras Restrepo, por haber pedido a Mariano Ospina Pérez que saliera de la presidencia cuando sucedió el Bogotazo, estaba en esa lista; estaba Samper, por su relación con el narcotráfico.
En un texto para El Espectador publicado en 2009, el expresidente Belisario Betancur escribió: “Aquel dibujo sutil; las curvaturas sugerentes; los rasgos invisibles que extrae del subfondo intencional para proyectarlos en la pantalla de la realidad, hacen de Osuna el médico acucioso de las lacerías de nuestra sociedad”. Su capacidad de crítica se suma a una personalidad, en sus palabras, tímida, poco mediática. Es extraño ver a Osuna entre las reuniones comunes de los medios o en disquisiciones con otros caricaturistas. Aprecia esa soledad. En una ocasión, en las instalaciones de El Espectador, alguien le declaró su admiración por una de las columnas que escribió como Lorenzo Madrigal. Osuna reparó en esa persona y dijo: “¿Quién? Yo no conozco a ese señor”.
Premio de Crítica para Julio César Londoño
El columnista de El Espectador Julio César Londoño recibió el premio de Crítica en Periodismo Escrito por su columna Las agonías del estilo, publicada el 28 de septiembre de 2013. El artículo discutía la importancia de la obra de Álvaro Mutis y diseccionaba algunas de sus obras. Esto dijo el jurado sobre la columna: “A modo de obituario sincero, y sin desconocer a Mutis como un gran estilista y un hombre de inteligencia excepcional, el columnista de El Espectador se atreve a poner en duda un legado que pocos cuestionan, y de paso (...) sugiere algunos criterios para juzgar el valor de una novela, de un cuento o de un poema”. Caracol Televisión también fue galardonado en la categoría noticia por un reportaje titulado Sequía en el Casanare. En periodismo investigativo para medios impresos, el premio fue para la revista Semana por su reportaje sobre Andrómeda, el escándalo de las supuestas interceptaciones a los negociadores de La Habana.
María Teresa Ronderos recibió el galardón como Periodista del Año gracias a su trabajo sobre el conflicto colombiano.
Estos son los ganadores:
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En medio del criterio de los medios
Ana María Figueredo
www.ondauao.co
Cali
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BECA AL PERIODISMO JOVEN - Televisión
Mushaisha, una pesadilla wayúu
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Canal Zoom
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Las caras del horror
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Bogotá
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Revista Arcadia
Bogotá
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NOTICIA - Radio
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Caracol Radio
Bogotá
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NOTICIA - Televisión
Sequía en el Casanare
Alexander Guerrero Royero
Caracol Televisión
Yopal
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NOTICIA - Periodismo escrito
Así le arrebató Sucre al ‘Gordo’ García el polémico Yahir Acuña
Laura Ardila Arrieta
La Silla Vacía
Bogotá
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MENCIÓN ESPECIAL
NOTICIA - Periodismo escrito
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Barranquilla
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Un grito por Buenaventura
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CRÓNICA Y REPORTAJE – Televisión
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W Radio
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Memorias del Holocausto
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Reportero sin rostro
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El País
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FOTOGRAFÍA
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El Tiempo
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PERIODISTA DEL AÑO
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