En la mañana de este día, hace 100 años, circuló por primera vez la edición del periódico Vanguardia Liberal en la ciudad de Bucaramanga. Fue la apuesta de Alejandro Galvis Galvis, líder del Partido Liberal, para hacer frente a los gobiernos conservadore10s que tenían el control del poder. Desde ese día, en sus páginas comenzó una férrea defensa de las libertades, de grupos minoritarios, de los derechos de la ciudadanía y denuncia contra los corruptos. Sus luchas trajeron consigo enemigos. En un principio, la Iglesia católica, que llegó a excomulgar a la familia Galvis y a quienes leyeran su impreso; luego los radicales conservadores, que incendiaron sus instalaciones, y finalmente el narcotráfico, que en cabeza de Pablo Escobar les puso una bomba en octubre de 1989.
Hoy el periódico lleva otro nombre y es solo Vanguardia. El objetivo es que no lo sigan ligando con el Partido Liberal, pues, según su directora, Diana Giraldo, los principios partidistas se han desdibujado y no son acordes a los ideales que persigue el diario santandereano. Hoy cumplen 100 años y por su sala de redacción han pasado grandes periodistas, entre los que está Silvia Galvis, una de las comunicadoras más importantes del periodismo investigativo en el país. “Vanguardia” sigue siendo propiedad de la familia Galvis y es el único en Colombia que continúa con sus mismos dueños un centenario después, en el que ha sorteado toda clase de presiones políticas y económicas.
El 1.º de septiembre de 1919 circuló por primera vez en Bucaramanga La Vanguardia Liberal, fundado por Alejandro Galvis. ¿Cuál ha sido la principal lucha en estos 100 años de historia?
Desde su primera edición, Vanguardia tuvo un horizonte claro: ser un medio al servicio de los bumangueses y los santandereanos, que hace veeduría a los poderosos y a las administraciones. En estos 100 años hemos pasado por puntos críticos: el incendio del 53, durante la época de la censura de los gobiernos conservadores; la bomba de Pablo Escobar en 1989, que destruyó completamente las instalaciones, y en épocas más recientes, las denuncias de corrupción contra alcaldes y gobernantes. Esa ha sido la gran lucha de Vanguardia durante este centenario: nunca ceder a las presiones de los poderosos, delincuentes y políticos que han querido callar al medio regional, que es la principal voz de denuncia de Santander.
¿Qué representan Alejandro Galvis Galvis y su familia para el periodismo en Colombia?
Alejandro Galvis Galvis, su hijo, Alejandro Galvis Ramírez, y la tercera generación de la familia han tenido la convicción de la independencia del medio y de no ceder ante ningún tipo de presión. Son muy valientes al mantenerse fieles a esos principios de denuncia y defensa de las libertades individuales, de las minorías y de los derechos de la ciudadanía. Eso se conserva tal cual. Es muy fácil, sobre todo en épocas en que los medios de comunicación afrontan crisis económicas tan grandes, ceder ante las presiones de los poderosos. Pero Vanguardia se ha mantenido firme.
/ Alejandro Galvis Galvis. Fotos: Cortesìa Vanguardia
Una apuesta difícil, pues la misma familia ha sido dueña del periódico durante sus 100 años…
Es el único medio de comunicación que 100 años después sigue siendo propiedad de la misma familia fundadora, los Galvis. Los otros han tenido que ser vendidos y han pasado a otras manos.
Como todos los medios con ideas liberales, Vanguardia sufrió la persecución de los gobiernos conservadores. ¿Cómo logró sobrevivir a la censura de la Iglesia católica en 1923, que ordenó excomulgarlos?
No solo Vanguardia y la familia Galvis, sino todo aquel que leía el periódico era excomulgado. Inclusive, en este ejercicio de recopilación de los 100 años encontramos que a los trabajadores que querían casarse por la Iglesia católica les exigían renunciar a Vanguardia. Pero el medio siguió fiel a la defensa de los principios liberales y se impuso a la hegemonía conservadora. Hay una anécdota muy bonita: Alejandro Galvis Galvis, el fundador, fue el primer gobernante liberal en hegemonía conservadora y fue conocido públicamente como una persona conciliadora. Pudo hacer una gobernación liberal en época de un Estado conservador.
Luego vino el incendio a sus instalaciones, el 12 de enero del año 53, por tener una postura contraria al Gobierno militar. ¿Cómo fueron esos años que precedieron la época de la Violencia?
Vanguardia constantemente ha sido un rebelde contra el establecimiento. En el 53 sufrió su primer atentado, cuando los radicales conservadores quemaron completamente las instalaciones. Al día siguiente del incendio, que destruyó completamente el periódico, circuló una edición con un titular que decía: “Aquí estamos”. Y lo curioso es que logró imprimirse en la imprenta de un amigo de Alejandro Galvis Galvis que era conservador. Se logró circular porque don Alejandro Galvis era conocido en la región por ser un librepensador y por estar por encima de los intereses políticos. Un real defensor de la comunidad.
/ Portada Vanguardia Liberal de 1953
Vanguardia Liberal también fue víctima de Pablo Escobar, que puso un carro bomba en sus instalaciones el 16 de octubre de 1989. Ni siquiera ese día dejaron de circular.
Como directora me llena de muchísimo orgullo y responsabilidad que Vanguardia nunca haya dejado de circular. En octubre de 1989, una semana después de la conmemoración de los 70 años, cuando el presidente Virgilio Barco le declaró la guerra al narcotráfico, dijo que el país no se iba a doblegar y que mantendría vigente la extradición, Pablo Escobar destruyó las instalaciones. Fueron 74 kilos de explosivos que dejaron tres trabajadores muertos y 17 heridos. Alejandro Galvis Ramírez, hijo del fundador, decidió que la mejor manera de callar al narcotráfico era circulando, y de la mano de Silvia Galvis, que era la directora en ese momento, titularon la portada de la misma forma que en el 53: “Aquí estamos”. Era el mensaje de que íbamos a seguir adelante.
/ Asì quedaron las instalaciones tras el carro bomba.
La historia de Vanguardia es muy similar a la de El Espectador: un incendio y un carro bomba por las mismas fechas. ¿Cuál es el aprendizaje que queda en 100 años de historia y de luchas contra la clase política y el narcotráfico?
Vanguardia y El Espectador han sido medios similares y fieles a sus principios. Han sido medios hermanos que se han identificado durante toda la historia con los ideales liberales y del buen periodismo. Ambos medios siguen creyendo en el periodismo de denuncia y no están para aplaudir a los poderosos.
¿Por qué la llegada a la dirección de Alejandro Galvis Ramírez (hijo) significó la transformación y expansión del periódico?
Alejandro Galvis Ramírez asumió la dirección a principios de los 70. Venía de una formación en Estados Unidos. Fue becario de la Sociedad Interamericana de Prensa y de la Fulbright en temas de transformación de medios. Empezó a darse cuenta de que era hora de traer la tecnología, con rotativas con capacidad para imprimir a color. Fue el real transformador de Vanguardia y quien logró expandirlo, porque dejó de ser un medio únicamente de ciudad, de provincia, para convertirse en miembro de una gran cadena de medios de comunicación regionales que hoy conforman Colprensa. El gran aporte de Alejandro Galvis Ramírez fue transformar el periodismo regional y llevarlo a los estándares de calidad de cualquier medio nacional o internacional.
/ Alejandro Galvis Blanco y Alejandro Galvis Ramírez.
Por la dirección de Vanguardia Liberal pasó una de las periodistas más influyentes del siglo XX: Silvia Galvis Ramírez. ¿Cuál es su legado?
La huella de Silvia Galvis está por toda Vanguardia, en los periodistas que trabajaron con ella y que siguieron su paso con la convicción de oponerse. Silvia Galvis fue una rebelde que se opuso a su clase, porque era de un entorno cerrado y tradicionalista de la burguesía bumanguesa, y logró romper y sobreponerse a esas relaciones políticas correctas para hacer su trabajo: denunciar la corrupción en Santander. Ella fue quien creó la unidad investigativa de Vanguardia en el 84, cuando asumió la dirección. Su liderazgo marcó el ADN investigativo que tiene el medio. Hablar de Silvia Galvis es hablar de buen periodismo.
Usted es la segunda directora de Vanguardia Liberal. Llegó luego de pasar por varios puestos de la redacción, entre ellos liderar la unidad de investigación. Son las mujeres las que han dado un impulso al periodismo investigativo y posicionaron a Vanguardia Liberal como un referente a nivel nacional. ¿Cómo lo lograron?
Eso es algo muy curioso, porque hemos sido las mujeres las que asumimos el liderazgo del periodismo investigativo en la región. En Santander, no solo en Vanguardia, sino otros medios, las mujeres son las que están al frente de las denuncias. Creo que tiene que ver también con el temple de la mujer santandereana (risas), porque somos guerreras, luchadoras y peleamos por la justicia.
Entre los principales cambios que se presentan en este centenario está el cambio de imagen y de nombre. Suprimieron la palabra “Liberal”. ¿Por qué?
Vanguardia deja de ser La Vanguardia Liberal. Fue una discusión grande, muchos años de pensarlo. El origen de Vanguardia Liberal estaba ligado a un partido político, el Liberal. Y hoy, 100 años después, cuando ya se han desdibujado los partidos políticos, la gente seguía asociándonos como el medio del Partido Liberal, y nada tenemos que ver desde décadas atrás. Por eso decidimos quitarle el “Liberal”, para dejar claridad absoluta de que no tenemos ningún vínculo partidista. El periódico siempre será liberal en la defensa de los principios liberales, en la apertura ideológica y en la defensa de las causas de los grupos minoritarios.
¿Y eso no los afectó?
En la región todo el mundo habla de la Vanguardia, por eso se quedó el nombre. El cambio en el color también fue una discusión grande. Vanguardia siempre fue rojo, porque estaba ligado al partido. Ahora, el verde que nos representa es la mezcla tónica entre el verde de la bandera de Santander y el azul del escudo Bucaramanga. Queremos reflejar identidad con la región y también esperanza, porque en este momento en el que en que los medios están en este círculo de desesperanza frente al futuro, queremos demostrar que el verde es renacimiento.
¿Por qué es tan importante un medio como Vanguardia”para una Colombia que en muchas ocasiones olvida a sus regiones?
El periodismo regional es la esencia del periodismo, porque es donde se vive realmente esa Colombia que está por fuera del foco de la capital o en las grandes ciudades. El periodismo regional es muy valiente, porque tiene que enfrentarse muchas veces en la soledad a los corruptos, a las presiones económicas y políticas. Es la representación de la comunidad, porque está al servicio de la ciudadanía.
¿Cuál es el reto para que el impreso continúe sobreviviendo a la transformación digital de los medios y a que cada día las salas de redacción tienen menos periodistas?
Soy muy optimista. Los medios tienen que entender que las audiencias se transformaron. Nadie puede decir que no vive pegado a un dispositivo móvil leyendo sobre distintos temas. En Vanguardia hemos entendido que las generaciones se informan de formas diferentes. Llevamos un año de trabajo muy serio entendiendo cómo hablarles de manera distinta a las audiencias. Uno es el lector del impreso, que es una persona mayor y es completamente distinto de un lector joven que principalmente está en las redes sociales. Los resultados han sido muy satisfactorios, y vamos a lanzar dentro de poco la edición digital.