Woody Allen, Penélope Cruz y Rebecca Hall, en el Olimpo de Cannes
Las actrices Penélope Cruz y Rebecca Hall ascendieron hoy al Olimpo cinematográfico del Festival de Cannes junto con Woody Allen, para estrenar su película Vicky Cristina Barcelona.
El Espectador
El “todo Cannes” se había dado cita para contemplar la nueva película del director estadounidense, rodada enteramente en España, y proyectada fuera de competición, mientras que en la calle los admiradores se protegían de la lluvia con paraguas, pero no abandonaban el puesto.
El evento contó con dos grandes ausentes, el actor español Javier Bardem y la actriz estadounidense de origen danés Scarlett Johansson, el primero por razones familiares, la segunda por estar rodando otra película, según comentó a la prensa horas antes el realizador.
En lo alto de la escalerilla, los artistas de Vicky Cristina Barcelona fueron recibidos por el presidente del Certamen, Gilles Jacob, quien al comienzo del Festival dijo estar muy feliz de que Woody Allen “viniese a Cannes con una película española”.
De hecho no hubo ninguna otra cinta española en la selección oficial, a excepción de Peppermint Frapée, de Antonio Saura, presentada en el marco de las conmemoraciones del mayo del 68, cuando debía competir aunque, finalmente, no se estrenó, al concluir el certamen precipitadamente.
Como marca el ritual de todo gran estreno en Cannes, junto a Gilles Jacob les recibió el delegado general, Thierry Frémaux.
La exótica y exhuberante 'María Elena' del filme, Penélope Cruz, lucía un vestido largo de un blanco roto, de tirantes asimétricos, con una pequeña cola, creado por la firma italiana Marchesa.
Llevaba el pelo recogido en un moño, muy diferente de la melena con la que horas antes se presentó en la rueda de prensa, o en la película, lo que dejaba aún más visible unos bellos pendientes prestados para la ocasión por Chopard
Firma que engalanó igualmente a su compañera de reparto, vestida en color caqui, y a la esposa del realizador, Soon-Yi, con un vestido negro parcialmente transparente.
Como es también tradición, las estrellas nacionales e internacionales y el público que les esperaban en la sala dedicaron a todos un cálido y largo aplauso, en pie, mientras entraban en ella y tomaban asiento. Penélope al lado de Woody Allen, Rebecca Hall al lado de Soon-Yi.
Las actrices Jean Moreau, Chiara Mastroniani, Jeanne Balibar, miembro del jurado de la Palma de Oro, y su presidente, Sean Penn, se encontraban entre los presentes, tras haber atravesado el famoso tapiz rojo de Cannes bordeado de decenas de fotógrafos de todo el mundo.
Al igual que el también miembro del jurado y director italiano Sergio Castellitto, que dijo haber venido “a ver a su amiga Penélope”, el actor Lambert Wilson y el filósofo Bernard Henry Levy, entre otras muchas otros muchos profesionales del cine.
El “todo Cannes” se había dado cita para contemplar la nueva película del director estadounidense, rodada enteramente en España, y proyectada fuera de competición, mientras que en la calle los admiradores se protegían de la lluvia con paraguas, pero no abandonaban el puesto.
El evento contó con dos grandes ausentes, el actor español Javier Bardem y la actriz estadounidense de origen danés Scarlett Johansson, el primero por razones familiares, la segunda por estar rodando otra película, según comentó a la prensa horas antes el realizador.
En lo alto de la escalerilla, los artistas de Vicky Cristina Barcelona fueron recibidos por el presidente del Certamen, Gilles Jacob, quien al comienzo del Festival dijo estar muy feliz de que Woody Allen “viniese a Cannes con una película española”.
De hecho no hubo ninguna otra cinta española en la selección oficial, a excepción de Peppermint Frapée, de Antonio Saura, presentada en el marco de las conmemoraciones del mayo del 68, cuando debía competir aunque, finalmente, no se estrenó, al concluir el certamen precipitadamente.
Como marca el ritual de todo gran estreno en Cannes, junto a Gilles Jacob les recibió el delegado general, Thierry Frémaux.
La exótica y exhuberante 'María Elena' del filme, Penélope Cruz, lucía un vestido largo de un blanco roto, de tirantes asimétricos, con una pequeña cola, creado por la firma italiana Marchesa.
Llevaba el pelo recogido en un moño, muy diferente de la melena con la que horas antes se presentó en la rueda de prensa, o en la película, lo que dejaba aún más visible unos bellos pendientes prestados para la ocasión por Chopard
Firma que engalanó igualmente a su compañera de reparto, vestida en color caqui, y a la esposa del realizador, Soon-Yi, con un vestido negro parcialmente transparente.
Como es también tradición, las estrellas nacionales e internacionales y el público que les esperaban en la sala dedicaron a todos un cálido y largo aplauso, en pie, mientras entraban en ella y tomaban asiento. Penélope al lado de Woody Allen, Rebecca Hall al lado de Soon-Yi.
Las actrices Jean Moreau, Chiara Mastroniani, Jeanne Balibar, miembro del jurado de la Palma de Oro, y su presidente, Sean Penn, se encontraban entre los presentes, tras haber atravesado el famoso tapiz rojo de Cannes bordeado de decenas de fotógrafos de todo el mundo.
Al igual que el también miembro del jurado y director italiano Sergio Castellitto, que dijo haber venido “a ver a su amiga Penélope”, el actor Lambert Wilson y el filósofo Bernard Henry Levy, entre otras muchas otros muchos profesionales del cine.