“Ant-Man y la Avispa”, acción en todos los tamaños

El superhéroe que se agranda y se encoge, además de ser uno de los fundadores de “Los Vengadores”, llega en julio próximo a las salas de cine protagonizando su propia historia.

Daniela Suárez Zuluaga
17 de junio de 2018 - 02:00 a. m.
Ant-Man, que estrenará su película en julio, utilizando su poder para hacerse más grande.   / Cortesía Marvel
Ant-Man, que estrenará su película en julio, utilizando su poder para hacerse más grande. / Cortesía Marvel
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El mundo de los superhéroes se ha encontrado sumergido entre dramas de todo tipo. Ahora, Ant-Man llega con una propuesta diferente. Además de ser uno de los superhéroes con el poder más extraño de todos, será el protagonista de la primera comedia romántica en el universo Marvel.

Pero ¿quién es Ant-Man? Este protagonista no es nuevo en el mundo heroico; al contrario, es uno de los más antiguos. La historia de este particular personaje se remonta a 1962, cuando hizo su primera aparición en un cómic llamado Tales to Astonish, en la edición número 27.

El poder que caracteriza a Ant-Man es el de aumentar y disminuir su tamaño cuando las situaciones así lo ameriten, aunque al comienzo le resultaba incontrolable. Después de un tiempo, logró manipular a su antojo las partículas Pym, que son las que le permiten hacerse más pequeño, y así se sumerge, poco a poco, en la hostilidad del mundo diminuto, que lo obliga a crear un casco con el que manipula a los insectos, con una clara preferencia por las hormigas.

 

Aunque el personaje principal en los cómics contara la historia de Hank Pym, el científico que buscaba encontrar la manera de encogerse, la película se basa en las aventuras de Scott Lang, quien fue el segundo Ant-Man, lo que hace que el argumento original del cómic cambie un poco.

Esa modificación argumental no significa que Hank Pym no tendrá ningún rol en la película. Todo lo contrario, aparecerá como el mentor de Lang y quien vivió su juventud cuando personajes como Bruce Banner y Tony Stark eran apenas unos niños.

Sin embargo, el pequeño superhéroe no trabaja solo. Lo hará al lado de Janet van Dyne, quien se le unió y se convierte en su secuaz gracias a las partículas que él mismo creó, generando en ella la capacidad de tener alas y volar como una avispa.

En esta nueva entrega de Marvel se tocan puntos totalmente diferentes a los que se abordan en el cómic, comenzando por el cambio del personaje principal, que de Hank Pym pasa a ser Scott Lang, y terminando en una motivación personal del protagonista, con la que busca ser un héroe ejemplar y encontrar un equilibrio en su vida.

Más allá del guion, el diseño de producción también hizo un gran trabajo en el set. Shepherd Frankel, uno de los diseñadores a cargo de darles vida a los escenarios de la película, destaca algunas de sus características: “Creo que lo que hace tan especial a Ant-Man es la ciencia y la ingeniería que hay detrás de su traje y sus poderes, la habilidad de agrandarse y encogerse… y si nos devolvemos al pasado, nos damos cuenta de que es un personaje muy diferente a Tony Stark y los demás. Básicamente, nosotros como equipo queremos recordarle a la audiencia que venimos con una especie de ‘solución’ a los problemas con ideas frescas. Ese es el lenguaje visual que queremos darle a la película” dijo.

A pesar de que haya quedado claro que entre el cómic y la película habrá diferencias importantes, el diseñador manifiesta que fue fundamental utilizar escenarios del cómic para realizarla. “Donde sea que empiece una película de Marvel, nos gusta volver a mirar algunas de las partes de los cómics y recordar a los personajes únicos del Ant-Man original. Nos gusta explorar todo lo que tiene que ver con la ciencia del personaje, su invención y, sobre todo, lo que lo hace único, para que a partir de eso podamos recrear ciertos escenarios”, aseguró.

Las escenas de acción que tiene la película son fundamentales para entender su trasfondo, y de ahí surge una de las tareas más importantes para la parte artística, que es la encargada de definir el contexto de un escenario, y más en esta producción, en la que el personaje principal se encuentra entre dos mundos, el real y el microscópico.

“Debemos tener en cuenta como equipo de diseño que al mismo tiempo que Ant-Man reduce su tamaño, su mundo alrededor tiene que dar la impresión de que permanece igual, tenemos que hacer que todo se vea real. Así que pienso que el éxito de una escena de acción es contar justamente con estos espacios cinematográficos en los que se pueda interactuar con el espectador”, concluyó Shepherd Frankel, dejando abierta la expectativa de lo que será la última película de la fase 2 del universo Marvel.

Por Daniela Suárez Zuluaga

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