“El joven Picasso”, la historia detrás del artista

El documental, dirigido por Phil Grabsky, se presentará en Colombia del 26 al 29 de abril, en 20 salas de Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Manizales, Armenia, Pereira, Ibagué y Popayán.

Daniela Suárez Zuluaga
25 de abril de 2019 - 02:00 a. m.
Este documental de arte recorre tres ciudades fundamentales en la vida del pintor: Málaga, Barcelona y París, explorando en cada una su influencia en Picasso y su juventud.   /  Cortesía
Este documental de arte recorre tres ciudades fundamentales en la vida del pintor: Málaga, Barcelona y París, explorando en cada una su influencia en Picasso y su juventud. / Cortesía

Pablo Picasso es uno de los mejores artistas de todos los tiempos y hasta su muerte, en 1973, fue el más prolífico de los artistas. Pero, ¿dónde comenzó todo esto? ¿Qué hizo Picasso en sus primeros años? Un tiempo ignorado por el que nos pasea El joven Picasso y que, en 91 minutos, nos presenta sus primeros años, la crianza y el aprendizaje que llevaron a sus extraordinarios logros.

Dirigido por Phil Grabsky, este documental de arte recorre tres ciudades clave en la vida del pintor: Málaga, Barcelona y París, explorando en cada una su influencia en Picasso y centrándose en obras de arte de estos primeros años. La película explica cómo este joven artista adquirió su oficio y se enfoca en dos de sus períodos artísticos más tempranos: el llamado Período Azul y el Período Rosa, de los cuales surgieron emblemáticas obras como Las señoritas de Avignon (1907); un cuadro que conmocionó al mundo del arte, pero lo cambió irrevocablemente. Picasso solo tenía 25 años. Trabajando en estrecha colaboración con los tres museos Picasso en Málaga, Barcelona y París, esta película explica cómo se elevó a grandes alturas.

Malén Gual, conservadora de la Colección del Museo Picasso de Barcelona, se metió de lleno en el proyecto de Grabsky, y explicó la importancia cultural y social que tiene hacer un proyecto basado en la vida de un artista como lo fue Pablo Picasso.

“Nosotros pusimos todo nuestro personal especializado a colaborar con este proyecto y, claramente, supervisamos el guion y le dimos consejos a todo el equipo. Cuando vinieron a grabar fue un día muy fructífero, porque hablando con el director y el guionista les pudimos sugerir bastantes cosas; fue una relación abierta. Es muy importante este proyecto, porque cuando hablamos de Picasso todo el mundo recuerda al Picasso purista de los años 20, 30 y 40, pero creemos que con esta película el mundo entero va a ver que Picasso también fue un niño que aprendió a dibujar, al igual que lo hace todo el mundo; van a ver todas las dudas y los inconvenientes que va teniendo Picasso en sus primeros años de carrera, por eso creemos que es esencial que todo el mundo vea esta etapa infantil y juvenil de un genio”, cuenta Malén.

Uno de los grandes objetivos que tiene esta producción es mostrar a todos los espectadores un aspecto de la vida del artista que muy pocos conocen, entenderlo desde lo personal y no únicamente desde sus obras. “Como Picasso dijo: ‘Mi obra es mi biografía’. En la producción lo veremos como todo niño, cuando a los 12 años su padre lo mandó a estudiar el bachillerato, pero él rápidamente comenzó a demostrar una personalidad y empezó a compaginar sus estudios con las bellas artes. Se ve que, a partir de un momento hasta que ya es un adolescente, Picasso tiene dos vertientes, una en la que obedece a sus padres y profesores, y otra en la que sale de la academia y empieza a hacer su propio arte”, cuenta la conservadora de la Colección del Museo Picasso de Barcelona.

Desde los 12 años, Picasso empezó a demostrar su infatigable curiosidad y sus enormes dotes de observación, su continua rebeldía y ansia de renovación. En los años 40, Picasso dijo que él se había atrevido a hacer muchas cosas nuevas gracias a los éxitos de su juventud, ya que tuvo varios reconocimientos cuando apenas estaba comenzando, y esto le dio mucha seguridad en sí mismo, la cual adquirió con el tiempo y fue la que le permitió hacer las revoluciones en el arte que cambiaron todo el movimiento artístico del siglo XX.

Aunque ya se han hecho otras películas, series e incluso libros que tratan de narrar la vida del artista, esta producción tiene un plus y es que narra a Picasso desde un punto de vista diferente y para nada amarillista. “Lo que hemos visto de Picasso, a mi juicio, siempre se ha contado de manera superficial: nos hablan de sus mujeres y sus conflictos menos representativos, pero yo pienso que en este caso se intenta demostrar cómo influyeron las ciudades de su infancia en la formación de su carácter y es difícil que la gente que no lo conoce, lo vea”, comenta Gual.

El papel que jugaron los museos de Málaga, Barcelona y París en este proyecto fue fundamental, porque son los únicos que poseen ese gran número de obras a las que Picasso dio vida en sus años de juventud. “Nosotros y la ciudad de Barcelona hemos tenido una enorme suerte, porque casi todas nuestras colecciones son donaciones, obras dadas por el propio artista. En 1963 se abrió el Museo con las obras que había ido comprando el ayuntamiento de Barcelona y otras donaciones de personajes. La donación más importante fue en 1970, donde recibimos prácticamente todas las obras de su juventud que había guardado en la casa de su hermana, también en Barcelona”, relató la conservadora.

Mucho se ha hablado del Pablo Picasso que dijo: “Me tomó cuatro años pintar como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño”. Sin embargo, la invitación que hace esta exposición es a conocer el trayecto que llevó al artista a crear las obras cubistas que le dieron la inmortalidad y así mismo reconocer el legado que dejó en el mundo del arte.

“Picasso dejó una cosa muy importante y es aprender del pasado para transformarlo, no para copiarlo, para convertirlo en otra cosa que no sea, como él mismo dijo, un ‘arte decorativo’, sino un arte combativo en el sentido de que te hace pensar, porque todas las obras de grandes pintores siempre hacen reflexionar a quien las ve. El arte para él siempre fue un arma de pensamiento, y ese, para mí, es su gran legado”, concluyó Malén Gual.

Por Daniela Suárez Zuluaga

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