“Generación”, un relato audiovisual sobre tres genios españoles

Afiche del documental “Generación: Lorca, Buñuel, Dalí”, de los directores Javier Espada y Enrique Viciano. / Cortesía

Luis Buñuel es un invitado transversal en el Festival Internacional de Cine de Cali, que vive su décima edición. Lo es por su arte, su propuesta y también por los amigos que rodearon su proceso creativo en momentos determinantes: Salvador Dalí y Federico García Lorca.

Esta tríada, contundente y poderosa, es la inspiración del documental Generación: Lorca, Buñuel, Dalí, de los directores Javier Espada y Enrique Viciano, quienes tomaron el riesgo de profundizar en la relación de los tres intelectuales españoles  y dibujaron secuencias con sus momentos más generosos, pero también reflejaron sus diferencias. 

“La tesis que yo intento exponer en el documental es que entre ellos mismo hubo momentos en los que compitieron fuertemente. En una secuencia cuento cómo Lorca dice que les quiere leer un fragmento de algo que está escribiendo y el comentario de Buñuel al escuchar la obra recién creada es: ‘no está mal. Hay metáforas como siempre’; y ahí interrumpe Salvador Dalí para decir: ‘Buñuel tiene razón: eso es una mierda’. Lorca se levanta enfadado, pero después se da cuenta de que así son sus amigos”, relató el director Javier Espada durante un conversatorio en el X Festival Internacional de Cine de Cali.

Generación: Lorca, Buñuel, Dalí es un documental que resulta contradictorio principalmente porque la gente cambia con el paso de los años y de eso se fueron dando cuenta los realizadores Espada y Viciano. Dentro del desarrollo audiovisual, el mismo Buñuel lo dice, él cuando llegó a Madrid era un bruto aragonés, se peleaba con los amigos y quería ser boxeador.

“En un momento dado alguien le habla a Buñuel sobre Federico García Lorca y le dice que ese hombre es un homosexual, lo que en alguna época estaba muy mal visto, y Buñuel dice: “yo le voy a partir la cara a éste porque anda diciendo que tú eres maricón, y tú no eres ningún maricón”. Toda esa cotidianidad de ellos fue lo que quisimos mostrar”, aseguró Espada.

El documental también exhibe cómo en alguna oportunidad Lorca manifiesta: “Este par de cabrones se quieren hacer Un perro andaluz, y el perro andaluz soy yo”. Buñuel tenía previsto publicar un libro un libro de poemas con ese nombre, precisamente porque en sus renglones no aparecía ningún perro, ni ningún andaluz, pero luego filma la película en la que incluyen muchas bromas que los tres españoles se hicieron durante su estadía en la residencia de estudiantes.

“Pasa el tiempo, García Lorca se va a Nueva York y se hace el propósito de ser más surrealista que sus dos amigos y crea tres obras increíbles: Poeta en Nueva York, que es el libro fundador de la modernidad de la poesía española; escribe una obra de teatro que no se puede representar; y además elabora el guión de un cortometraje llamado Viaje a la luna”, contó Javier Espada durante una de sus intervenciones en el Festival de Cine de Cali.

Otro de los instante de clímax de Generación: Lorca, Buñuel, Dalí es la crisis del cineasta en Nueva York, mientras que el pintor está hospedado en el hotel más lujoso del Central Park. Buñuel le pide a Dalí 50 dólares para pagar la renta porque lo van a echar del lugar. La respuesta del artista llegó en cinco folios en los que le decía que a los amigos no se le da dinero. Sin embargo, cuando Buñuel gana el León de Oro en Venecia, el primer telegrama que recibe es de Dalí, quien lo felicita y le dice que tienen que verse porque está lleno de ideas que pueden ser la continuación de Un perro andaluz.

“El asesinato de Lorca fue algo que Buñuel nunca pudo superar. Su relación con Dalí siempre fue de amores y odios porque después del triunfo de Un perro andaluz quiso realizar su siguiente película y se encontró con que el pintor estaba enamorado de Gala Éluard Dalí y con ella Buñuel no tenía nada de química. No le gustaba porque, decía, que tenía las piernas muy separadas”, afirmó el director español Javier Espada.

El conversatorio terminó con un recuento que realizó Luis Ospina sobre las referencias a Colombia en la obra de Luis Buñuel. “Cuando él hacía El río y la muerte, una cinta en la que todos los personajes y por cualquier motivo sacan un revólver, el director manifiesta: “yo he escuchado que hay un país, Colombia, donde la gente actúa así todo el tiempo”. Por otro lado, En el discreto encanto de la burguesía, él se inventa la República de Miranda y todas esas referencias dibujan a nuestro país. Además, Álvaro Mutis escribió La mansión de Araucaíma para él, gracias a su amistad entrañable”, concluyó diciendo el director colombiano.