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¿Hasta cuándo vamos a seguir permitiendo la impunidad?

Una película sobre la batalla que las madres de once jóvenes de Soacha desaparecidos a principios del año 2008

María Paula Méndez
01 de marzo de 2013 - 10:58 a. m.
Madres de Soacha. / Archivo
Madres de Soacha. / Archivo

La pantalla queda negra. Todo el auditorio permanece unos segundos en silencio e inmediatamente después comienzan a aplaudir con mucha fuerza. Ese aplauso no le devolverá la vida a ninguno de los jóvenes de la historia que acaban de proyectar en la pantalla grande, pero sí busca ser un homenaje a su memoria.

Cado uno de los espectadores ha quedado con la sensación de que puede hacer alguna cosa para cambiar la realidad en la que vive. Antes no se conocía su historia, ahora, los que tuvieron el privilegio de ver la película "Retratos de familia" son portadores de un mensaje que deben transmitir.

En esta película se cuenta la batalla que las madres de once jóvenes de Soacha desaparecidos a principios del año 2008 han tenido que librar para poder sacar a la luz la verdad. En ese entonces, la versión oficial sobre este caso decía que sus hijos habían sido muertos en combate por el ejército en Ocaña, Norte de Santander. Ellas no creyeron en esa versión pues los jóvenes habían sido asesinados dos o tres días después de su desaparición. Era ilógico que ellos se hubieran vuelto guerrilleros tan rápidamente.

Estas madres se dieron a la tarea de investigar más a fondo lo que había sucedido con sus hijos. Al poco tiempo, empezaron a recibir amenazas que buscaban callarlas. No lo lograron. Después de luchar incansablemente, pudieron descubrir que los jóvenes hacían parte del denominado grupo de 'falsos positivos'. El ejército reclutaba gente inocente, la asesinaba y la hacía pasar como parte de la guerrilla. Gracias a esta labor eran recompensados económicamente.

Ya no era posible callar más la verdad. El país y el mundo entero necesitaban saber lo que estaba pasando. Se trataba de uno de los episodios más macabros en la historia de la guerra en Colombia. Casi nadie quiso escucharlas. Ellas siguieron en su empeño de contar la verdad. Hoy, cinco años después del asesinato de sus hijos, el festival de cine de Cartagena les abre la puerta para que ellas hablen y cuenten su verdad.

Durante la proyección, algunos asistentes se enfadan y vociferan. Es la forma de expresar su inconformismo con lo que aparece en la pantalla. Tiene razón. ¿Hasta cuándo los colombianos vamos a seguir permitiendo que se nos vulnere el derecho a la vida? Esa es la pregunta que queda en el tintero tan pronto termina la película. Por eso la audiencia permanece en silencio unos instantes y luego aplaude. Antes de callar, hay que luchar para que se conozca la verdad. Ahí está el mensaje de esta cinta dirigida por Alexandra Cardona. Una obra llena de imágenes y discursos desgarradores que nos hacen reflexionar.

Las luces del teatro Adolfo Mejía se prenden. La directora agradece su presencia a todos los espectadores y hace un anuncio: "las madres de Soacha", como son llamadas las mujeres que han luchado por esclarecer los asesinatos de sus hijos, están en el teatro. Ella las invita a pasar al frente. La piel de los asistentes se eriza y un escalofrío recorre sus cuerpos. A medida que ellas van entrando, los espectadores las miran, es una mirada de apoyo y solidaridad, y algunos no pueden evitar derramar algunas lágrimas. Ellos se sienten comprometidos y llamados a unirse a la lucha de estas madres. La impunidad no puede seguir reinando en el país; la verdad debe saberse sin importar las consecuencias que haya. Sin duda, este es un momento muy emotivo con el que ningún asistente contaba antes de entrar a teatro. Al salir cada uno queda con la tarea de contarle a otros lo que vio, para así lograr destapar lo que, durante estos años, ha permanecido escondido.

Por María Paula Méndez

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