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La actriz Keira Knightley se ha consolidado como una de las actrices más versátiles del momento por la forma en que combina el rodaje de películas de acción como 'Código Sombra: Jack Ryan' (Jack Ryan: Shadow Recruit) -cinta que presentó el lunes pasado en Londres- con el de filmes tan dramáticos como el de 'Anna Karenina', una tendencia profesional relacionada con su necesidad de "divertirse" de vez en cuando y aliviar la tensión que le produce ver a muchos de sus personajes morir.
"Cuando terminé de rodar 'Anna Karenina' acabé bastante saturada por la presión y la intensidad de la historia, por lo que decidí que mi próxima película ['Jack Ryan'] tenía que plantear un reto diferente. Me he dado cuenta de que, en muchos de mis últimos trabajos, mi personaje acaba muerto o sufre algún horrible accidente que deja al público traumatizado, lo que ya empezaba a cansarme un poco. Por eso necesitaba algo más alegre en esta ocasión", confesó durante la presentación del filme que tuvo lugar en Leicester Square.
Aunque la película que promociona por todo el mundo está dirigida por uno de los actores y directores más respetados de Inglaterra, Kenneth Branagh, la joven actriz se refiere al largometraje como una de "esas piezas de Hollywood que son sinónimo de puro entretenimiento", un tipo de película que la intérprete considera necesario en estos tiempos en que la gente necesita "alegrarse" y olvidarse de los problemas.
"Creo que hay de todo dentro del género de acción, películas mejores y otras peores, pero estoy segura de que la profesionalidad y el trabajo duro hacen que muchas de ellas sean una auténtica maravilla. Es importante que el cine refleje también cosas positivas y alegres, que transmita buenos valores y que ayude a los espectadores a divertirse", explicó al mismo medio.