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"No podía ser la caricatura de un gay": Christopher Plummer

A los 82 años, quien interpretó al capitán Von Trapp en 'The sound of music' y ha actuado en más de 80 películas, dice que aún le quedan energías para trabajar y esperar morir sobre un escenario.

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Fabián W. Waintal / Los Ángeles
27 de febrero de 2012 - 11:38 p. m.
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Se acordaron un poco tarde. Christopher Plummer había cumplido los 80 años cuando recibió la primera nominación al Óscar por el personaje de León Tolstoi en La última estación. Aquella vez le había robado el sueño un desconocido actor austríaco que recién había llegado a Hollywood con el nombre de Christoph Waltz y la extraordinaria película Bastardos sin gloria, de un extraordinario Quentin Tarantino. Este año la competencia tampoco parecía fácil. Con la historia de Principantes sobre un carismático anciano que a su edad confiesa ser homosexual, Christopher Plummer compitió contra la emocionante historia del ataque terrorista en Nueva York de la película Tan fuerte, tan cerca con otro grande como Max Von Sydow, con Nick Nolte, Kenneth Branagh y Jonah Hill. La elección no parecía fácil. En lo absoluto. Pero el ganador del Óscar es él, con sus jóvenes 82 años y más de cien películas sobre su espalda: Christopher Plummer.

¿Qué opina de las manifestaciones afuera del Teatro Kodak con grupos religiosos oponiéndose a la homosexualidad?

Los personajes gays son seres humanos. Todos somos exactamente iguales y la razón por la cual lo interpreté de la forma que lo hice es porque no hay que salir pretendiendo ser la caricatura de un homosexual. Son parte de nuestra sociedad desde la época de los egipcios, los griegos. Es parte de nuestra condición humana.

Habiendo vivido nada menos que siete décadas como actor, su carrera en cierta forma repasa la entera historia del cine. Es más: Arthur Christopher Orme Plummer nació el 13 de diciembre de 1929, apenas unos meses después de la primera entrega del premio de la Academia de Hollywood. Bisnieto del primer ministro canadiense John Abbott, Plummer, se crio como el hijo único de una pareja divorciada que quería que fuera concertista de piano. El gusto artístico, en cambio, se volcó hacia el teatro desde que vio la película Henry V, con Laurence Olivier.

Habiendo pasado por Broadway en los primeros años de su carrera, llegó hasta el más prestigioso teatro, el de la Compañía Real Shakespeare en Londres. Pero el público parece recordarlo mucho mejor al lado de Julie Andrews, como el inolvidable personaje del capitán Von Trapp del musical La novicia rebelde. Demostrando la infinita variedad de sus trabajos, protagonizó el clásico El regreso de la Pantera Rosa, con Peter Sellers, o la más moderna Malcolm X, con Denzel Washington, además de la futurística Star Trek VI: Aquel país desconocido y la voz del viejito del dibujo animado Up.

¿Qué se siente ser la persona con más edad que ganó un Óscar en la historia del cine?

La verdad, aunque fue un Óscar honorario, Charles Chaplin tenía 83 años cuando lo recibió. Será honorario, pero sigue siendo un Óscar. No estoy seguro, pero igual se siente bastante bien.

¿Disfruta las entrevistas personales o es más fácil hablar sobre sus películas más exitosas?

Bueno, si hablamos sobre malas películas, puede ser bastante divertido bromear sobre el tema. Es difícil hablar sobre el éxito, es mucho más fácil hablar sobre el fracaso.

Y hace algunos años que viene hablando más del éxito que del fracaso.

Es verdad, el cambio vino desde que cumplí los 80. El año pasado tuve roles increíbles como Próspero, César en Cleopatra y todas estas maravillosas obras de teatro. Y en el cine me llegaron guiones de excelente calidad. Me están malcriando. Tanto éxito da vergüenza.

¿Cuál es la gran diferencia entre la preparación de un rol para el cine y el teatro?

Con el teatro hay una gran diferencia, porque las obras fueron escritas por grandes maestros. Las mejores obras literarias que se conocen son roles de teatro, como Hamlet. Y uno sólo tiene que tirarse dentro de esos roles, sin desafíos, para ver qué tan lejos se puede llegar. Y en el cine se puede mejorar conociendo las técnicas del escenario para proyectar el humor interno en ciertos diálogos que no son necesariamente graciosos. Cuanto menos se dice en el cine, mejor es la película. Y en teatro es totalmente lo opuesto: cuanto más se diga, mejor es la obra.

¿Y a la hora de agregar su voz en un dibujo animado, como hizo con la película 'Up' de Pixar?

Ah, sí, es una película amorosa. Me divertí creando la voz de esa criatura en medio de un estudio de grabación. No tenía la menor idea de cómo iba a quedar. Nadie lo sabía. Y cuando vi la película, me pareció extraordinaria.

Y después de ganar el Óscar, ¿no tiene problemas en decir que lo ama?

¿Si yo amo al Óscar? Bueno, si el Óscar es gay, sí, seguro.

¿Cuánta importancia les da a los premios ahora que realmente ganó el Óscar?

Es como ponerle crema a una torta y es adorable aceptarlos, porque van más allá del placer de trabajar. Es emocionante, pero tampoco pretendo dejar de desvirtuar los premios, porque hay demasiados, es difícil ir a todas las ceremonias. Inventan uno nuevo todos los días. Es demasiado.

¿Hasta qué punto cambia el Óscar o el paso de los años la forma en que se prepara para un rol?

Hoy hay mucho menos misterio en nuestra profesión. Nadie quiere que el mago muestre sus trucos o cómo los hizo. Es algo muy privado que los actores debemos proteger. Pero, honestamente, se vuelve todo más fácil con los años.

Para muchos actores, el Óscar representa el principio de una nueva carrera.

En cierta forma es una renovación, no creo que represente un comienzo exactamente, pero el Óscar me recarga las energías como para seguir trabajando por otros diez años como mínimo. Voy a morirme donde estoy hoy, arriba del escenario o en un estudio de cine. Gracias a Dios, en nuestra profesión no nos jubilamos.

¿De qué películas le habla la gente cuando se cruza con usted en la calle o un restaurante?

Normalmente no hablo con la gente en un restaurante. Trato de ir directamente a mi mesa. Pero siempre quieren hablarme de La novicia rebelde, porque es la película familiar de todos los tiempos, todavía lo sigue siendo. Es la misma gente que volvía loca a Clark Gable cuando le hablaban de Lo que el viento se llevó. ¿Qué pasa con el resto de las películas que hizo?

¿Cuáles son sus películas preferidas?

Alguna que me gustaría ver una y otra vez es El bufón de la corte, por ejemplo, me parece que es una de las mejores películas de Danny Kaye. Es muy graciosa. Las películas de Frank Capra puedo verlas una y otra vez.

Por Fabián W. Waintal / Los Ángeles

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