“Un viaje extraordinario”, pero sin retorno

Scott Z. Burns, guionista de la película basada en la vida del navegante Donald Crowhurst, habla sobre el proceso creativo de la historia y la construcción de sus personajes.

Redacción cine
29 de agosto de 2018 - 02:00 a. m.
Colin Firth y Rachel Weisz en la cinta “Un viaje extraordinario”.  / Cortesía
Colin Firth y Rachel Weisz en la cinta “Un viaje extraordinario”. / Cortesía
Foto: Dean Rogers

 

Scott Z. Burns es un guionista, productor y director con una trayectoria envidiable. Algunos de sus logros como escritor incluyen The Bourne Ultimatum para el director Paul Greengrass; y tres películas para Steven Soderbergh, The Informant!, Contagion y Side Effects. También escribió y dirigió Pu-239 en 2006, sobre la exposición a la radiación en una planta nuclear rusa. Su más reciente guión, Un viaje extraordinario (The Mercy), cuenta la historia del marinero inglés Donald Crowhurst, cuyo valiente intento de navegar solo por el mundo terminó en tragedia.

¿Qué sabía sobre Donald Crowhurst antes de empezar este proyecto?

No sabía nada. Fui a ver un documental en un cine en Santa Mónica, California, hace unos nueve años. Había leído un pequeño texto al respecto en el periódico y terminé llorando. Estaba aturdido, y mucha gente en los Estados Unidos ni siquiera sabe esta historia. Hace años estaba cenando con Paul McCartney y me dijo: “¿Qué estás escribiendo?” y yo le contesté “algo sobre Donald Crowhurst”, y él recordaba muy bien lo interesante que era su historia.

¿Qué fue exactamente lo que hizo que usted se atreviera a escribir la historia?

Creo que me atraen los personajes, sobre todo por su complejidad. Para mí, Donald (Crowhurst) es alguien que puede ser muy crítico en las elecciones que hace, como padre, como ser humano, como esposo… y sin embargo, me parece que el documental que vi sobre su vida fue tan indulgente, que vi en esta película la oportunidad de mostrar su otra cara. Quise escribir sobre el amor y sobre el hecho inevitable de que la gente comete errores, pero aun así tiene derecho a ser comprendida y perdonada. Así fue su vida, y quise que el guion retratara la esencia de lo que, en realidad, fue Donald Crowhurst como persona.

Crowhurst habla sobre un fenómeno llamado “pecado de ocultación”. ¿Cómo hizo usted para explicarlo en el guión?

Bueno, en primer lugar, tuve que investigar mucho ese concepto por todos los medios posibles, hasta que di con unos documentalistas que fueron muy colaborativos conmigo, y me compartieron varios registros y cintas que habían hecho para la BBC. Toda la investigación concluyó, finalmente, en que el concepto que tenía Crowhurst sobre el “pecado de la ocultación” era la mentira, vivir en una realidad en la que no quieres estar y mentirte a ti mismo, tratando de convencerte de que eres feliz. Siento que lo que trataba de decir él con ese concepto era que quería volver a casa, pero al final no lo logró.

¿Qué lo inspiró a hablar sobre la relación entre heroísmo y el temor en esta película?

La historia naval de Inglaterra, la idea de navegar por el mundo sin parar. Además de inspirarme a mí, para Donald Crowhurst esa idea era tremendamente embriagadora. Esta fue una oportunidad para hacer que su deseo fuera real de alguna manera, es una metáfora que se trata de tener un sueño y pensar qué tan lejos serías capaz de llegar para hacerlo real… pero ¿en qué punto un sueño se vuelve venenoso?, ¿hasta qué punto nuestros propios sueños nos destruyen?, son preguntas de las cuales no quiero saber la respuesta, porque si lo hiciera, probablemente, yo no estaría haciendo lo que hago hoy en día.

¿Le pareció interesante el hecho de que esta historia estuviera establecida antes del GPS y todas las nuevas tecnologías con las que cuentan los medios de transporte?

Al comienzo de la película se habla sobre el Everest y el hecho de que gran parte del mundo ya ha sido explorado por el hombre, que busca de alguna manera dejar una huella en la sociedad, ya sea un explorador o un artista. Es una gran parte de la vida que regalan a este tipo de aventuras, y muchos de ellos lo han hecho sin dispositivo alguno. Mi sensación con Crowhurst es que él quería transcender y pasar a la historia como un héroe. Quería representar algo por sí mismo, haciéndolo por sus propios medios.

¿Qué tipo de conversaciones tuvo usted con Colin Firth, el protagonista, sobre Crowhurst?

Colin (Firth) y yo hablamos del proyecto por primera vez en Toronto, hace cinco o seis años. Cuando conversamos, me sorprendió lo contemplativo que era acerca de este personaje y, sobre todo, las ganas que tenía de interpretarlo. Captó muy bien los problemas de Crowhurst, y cómo él, a pesar de sentir que lo tenía todo, nunca lograba lo que él quería. Él realmente se enganchó, sobre todo porque le parecía interesante también su condición psicológica, y cómo le afectaba ser un hombre tan solitario.

¿Cómo afectó el foco de los medios a Crowhurst en la vida real?

Lastimosamente fue un arma de doble filo para él. Comenzó con esta idea loca de hacer una hazaña increíble y, de repente, ya tenía patrocinadores que todo el tiempo estaban ejerciendo una presión desenfrenada hacia él, y ya no pudo echarse para atrás. Tuvo un gran impulso, pero siento que en algún punto quiso hacer una pausa y los medios no le permitieron hacerla. Eso para mí es un gran tema en toda la película: mostrar cómo no pudo mirar hacia atrás ni aunque hubiera querido.

¿Cómo fue para usted trabajar de nuevo con Steven Soderbergh?

Genial, me siento muy afortunado porque cuando nos conocimos, sentí de inmediato la conexión con él. Es muy amable y colaborativo, y siempre me da un lugar en el set. De él aprendí no solo sobre la industria del cine, sino también de su responsabilidad y la manera en la que trata a todos sus colaboradores.

Y está trabajando con él de nuevo en una historia sobre los Panamá Pappers. ¿Qué puede decir sobre eso?

Sí, espero que Steven y yo trabajemos juntos en un guión que escribí acerca de la polémica que desataron los Panamá Pappers, basados en un libro de Jake Bernstein, que es un periodista increíble. Supongo que si The Mercy (Un viaje extraordinario) se trataba de un chico navegando en el océano, este próximo guión hablará de lo que sucede realmente en algunas de las islas.

Por Redacción cine

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