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¿Cuál fue su primer acercamiento a la música?
Fue desde niña. Me gustaba cantar porque sí. En los concursos en el colegio. Después en el templo. En el campo de lo artístico lo hice por necesidad, porque soy separada y fue un momento de crisis. Recibí un dinero. Pero ahora es por gusto.
¿Dónde inició cantando?
En Boyacá. Soy de Guateque.
Usted es amante de la ranchera, pero, ¿por qué otro género se inclina?
Canto principalmente rancheras, pero también canto boleros, vals y joropos.
¿Qué música la identifica?
La música de despecho elegante. Mi vida me ha llevado a vivir situaciones que me hacen sentir más las canciones.
¿Qué ha significado ‘La Voz Colombia’ para usted?
He crecido mucho en seguridad.
¿Cuál es el mayor aprendizaje que le ha dejado el programa?
No se puede opinar sin conocer.
¿Qué agüeros tiene antes de salir al escenario?
Ninguno. Creo firmemente en Dios y le pido que me cubra de su gracia cada vez que salgo a una presentación.
¿A qué se dedica a parte de cantar?
Mi vida es cantar. Yo también estudio. Estoy en séptimo semestre de Administración Pública. Y también me dedico al comercio porque tengo una dulcería pequeña.
¿Cómo llegó a ‘La Voz Colombia’?
Por la gente. A veces digo: “¡Dios mío, a qué horas me metí en este cuento!”. Sin embargo, la satisfacción y el cariño de la gente lo llenan a uno.
¿Cómo va a manejar la fama? Porque pasó de ser conocida en su pueblo a ser una estrella en el país.
A mí me gustaría que mi gente me mirara igual. Me parece feo tener que polarizar el vidrio. El artista es cuando está en la tarima. En ese momento se bajó y listo.
¿Cuál es la mejor canción?
Una mía. La canción se llama Perdóname Señor y narra las cosas tristes que me han pasado. Dice: “Hoy de algo estoy segura, las heridas se sanan. Dios no cierra una puerta sin abrir la ventana. Y al que al suelo se cae, él le tiende la mano y lo ayuda a levantar”. Cuando la vida lo golpea a uno, uno se levanta para enfrentarla con realidad.
¿En qué escenario quisiera cantar y con quién?
Hace unos años te diría que soñaría con ir a México a cantar con los grandes de la ranchera. Pero cada escenario es importante por pequeño que sea. Con el mismo cariño les canto a cinco personas que a cien. Sin importar quién sea o dónde sea. El escenario más lindo es que me vean porque me quieren ver.