Angélica Castillo Balanta: “El turbante es sinónimo de resistencia”

Desde un blog en Internet hasta "Miss Balanta", así se materializó el sueño de esta mujer, dueña de la empresa que rescata las raíces afro a través de sus productos.

Daniela Suárez Zuluaga
13 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.
Angélica Castillo Balanta se arriesgó a crear una empresa que rindiera homenaje a sus raíces afro. / Cortesía
Angélica Castillo Balanta se arriesgó a crear una empresa que rindiera homenaje a sus raíces afro. / Cortesía

El turbante no es un simple pedazo de tela que adorna la cabeza de una mujer, en el esplendor de su gran diversidad: blanca, negra, indígena, asiática… sea de donde sea, este accesorio tiene entre sus fibras un significado mucho más profundo que un simple “adorno”. (Le puede interesar: Miss Balanta rinde homenaje a su madre con su nueva colección 'Doris')

Angélica Castillo Balanta, una diseñadora gráfica de profesión, especializada en comunicación publicitaria, de tez morena, alta y con voz gruesa, es la creadora de Miss Balanta, una marca de turbantes que, en su variedad, son creaciones capaces de enviar un mensaje tanto a quien los usa, como a quien los admira. Aunque ahora son tendencia, para Angélica estos accesorios tienen un valor inigualable, pues desde pequeña conoció los turbantes, y desde entonces nadie la separa de ellos.

“Yo crecí viendo a mi mamá usando turbantes, y con el tiempo he ido descubriendo ciertas cosas sobre su uso. El primer acercamiento que tuve hacia esta prenda fue como un accesorio de resistencia para las comunidades afro, especialmente para las mujeres, y además el turbante también es sinónimo de empoderamiento, pero no del que está de moda, sino del real”, relata con una posición un poco crítica hacia el constante uso de la palabra, que ahora es muy utilizada en todas partes.

Su idea de Miss Balanta comenzó siendo un proyecto de maestría, algo meramente académico que Angélica no imaginaba en un principio como una gran empresa, pero que se fue transformando hasta convertirse en una de las marcas con productos inspirados en las raíces afro más populares del país.

Con sus turbantes, Angélica busca dejar un mensaje claro y contundente en la sociedad colombiana, a través de sus estampados, nudos, colores y formas: resistencia. Para ella, este es quizás el significado más importante alrededor de sus productos. “El turbante empezó siendo un accesorio de opresión, pero en la gran mayoría de lugares donde lo usan tiene diferentes significados. Para mí es un accesorio de comunicación no verbal, porque con él puesto puedes decir muchas cosas, pero también se utiliza para rituales espirituales y para hablar de jerarquías y posición social. Con el turbante, y dependiendo de su uso, puedes decir “estoy casada” o “estoy soltera”, comenta. (Le puede interesar: Miss Balanta, la caleña de los turbantes)

Cuando Angélica habla de turbantes se le iluminan los ojos, es como si estuviera hablando de un hijo suyo, pues este mundo le abrió la puerta a crear su propia empresa, ella siendo una mujer con raíces afro, casada, con un hijo de cinco años y un embarazo de cuatro meses, llegó a pensar que por su condición iba a ser difícil poder lograrlo, pero paso a paso escaló los peldaños que le permitieron estar donde está.

El mercado del turbante en Colombia es difícil, pues hace cinco años, cuando recién comenzó Miss Balanta, nadie hablaba de ellos, y se consideraban exclusivos para mujeres afro, ahora la concepción es diferente, y la competencia ha crecido fuertemente, aunque para Angélica eso no es un problema. “Yo no le tengo miedo a la competencia, pero sí a la falta de creatividad, porque eso hace que el mercado se estanque; por eso, yo siempre estoy pensando en innovar. La competencia es sana y es buena, porque si uno se queda en su zona de confort ya va a perder el impacto”, dice con su fuerte voz.

Aunque algunos dicen que el turbante tuvo su origen en África, y otros dicen que fue en Asia, en Latinoamérica se ha consolidado en los últimos tiempos como uno de los accesorios favoritos para lucir en la cabeza, pero lo que Angélica quiere es que las mujeres que lo usen sepan que el turbante no solo las hace lucir lindas, sino que las vuelve poderosas, y las hace también portadoras de un mensaje social fuerte, que se basa en la fuerza femenina y la oposición rotunda a la represión, discriminación y abusos de cualquier tipo.

Con los diseños y estampados de Miss Balanta, Angélica busca contar un poco de su vida, sus experiencias, y, según ella, cada uno de sus diseños está inspirado en una historia propia. Son partes de su alma.

Como Angélica Castillo Balanta hay muchas mujeres que están buscando emprender con sus proyectos propios, y así mismo están en la búsqueda de un espacio que les permita mostrar su talento. En el caso de Miss Balanta, sus turbantes serán parte de la feria BURO, en la capital. Ahora su empresa busca dar saltos más grandes, y así lograr que sus turbantes atreviesen cientos de fronteras. “Me quiero enfocar en la internacionalización, quiero empezar a exportar mis productos, me gusta hacer las cosas tranquila, y pienso que estoy en un buen momento para pensar en eso”, concluye con una sonrisa. (Le puede interesar: Miss Balanta, una apuesta por la cultura africana)

Por Daniela Suárez Zuluaga

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