El youtuber Mario Ruiz: "yo pienso positivo"

Desde el barrio Kennedy, en Bogotá, conquistó al mundo.

Aldo Civico / Especial para El Espectador
25 de febrero de 2018 - 02:00 a. m.
“Necesitaba un apoyo para lograrlo todo, y para mí ese apoyo fue definitivamente mi mamá”, dice Ruiz. “El enfoque, mis ganas, y la disciplina han sido mis armas”.  / Foto cortesía de Jesús Henao
“Necesitaba un apoyo para lograrlo todo, y para mí ese apoyo fue definitivamente mi mamá”, dice Ruiz. “El enfoque, mis ganas, y la disciplina han sido mis armas”. / Foto cortesía de Jesús Henao

Mario, usted se crió en el barrio Kennedy, en Bogotá. Leyendo su libro “¿Cómo llegué aquí?” me llamó la atención que por un lado su experiencia en el colegio no fue positiva, y por el otro, usted siempre tuvo la convicción de que había nacido para algo grande.

Es verdad. Mi colegio tenía problemas. No me gustaba mucho y no me sentía cómodo. Además, yo creo que soy una persona autodidacta, me gusta informame, aprenderlo todo de los temas que me apasionan, y el internet ha sido una herramienta fundamental para mi vida; entonces me motivaba todo lo que podía aprender y yo creo que por eso me ha funcionado tanto crear contenido para YouTube y practicar el Parkour. Mientras estudiaba tenía un hermano que era músico y miembro de una banda de música metal bastante conocida aquí en Bogotá. Él era baterista. Entonces, yo desde pequeño quería tener una banda de rock. Siempre tuve otra manera de pensar, con la parte artística muy presente.

¿Qué hizo entonces una vez que salió del colegio?

Con mis papás averiguamos la posibilidad de ir a una escuela de actuación. Pero ellos no podían pagar ni la mitad del semestre, entonces fue imposible. Pero siempre me consideré alguien echado para delante, y siempre he sido creativo. Fue cuando salí del colegio que gracias a Dios descubrí Youtube.

Eso es algo que he notado en varios de ustedes, youtubers exitosos. No importa las condiciones de uno, el sueño es más fuerte que la realidad.

Exacto. Siempre busco algo nuevo que hacer, así no lo sepa hacer. Siempre me digo, “yo puedo.” No lo dudo. Mi mentalidad es siempre decir que sí. Soy muy positivo, por más mala que sea la situación, y siempre trato de hacer algo nuevo.

¿Qué soñaba hacer en la vida antes de descubrir Youtube?

Pensaba estudiar negocios internacionales y sentía que eso era para mí, pero no se pudo.

Durante los años del colegio también te apasionaste al Parkour, que es un deporte urbano. ¿Qué fue lo que te llamó la atención de éste?

El parkour me hacía sentir vivo. Se me aceleraba el corazón cada vez que iba a hacer un movimiento. Me gustaba sentir esa adrenalina y me gusta hacer cosas extremas. También cuando subo un video a Youtube se me sube la adrenalina. Es ver qué va a pensar la gente, si le va a gustar o no. Cada proyecto que hago me llena de adrenalina. Me gusta vivir las cosas al máximo, competir.

Lo que me fascina del parkour es que es un modo en que los jóvenes tienen de resignificar ambientes urbanos duros, grises, hechos de cemento. Es la expresión de una contracultura.

Cuando era aficionado al parkour, salía a la calle y transformaba en mi mente lo que veía. Era como si mi mente procesara todo de una manera distinta. Lo mismo me pasa ahora cuando genero ideas para mis videos. Estoy en un taxi, está sonando una canción y como que invento algo, una parodia. Es como una forma distinta de ver la vida, por decirlo así.

El parkour es también una actividad que se practica con otros, no solos.

Exacto, y siempre he sido muy “compinchero”. No me gusta estar solo. Cuando practicaba parkour salía con mis amigos y ellos eran como mis hermanos, y varios se convirtieron en youtubers también. Ellos son como mi familia, literal. Eso es también lo que me gusta.

Quizás es por ser muy “compinchero” que lo vemos colaborar mucho con otros youtubers y participar en sus videos.

Sí, sí. La verdad me siento más en química cuando estoy con alguien. Por ejemplo, con el youtuber mexicano JuanPa Zurita tenemos una química increíble. Generalmente uno se demora un poco en pensar en un video, en pensar en las preguntas, en los retos. Pero con él no. Las ideas nos salen muy rápido. Es como si colaboráramos toda la vida juntos. Siento que las colaboraciones son una forma más para llegarle al público, y realmente han funcionado. En el medio de la música ahorita los artistas son una locura por las colaboraciones, y ya, eso es.

Hoy usted comparte un apartamento con JuanPa Zurita en Los Ángeles. ¿Qué lo llevó a mudarse allá?

Los Ángeles fue la primera ciudad de Estados Unidos que conocí y desde que llegué me enamoré totalmente. Después de una experiencia de 20 días, con JuanPa decidimos que teníamos que irnos a vivir allá. Empezamos a ahorrar e hicimos lo imposible, hasta que lo logramos. La ciudad es una vibra juvenil. Toda la gente que está ahí es soñadora, tiene metas, quiere hacer algo. Es una ciudad que me inspira. El ejemplo para mí es JuanPa Zurita, que de verdad la está rompiendo impresionantemente y me motiva. Vivir con él me motiva. Él está loco y contagia esa locura. Es una locura buena, porque siempre quiere ayudar, hacer algo, entonces uno se llena.

Colaboró, de igual manera, con Daniel Samper para denunciar en su canal un hueco gigante que nunca arreglaron en tu barrio.

Pues, me di cuenta de que Samper tenía un público más serio, más centrado, de adultos. Toda la vida en frente de mi casa hubo un hueco gigantesco. Desde cuando tengo uso de razón ha estado ahí. Un día estaba con mi mamá asomado en la ventana, y ella se quejaba de este hueco. Entonces, pensé, “le voy a proponer algo a Samper”. Daniel vino, grabamos, se embarró, se volvió nada. La Alcaldía me llamó, hubo unas reuniones, y sé que hay varios equipos de la Alcaldía e Invías trabajando en darnos una solución. Espero tener noticias pronto.

Hablando de su mamá, ella jugó un papel fundamental en el éxito de usted.

Mi mamá es un amor de persona. Ella es de Boyacá y es una mujer fuerte. Mis amigos y los profesores siempre le tenían miedo, pero la verdad ella tiene un gran corazón. Por eso en un video que se ha vuelto viral salía con una correa para pegarme; aunque mi mamá nunca me pegó. La gente se rió muchísimo, y hasta la llamaron de varias emisoras. La verdad: si no hubiera sido por mi mamá, nada hubiera sido posible. Aunque no entienda muy bien las cosas, ella siempre me ha apoyado. Hace poco es que está aprendiendo a usar el iPad. Necesitaba un apoyo para lograrlo todo, y para mí ese apoyo fue definitivamente mi mamá.

¿Pero cómo fueron sus comienzos en Youtube?

Cuando salí del colegio, dado que no tenía la oportunidad de estudiar, me tocó buscar trabajo. Pero no fue fácil, porque no tenía experiencia laboral. Hasta estaba pensando de irme a Neiva donde vive un hermano que me podía dar trabajo. Pero hacía videos de parkour y los subía en Facebook, hasta que alguien me preguntó si era yo el que los editaba. Dije que sí y esta persona me aseveró que me iba a dar $50 mil si le hacía el “intro” de un video. Acepté y me invitó a ir a Colina, donde nunca había estado, para presentarme a los mejores youtubers. Allá conocí a Sebastián Villalobos y a Juan Pablo Jaramillo. Me volví amigo de ellos, y ellos me invitaron a grabar, e hicimos una parodia de La rosa de Guadalupe, que se llamó La rosa de Súper Mario. Empecé a hacer videos, pero lo que pasa es aquí en Colombia nadie sabía qué era un youtuber, y por eso nadie nos apoyaba. Fuimos nosotros los que tuvimos que cambiar esta situación.

¿Qué hicieron?

Fue una locura. Decidimos Juan Pablo Jaramillo, Juana Martínez, Sebastián Arango, Sebastián Villalobos y yo irnos a México a conocer a nuestros fans. Les dimos una cita por las redes sociales. Pensábamos que iban a aparecer unas cien personas.

¿Y qué pasó?

Llegamos a Coyoacán, en Ciudad de México, y ese día fueron más de tres mil personas. Una locura total. La gente se desmayaba. Nos rompieron todo. Tuvo que llegar la policía y llevarnos a la estación para salvarnos.

¿Cuál fue la reacción de ustedes?

Estábamos sentados en el piso y nadie hablaba. Nos miramos, así como diciendo, “parce, ¡qué locura!”. No lo creíamos. Eso fue un diciembre, y en febrero nos fuimos a México a vivir. Nos decimos, “parce, no importa que no tengamos trabajo, ¡vamos a vivir a México!”. Mientras que en Colombia teníamos a quienes nos odiaban o nos negaban el apoyo, pero en México los youtubers ya eran un gremio.

¿Y fue así como se mudaron a México?

Sí. Rentamos un apartamento y durante tres meses dormimos en el piso, porque no teníamos ni colchones. Fue una lucha, y hubo momentos cuando quisimos devolvernos, porque la situación era muy difícil. Pero no. Yo me decía, “No, no me voy a devolver a Colombia otra vez”. Teníamos que lograrlo, y lo logramos.

Hoy, además de crear contenido, están comprometidos con causas sociales.

Pues llegó un punto en nuestra vida donde nos hemos dado cuenta de que esa influencia sirve para muchas cosas, no sólo para entretener, sino también para motivar a las personas a que ayuden. Por eso el influenciador francés Jerome Jarre y JuanPa Zurita crearon Love Army, con proyectos en Bangladesh, Somalia y México. Nosotros aquí en Colombia hemos apoyado a varias fundaciones, y vamos a hacer más. Es por eso que no me veo solamente como un youtuber, sino como un influenciador.

Toda esta experiencia, ¿cómo lo ha cambiado?

Me he vuelto más positivo. Últimamente soy mucho más positivo, más emprendedor. Me gusta innovar y me he vuelo aún más creativo, avispado, más pendiente de las cosas.

Por Aldo Civico / Especial para El Espectador

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