Andrés Felipe García, Claudia Patricia Urrego y Luz Dary Bonilla son ganadores de la quinta edición de Titanes Caracol, una iniciativa que promueve Caracol Televisión con el propósito de exaltar la labor que líderes y gestores sociales realizan desde diversas áreas de trabajo a favor de sus regiones.
“Los Titanes Caracol que están hoy aquí con nosotros y los casi 2.700 más que fueron nominados desde comienzos de año son protagonistas de historias extraordinarias. Lo que hacen, que puede parecer simple, reviste la mayor importancia para un país que se acostumbró a exaltar a quienes solo hablan y poco actúan”, dijo el director de Noticias Caracol, Juan Roberto Vargas, en la apertura de la gala que se llevó a cabo en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
Por esta razón, desde hace cinco años, Caracol Televisión se alió con empresas y entidades para destacar la solidaridad y la creatividad de personas que hacen de su entorno y región un lugar mejor, por lo que fueron calificados por Vargas como “titanes de la generosidad, titanes del esfuerzo, titanes de la bondad y titanes del emprendimiento”.
Titanes Caracol reconoce ideas innovadoras en cinco categorías (Tecnología e innovación, Sostenibilidad ambiental, Cultura, Educación, y Salud y bienestar) y el público escogió, por medio de votación electrónica, al ganador, quien recibió un premio materializado en acompañamiento para la realización de los proyectos por los que es reconocido.
En la categoría Tecnología e innovación el ganador fue Jorge Iván Cadavid, quien creó el dispositivo Sonata para que las personas con discapacidad auditiva puedan escuchar, llevando los sonidos a través de los dientes directamente a la cóclea (situada en el oído interno) y lleguen al cerebro por medio del nervio auditivo. El objetivo de este titán es poder llevar su dispositivo al mercado a un bajo costo, para que su ayuda se vea reflejada de una manera mucho más significativa y tenga un mayor alcance.
Por su parte, John Berrío se llevó el premio en la categoría Sostenibilidad ambiental. Él inició hace seis años la fundación Llena una Botella de Amor para enseñar a recolectar los envases de plástico que se botan a diario, y así venderlos a fábricas que lo transforman en madera plástica, material con el que se realizan parques infantiles. Con su fundación, Berrío ha logrado entregar cinco casas terminadas en Bogotá, Cali, Medellín, Rionegro y Ecuador. Además, ha entregado varias mesas de comedor para instituciones educativas, todas hechas con madera plástica.
En el apartado Cultura el ganador fue Andrés Felipe García, quien encontró en el arte comunitario la excusa para hacer de su servicio militar una experiencia positiva, pues logró el permiso para pintar murales en las escuelas y barrios junto a sus compañeros. Con su fundación Montañas de Colores creó en 2015 el proyecto “Pintando sueños de paz”, en el que soldados cargan, en vez de armas, baldes de pintura y brochas para realizar murales en los que también participa la comunidad. Desde entonces han llegado a 55 municipios colombianos y a cuarenta escuelas en Caldas.
Luz Dary Bonilla, en la categoría Educación, fue reconocida por su fundación Niñas de Luz, ubicada en Ciudad Bolívar, que acoge a 45 niñas que participan en talleres de teatro y comunicación, reciben clases de etiqueta y protocolo, juegan fútbol y las más pequeñas cantan o juegan con sus muñecas. Su proyecto busca que cada niña tenga una mentora que constantemente se comunique con ella y se convierta en una guía y ejemplo a seguir para la pequeña que tenga a su cargo. Además, una vez al mes realizan una salida pedagógica en la que ambas puedan visitar museos y leer cuentos, entre otras actividades en las que las menores logren conocer que hay otra vida después de esa montaña.
Finalmente, en el apartado Salud y bienestar el premio fue para Claudia Patricia Urrego, quien recibe y atiende a 3.500 personas en Fundayama, la fundación que creó para ayudar a las personas que padecen cáncer. Desde la sala de su casa se capacitó y documentó sobre la normativa que protege a las personas con cáncer, porque no quería que nadie tuviera que pasar por los estragos que enfrentó en 2009, cuando casi pierde la vida. La fundación cuenta con programas que van desde un apoyo integral al paciente y su familia, hasta una completa asistencia clínica, terapéutica y jurídica; y se mantiene por medio de iniciativas como la carrera anual “Camina, corre y tócate”.