Fabián León, un policía apasionado por la comunicación

Acaba de publicar el libro “Detrás del último no hay nadie”, en el que comparte historias esperanzadoras con niños que padecen cáncer.

18 de enero de 2021 - 02:00 a. m.
El policía y comunicador Fabián León repartió 300 copias de su libro “Detrás del último no hay nadie” en centros oncológicos.  / Archivo particular
El policía y comunicador Fabián León repartió 300 copias de su libro “Detrás del último no hay nadie” en centros oncológicos. / Archivo particular

Cuéntenos detalles sobre el libro “Detrás del último no hay nadie”.

El nombre es una metáfora. Decidí contar esta historia de ficción, porque el mundo se ha vuelto muy afanado por la necesidad de querer siempre llegar primero. El título es una reflexión que invita a entender que todos debemos tener tiempos distintos y que hay unas cosas especiales como la imaginación y el valor de resistir —lo que la psicología llama resiliencia—, que permiten enseñarles a los niños que se pueden hacer cosas maravillosas.

¿Cómo llegó a la decisión de escribir historias para niños en tratamiento contra el cáncer?

Hace dos años mi madre viene sufriendo de un cáncer bastante corrosivo en la médula espinal, que hace que le transfundan sangre de manera constante. Al empezar la pandemia, aislaron a las personas con cáncer y al volver al hospital descubrí que en medio del llanto y la tristeza de un centro oncológico había lugares donde se encontraban risas de niños. Sin embargo, ver a un niño atravesando una dura enfermedad es complejo. Fue ahí cuando me cuestioné y comencé a crear los relatos, por eso el libro intenta abordar todo el tema del respeto por las diferencias.

Es oficial de policía y estudió Comunicación Social. ¿Cómo logra mezclar estas facetas en su vida para que no haya interferencias?

Cuando me incorporé a la Policía lo hice con un espíritu muy humano y social. A lo largo de la carrera institucional, la Policía me ha permitido asesorarlos en comunicación, como las emisoras de la Policía Nacional. Actualmente soy jefe de prensa, gerente de la emisora y presentador del programa institucional; sin embargo, mi carrera principal es ser policía y durante la pandemia pude dedicar el tiempo que me faltaba a la escritura.

¿Cuánto duró el proceso de la escritura del libro?

Hacer literatura en este país es complicado, porque las formas de financiación son algo complejas. El libro lo financié con recursos propios y en febrero de 2020 pasé una convocatoria en Medellín. Ya tenía un gran número de cuentos que había construido y a partir de ahí continué con lo que hacía falta.

¿Con qué inconvenientes se encontró al momento de la publicación?

Hay una serie de complejidades al momento de escribir y es que debes tener una linealidad, un orden y una editorial que te respalde. Gracias a las fortunas de la vida, pude encontrar esto y con ahorros propios decidí financiar la impresión, el diseño y todo lo que es necesario para un libro.

¿Ha pensado en escribir para personas con discapacidad?

Del libro vamos a tener un código QR que te lleva a Spotify a escuchar audios de este texto y algunas anécdotas de cómo se construyó. En este momento se está traduciendo a inglés, para que pueda llegar a más niños.

Al ser servidor público, ¿necesitó algún permiso para realizar el proceso de escritura?

La institución me ha acompañado en este proceso; ha sido colaborativa, porque lo que quiere es mostrarle a la comunidad que los policías pueden ser personas multidisciplinarias. Además, el libro no va en contravía de los principios institucionales.

¿Qué lo inspira a escribir estas historias?

Los niños, ya que he ido entendiendo las formas de lectura de ellos y cómo han cambiado. Ahora son un poco más complejas que hace dos décadas; sin embargo, eso hace que sean más abiertos de mente y tengan la capacidad de leer.

¿Cómo hace para que los niños que lean el libro entiendan el mensaje que quiere transmitir?

Inicialmente se imprimieron 300 copias y esas copias las entregué a los centros oncológicos. El libro viene acompañado de una pedagogía especial para que los niños en centros oncológicos puedan entender que hay una esperanza. Uno de los relatos es un viaje espacial que hace un recorrido imaginario, y al finalizar el cuento te das cuenta de que, más allá, los niños estaban viajando a través de las quimioterapias. Más allá de la venta del libro, mi objetivo es que por cada libro que yo pueda vender a través de las plataformas pueda donar dos más.

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