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Julio Reyes Copello, la resonancia de Colombia en la escena musical

El productor de una cantidad considerable de éxitos en la música latina creó la banda sonora de la serie “El general Naranjo”, de Fox para Caracol Televisión, con la que se reencontró con su pasado. Dirigió a un grupo de policías y llegó a la conclusión de que los buenos siempre son más.

30 de mayo de 2020 - 04:12 p. m.
Julio Reyes Copello tiene un sello independiente llamado Art House Records. / Cortesía
Julio Reyes Copello tiene un sello independiente llamado Art House Records. / Cortesía
Foto: OMAR CRUZ

Julio Reyes Copello ve las adversidades de la vida de la misma manera como identifica una disonancia en la música. Sin complicaciones la existencia sería aburrida y sin disonancias no podría haber consonancia. Por eso hace su trabajo como productor con tranquilidad y con la convicción de que lo que sale primero de su cabeza y luego lo plasma en el entorno de su estudio de grabación será una pieza finalizada cuando consiga alegrar el rostro de quien recibe el resultado de su labor artística. “Los productores somos como payasos, que deben hacer que los días de nuestros semejantes no sean tan crueles”, afirma este colombiano célebre en la industria musical en el planeta. (Lea: Abbey Road abre su primer instituto en EE.UU. junto a un productor colombiano)

Recibió toda la formación académica de la Universidad Javeriana. Fue docente en la misma institución y durante una de sus asignaturas pensó que el poder transformador de la música debía tener más de mil asistentes que colman un auditorio en cada ciudad para disfrutar de un concierto, cuyo repertorio es interpretado por orquestas en formatos ampliados, por solistas virtuosos o por conjuntos de cámara reconocidos. El impacto del arte debería tener un eco mayor, y eso solo lo podría conseguir si lograba relacionar su trabajo con manifestaciones sonoras de corte más masivo.

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El 50 % de la decisión de cambiar la música clásica por el pop se relacionó con su gusto por vivir dignamente, y el camino a partir de la música clásica era mucho más complejo. El porcentaje restante fue su intuición innata, una suerte de voz interior que le expresó que la propuesta bajo el sello de Julio Reyes Copello funcionaría mejor si se reconciliaba con el gusto universal.

“La presión más grande en el momento creativo es, precisamente, sacarse de la cabeza la idea de que uno está haciendo algo para que le guste al público en general. Lo importante es que uno siga su intuición, ese es el mejor regalo para un creativo, y por eso se marcan tendencias. Creo que esa es la batalla más difícil de ganar y, por eso, muchas veces ahora, la música suena tan homogénea porque hay un grupo que cree saber qué es lo que la gente debe escuchar”, comenta el reconocido productor que realizó una maestría en Media Writing and Production, en la Universidad de Miami.

Su primer trabajo en eso que los demás llaman grandes ligas, y que él prefiere ignorar, fue por descarte. Un profesor no alcanzó a terminar la musicalización de unas piezas navideñas para Plácido Domingo y Tony Bennett, y le endosó esa responsabilidad. Al comienzo pensó que todo sería así, majestuoso, pero no fue así. El proceso para que llegaran a él personajes como Alejandro Sanz, Marc Anthony, Jennifer López, Chayanne, Nelly Furtado y Kany García fue bien largo. Reyes Copello lo resume con la expresión: “Producir aquí y allá”.

“Para mí, la definición de productor es aquel que está listo para capturar los momentos más brillantes de un artista. No llego a imponer nada, soy cómplice solamente y me gusta hacer sentir bien a las personas que trabajan conmigo. Creo que he podido establecer cuándo es que hay que defender a las estrellas de ellas mismas porque son, por excelencia, complejas”, dice Reyes Copello, quien además de satisfacer los gustos masivos, también cumple con su rol de guía al crear su propio sello, uno independiente, llamado Art House Records, en el que artistas como Adriana Lucía han encontrado eco. (Puede leer: El colombiano Julio Reyes Copello recibió el Cultural Pioneer Award)

Hace unos años lo llamó Magdalena La Rotta para contarle que estaba grabando la historia del general Óscar Naranjo para televisión. Reyes Copello no conocía el libro de Julio Sánchez Cristo que inspiró el relato, ni mucho menos tuvo la oportunidad de repasar los libretos de Luis González. Sin embargo, lo sedujo la idea de escribir música para una historia que no les rinda homenaje a narcotraficantes. Su lucha contra la cultura narco salió a flote porque siempre se cuestionó la razón por la que los delincuentes establecieron a través de la industria del entretenimiento una manera de legitimar su visión de la vida.

“Me vinculé a la historia cuando ya había imágenes, existían capítulos completos grabados, si no estoy mal. Creo que sentíamos, tanto Magdalena La Rotta como yo, que los buenos nunca teníamos voz, y esa necesidad de expresar los sentimientos fue lo que me motivó a escribir un himno, a pensar en canciones y todo lo que pasó después con la banda sonora de El general Naranjo fue muy surreal”. (Le puede interesar: "La música es mi biblia": Julio Reyes Copello)

Lo primero que se le ocurrió fue crear un coro integrado por policías, y por eso estuvo durante varios días recorriendo la Escuela General Santander, en Bogotá. Escogió este lugar porque supo que tenía una orquesta sinfónica, así que lo entusiasmaba la idea de compartir las pasiones musicales con estos muchachos uniformados de verde. Con ellos estuvo varias jornadas docentes muy conmovedoras. Incluso, la agrupación le hizo a Reyes Copello un concierto privado al terminar el proceso. Quince días después pusieron la bomba que acabó con la vida de 22 policías. El productor ya estaba en Miami en plena labor musical.

Las noticias fueron dolorosas para él, así que se rodeó de amigos para sacar adelante el proyecto. Invitó a Alejandro Sanz, Fonseca, Adriana Lucía, Yotuel de Orisha, Joy (de Jessi y Joy) y varios talentos emergentes para crear una banda sonora, cuyas ganancias en regalías fueran destinadas a la Fundación Corazón Verde, institución creada por la Policía para ayudar a las familias de víctimas caídas en combate.

“Una persona como Alejandro Sanz ha vivido nuestra realidad de manera directa, porque sabe el daño que nos ha ocasionado el narcotráfico durante todos estos años. Lo que encontré en él fue una resonancia total. Es que lo bueno que tiene la música es que uno no tiene que racionalizar para entenderla, porque hay que sentirla”, cuenta Reyes Copello, quien tuvo que salir de Colombia en la década de los 90 porque su hijo tenía una amenaza de secuestro.

Ya había hecho música para cine y televisión. Con algunos de sus trabajos sintió que las notas sonoras simplemente creaban la atmósfera apropiada para el desarrollo de la escena y con otros se emocionó hasta las lágrimas. Sin embargo, tanto con unos como con otros confirmó su preferencia por conquistar desde el oído y no desde la visión. Su labor en la serie de Fox para Caracol Televisión le proporcionó lecciones.

“Lo más productivo de esta experiencia fue la posibilidad que me dieron de estar en el corazón de la Fuerza Pública. Eso me cambió la vida y me conmovió el hecho de saber que hay hombres y mujeres que se están formando con ideales. Estaba predispuesto, no lo puedo negar, pero hoy valoro los esfuerzos de todos estos jóvenes que conocí durante la realización de la banda sonoro de El general Naranjo”.

El productor colombiano confirma cada día que sus 12 apóstoles son las 12 notas, porque la música ha sido como su biblia. A través del arte, Reyes Copello ha hecho quedar bien a Colombia y tenido acceso al paraíso. Ha ido hasta allá para hacer retratos sonoros y compartirlos con la mayor cantidad de gente posible.

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