El legendario cantante Nile Rodgers informó que el pasado agosto, mientras recibía tratamiento en un hospital de Toronto debido a una infección por E. coli, sus médicos realizaron un descubrimiento mucho más alarmante: dos tumores en el riñón que lo obligaron a someterse a una exitosa cirugía a principios del pasado mes de noviembre.
"En mi breve estancia ingresado, los doctores se dieron cuenta de que había un misterioso bulto en mi riñón derecho que parecía cáncer. Al final resultó que sí era cáncer; de hecho, se trataba de dos tumores en una misma masa de células. Al contrario que la reacción que tuve hace siete años con mi primer diagnóstico de la palabra 'c', esta vez permanecí más calmado, relajado y afronté todo de una forma muy analítica. Estaba rodeado de profesionales con una gran empatía, lo cual me transmitía una gran sensación de paz interior", explicó en un comunicado publicado en su blog personal.
Antes de comenzar su nuevo tratamiento, Nile Rodgers quiso completar su gira de conciertos visitando dos países en Suramérica, Dubái, Japón, Irlanda, Liverpool Londres y Brooklyn.
"Nada más acabar ese último concierto, volé directo de Brooklyn al hospital Rochester de Nueva York, y al día siguiente entré en quirófano para que me extirparan las dos masas cancerígenas. Y según el pronóstico, mis probabilidades de recuperarme son del 100%", comentó.
Este nuevo problema de salud del artista -que de 2010 a 2013 ya lidió con un agresivo cáncer de próstata- le ha obligado a retrasar algunos "emocionantes planes" de cara al futuro, aunque ha querido adelantar que el año que viene sorprenderá a sus fans con un anuncio inesperado.
Esos misteriosos proyectos contribuirán sin duda a levantarle la moral tras unos meses muy duros, marcados por el fallecimiento de algunos de sus grandes amigos y referentes en el mundo de la música -David Bowie, Prince, George Michael y Chris Cornell-, la inesperada muerte de uno de sus primos y la batalla que libra su madre actualmente contra el Alzheimer.