“Amar y vivir”, cuando el amor es más importante

El actor Jairo Ordóñez interpreta a Etilio Cuéllar en “Amar y vivir”. / Cortesía

"Amar y vivir", la nueva serie de Caracol Televisión, narra la historia entre Irene Romero (Ana María Estupiñán) y Joaquín Herrera (Carlos Torres), dos jóvenes que se enamoran perdidamente, pero que por circunstancias del destino y de la vida no pueden estar juntos.

Esta serie es una adaptación de la exitosa novela de finales de los años 80 que llevaba el mismo nombre.

Joaquín es un joven serio y noble de 25 años que prestó el servicio militar para darles a su madre y su hermana una mejor vida en el campo. Al ingresar al Ejército termina su bachillerato y realiza sus estudios técnicos como mecánico automotor. Sin embargo, con el paso del tiempo, se da cuenta de que esa profesión no lo va a ayudar a sacar a su familia adelante, así que se retira para ponerse a cargo de la finca de sus padres. Al regresar descubre que su familia está a punto de ser despojada, por eso se pone al frente del problema, pero al hacerlo terminan matando a su madre, desapareciendo a su hermana y desplazándolo a Bogotá.

Al llegar a la ciudad conoce a Irene, una vendedora de la plaza de mercado cuyo sueño de pequeña ha sido cantar en los grandes escenarios del país, pese a que su madre se lo prohíbe.

“Irene es una mujer soñadora, un poco justiciera con su plaza, con su gente, con su barrio, ella los defiende. Su sueño es salir adelante como una cantante de música popular, ser famosa, pero sin dejar su plaza”, dijo la actriz Ana María Estupiñán, quien da vida al personaje de Irene.

Mientras Irene se alinea más por su sueño de cantante, Joaquín termina en un taller de mecánica en el que, por cosas del destino, termina involucrado con “Los Delios”, una banda delincuencial experta en el robo de carros.

Los dos jóvenes se van a encontrar entre la espada y la pared porque, a pesar de que quieran estar juntos, el destino no los va a dejar.

"Amar y vivir" cuenta con la producción ejecutiva de Claudia Faciolince y la dirección de Liliana Bocanegra y Santiago Vargas.

Entrevista con el actor Jairo Ordóñez, quien interpreta a Etilio Cuéllar.

Caracol Televisión está apostándole a una novela de hace 30 años. ¿Qué elementos integran en esta nueva serie?

Lo que siento es que lo que se hizo fue apostar a contar una historia 30 años después. Contar qué pasaría con esos personajes si estuvieran en la actualidad. Es como coger una novela, devolvernos en el tiempo y preguntarnos qué es lo nuevo. Esta versión se hizo sin intenciones de imitar, superar o comparar lo que ya se hizo años atrás.

¿Vio la novela anterior?

La estoy viendo al par con esta, porque me gusta comparar. Hice Metástasis, la adaptación estadounidense-colombiana de otra serie de televisión americana llamada Breaking Bad, y la vi después de que la había hecho porque quería ver cuál era el factor diferenciador. Estuvimos con Vince Gilligan, el creador de la serie original, porque él quería ver lo que habíamos hecho, ya que en la historia se veía cómo la gente se drogaba y al siguiente día era como si no hubiera pasado nada.

¿Quién es Etilio Cuéllar?

Es el antagonista. Aparentemente parece que no lo fuera, pero sí. Es alguien que poco a poco se va a convertir en el karma del amor entre Irene y Joaquín. Es un tipo malo, egoísta y envidioso que no piensa dos veces antes de matar a alguien. Básicamente, uno puede percibir que tanto en la serie de 30 años atrás como en la actual todavía siguen existiendo este tipo de personajes.

¿Cuéllar cómo llegó a ser parte del taller de los hermanos Luis y Hernán Quintero?

A los 12 años un mecánico lo adoptó como aprendiz, le enseñó todo lo que tenía que saber para reparar y desguazar automóviles y motocicletas. Él terminó en la cárcel y ahí conoció a Hernán, a quien cuidó. Después de salir fue al taller de ellos y terminó trabajando.

¿Qué significó interpretar un personaje de esta magnitud?

Un reto. Es de conocimiento que siempre hago papeles de tipos malos, y lo que trato de hacer es marcar la diferencia en cada personaje, porque no quiero que se parezcan. Considero que, aunque todos tengamos el mismo estereotipo de los malos, deben tener algo diferente.

¿Se parecen?

No, para nada. Ese tipo es lo opuesto a mí. Por ejemplo, recuerdo que cuando estaba saliendo con mi novia, la que ahora es mi esposa, a ella le cogieron la cola y se puso a llorar. Le pregunté quién fue y me señaló al man, y le metí una patada, y se paró ese tipo y era la cosa más grande. Salí corriendo del miedo.

De lunes a viernes, a las 9:00 p.m., por Caracol Televisión.