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¿Qué tiene “Vida Perfecta” para ser de carácter universal?
Celia Freijeiro (C.F.): Creo que una de las virtudes que tiene está serie es que pone a tres mujeres de más de 30 años como estereotipos y pasamos de lo que consideramos es un mundo perfecto y una vida perfecta al mundo emocional en el que entran en crisis por esa construcción que tienen como mujeres y por eso conectamos con todo tipo de público. (Le puede interesar: Leticia Dolera y el relato audiovisual femenino)
Aixa Villagrán (A.V.): La serie no te da un discurso moralista y no te dice lo que está bien o mal, lo que hace es que te narra una realidad creada por una sociedad que te empuja a desear el éxito y una estabilidad económica, emocional y profesional, que son creadas por el entorno y no creadas desde lo que queremos cada uno. Haciendo la serie reflexione acerca de qué pasaría si no cumplo con todas esas expectativas.
¿Consideran qué es una serie feminista?
C.F.: No es una serie para mujeres, es una serie para todo el mundo. Es un proyecto que tiene una perspectiva muy femenina y considero que es muy importante, porque completa el relato.
A.V.: La serie da luz donde no la hay a temas como la maternidad y la sexualidad femenina, además todas esas cuestiones que pone desde la construcción del guion y los personajes, lo que hace es poner esas preguntas sobre la mesa sin darle una respuesta, porque esas son las luchas que libran muchas personas.
¿Cómo llegaron a ser parte del elenco de "Vida Perfecta"?
C.F.: Al leer el proyecto me siento implicada, porque yo tenía 39 años y el personaje también, no solo por eso, sino que habla de temas que me tocan personalmente. Realmente quería hacer parte de la serie.
A.V.: Al llegar el proyecto a mí, me sentí muy identificada, porque las protagonistas eran mujeres de 39 años y, eso no es lo habitual, ni que casi todo el equipo de trabajo del proyecto este compuesto por mujeres.
¿Cómo fue la construcción de sus personajes?
C.F.: La directora no solamente nos da pautas para interpretar cada personaje, sino que nos ayuda alcanzar la proyección que teníamos del rol. Además, teníamos muchos espacios para improvisar y conocernos entre nosotras, eso nos hacía sentir como en casa.
A.V.: En la construcción del personaje paso algo muy bonito y es que la directora de la serie nos dio la libertad para proponer y crear los personajes, entonces eso hizo que sintiera que el proyecto era mío y creyera en la historia.
¿Qué tanto cambiaron los personajes desde lo que está en el guion hasta lo que vemos en la pantalla?
C.F.: Parte de la construcción de los tres personajes aparentemente muy distintas, con una concepción del mundo muy diferente, que al final entran en crisis por distintos motivos, pero cuando pasan a la parte emocional nos encontramos todas y empatizo con los otros personajes.
A.V.: Creo que la sociedad nos empuja a desarrollar nuestras capacidades intelectuales y descuidamos la inteligencia emocional.
¿En algún momento llegaron a juzgar a sus personajes?
A.V.: No juzgue el personaje, porque lo hice muy mío desde el principio. Y en la construcción del personaje tuve cierta molestia, ya que el personaje era muy tierno y me daba miedo caerle mal a la gente.
C.F.: No juzgue a ningún personaje, porque empatice con todos, pero estamos hablando de temas que le pasan cotidianamente a la gente.
¿Creen que en algún punto la serie incomoda al público?
C.F.: No incomoda, sino que toca muchas fibras en la gente.
A.V.: No llega a incomodar, porque se mueve muy inteligentemente entre el drama, el realismo y el humor. Haciendo la serie nos reímos muchísimo de nuestros errores. Al final es una serie muy entretenida.
¿Cuál es el aporte femenino a la narración audiovisual?
C.F.: Son distintas las visiones y experiencias de las mujeres. Y cualquier tema en que quieras incursionar desde la visión masculina es distinta a como lo ve una mujer y creo que eso hace que el relato se complemente, ya que juntos podemos construir otras cosas.
A.V.: Estamos acostumbrados a ver historias desde la perspectiva masculina y es necesario tener la visión femenina. Hay mucho miedo al cambio y salir de la zona de confort de las narrativas.
* El periodista viajó a España por invitación de Movistar.