Con títeres se renueva la televisión infantil

“Opa Popa Dupa” es un espacio latino que revive el espíritu de las marionetas para que, en medio de tanta animación digital, hablen de naturaleza o ciencia de forma simple y con mucho humor.

Lilian Contreras Fajardo
08 de febrero de 2019 - 02:00 a. m.
Fernando Semenzato se inspiró en su esposa, sus hijos y un exjefe para darles personalidad a algunos títeres de “Opa Popa Dupa”.   / Cortesía
Fernando Semenzato se inspiró en su esposa, sus hijos y un exjefe para darles personalidad a algunos títeres de “Opa Popa Dupa”. / Cortesía

Seguramente si a un niño le dicen que un programa de televisión le va a enseñar sobre la gravedad se imagina algo aburrido; pero la cosa cambia cuando el que le habla del asunto es un títere. Por un lado, Leonardo, un león que está en medio de una representación teatral sobre la llegada a la Luna, y por el otro Rila, quien le dice a su mamá que no se puede levantar de la cama por culpa de la gravedad, son los encargados de introducir al público en la conversación, una de las tantas que presenta Opa Popa Dupa, el nuevo programa de Nat Geo Kids, un canal que se lanzó hace dos años con el objetivo de extender a las nuevas generaciones los valores de National Geographic: curiosidad, exploración, medio ambiente, ciencia, tecnología y espacio.

El canal comenzó su programación con productos internacionales, pero el año pasado lanzaron Nat Geo Lab, un producto presentado por el youtuber Sebastián Villalobos dirigido a niños mayores de ocho años. Ahora, la parrilla se nutre de un programa latinoamericano que revive el espíritu de las marionetas para que, en medio de tanta animación digital, hablen sobre temas como la Luna, el Sol o el medio ambiente de forma muy simple y con mucho humor.

“Los programas de enseñanza se centran en letras, números, colores, formas o palabras”, dice Fernando Semenzato, quien creó el formato con el reto de generar interés tanto en los chicos como en los padres, porque los primeros se escapan “cuando tienen que ser formados” y los segundos se sienten rechazados cuando los programas usan un lenguaje muy infantil.

Como no hay fórmula mágica para lograr el éxito, los realizadores contaron con guionistas de Colombia, México y Argentina para asegurar que las palabras se entiendan en toda la región, así como sociólogos y psicólogos para estar seguros de que los pequeños entienden el mensaje. El humor, sostiene Semenzato, está presente desde el título, Opa Popa Dupa, un trabalenguas perfecto porque es difícil de pronunciar, pero también difícil de olvidar.

Aprovechando la ausencia de proyectos en la televisión latinoamericana dirigidos a niños entre los tres y seis años y la coyuntura de los canales formativos y educativos que ahora apuestan más al entretenimiento, Semenzato ideó un espacio que moderniza el sistema clásico de títeres, gracias a la tecnología en la posproducción.

Pero ¿cómo darle personalidad a un muñeco? Primero, a partir del guion se define el diálogo y segundo, por medio de un casting, se encuentra al titiritero que hará que la marioneta cobre vida tanto con los movimientos como con la voz. Por ejemplo, la mexicana Xareny Ortega es la encargada de manejar a Flower Power, una flor que vive en el bosque de Opa y que comparte muchos rasgos físicos y personales con su titiritera, como el uso de gafas, el pelo alborotado, el gusto por el yoga y el respeto por el medio ambiente.

“Los títeres tienen una técnica para manipularse y la majestuosidad en ellos se da cuando se logra dominar el muñeco. La mano y la voz son los elementos comunicantes, entonces esa fusión es lo que genera el personaje como tal”, dice Ortega.

Flower Power, una de los once títeres protagonistas del programa, está inspirada en la esposa de Semenzato, Nube y Eco (los niños del bosque) están inspirados en sus hijos, Monhaha es como él y Leonardo es el recuerdo de un exjefe.

“Sin ellos (los títeres) el guion podría haber sido bueno, pero el show no estaría completo. El trabajo de ellos es como la cereza sobre el helado”, sostiene el creador y vicepresidente de National Geographic para América Latina.

El mundo de Opa Popa Dupa también tiene personas de carne y hueso: cien celebridades de varios países de América Latina que participan en cada programa, con el objetivo de apoyar el tema del que se habla y enganchar a los padres de familia, pues verán cómo cantantes, actores, modelos o youtubers hacen algo que no habían hecho nunca. Juanes hace un dúo musical con Flower Power y Carlos Vives interpreta una canción de su autoría sobre el otoño. De Colombia también participan Fanny Lu, Calle y Poché, Claudia Bahamón, Carolina Cruz, Paulina Vega, Andrés López y Suso el Paspi.

El programa se puede ver tanto en televisión como en streaming, pues saben que la competencia ahora es con todo lo audiovisual que exista, por lo que no pelean contra sí mismos y no segmentan el contenido que se publica en las diferentes plataformas, aunque en YouTube ofrecen el contenido especial de la banda sonora. “Es tratar de convencer al mar de que no haga olas. Los chicos están acostumbrados a consumir el contenido en teléfonos y tabletas, y decirles que vayan a verlo en la televisión es muy difícil; por eso nos adaptamos al público y a su forma de consumir contenido”, argumenta Fernando Semenzato.

Por Lilian Contreras Fajardo

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