De Francisco y Moure: 27 años hablando del país en “La tele”

Aunque generalmente las secuelas no son buenas, ellos han logrado reinventar el espacio que nació en 1993 y desde hace tres años volvió a la televisión para criticar la realidad política, social y económica del país.

Lilian Contreras Fajardo / @ProhibidodeLili
03 de marzo de 2020 - 12:00 a. m.
Desde 2017 “La tele letal” volvió al aire con doña Anciana y Cerdo, la dirección de Rafael Noguera y la producción de Mauricio Sanchez. / Red+
Desde 2017 “La tele letal” volvió al aire con doña Anciana y Cerdo, la dirección de Rafael Noguera y la producción de Mauricio Sanchez. / Red+

“Si Colombia no fuera el moridero que siempre ha sido, un programa como estos sería muy difícil de hacer, no tendría sentido”, dice Martín de Francisco en referencia a La tele letal, programa que desde 2017 presenta junto a Santiago Moure en Red+ de Claro. Este formato retoma la propuesta que debutó en 1993, con ellos mismos, bajo el liderazgo de Carlos Vives, cuando en el país los canales privados no habían prendido su señal, era impensable la emisión 24 horas y solo se podía soñar con ver telenovelas o programas de concurso.

Un tipo de programa como La tele hace 27 años, pues, prácticamente no se veía y nunca ocurrió nada después. El espacio estaba ahí vacío y pues (lo retomamos)”, recuerda Moure. La tele de los años 90 mezclaba todo y nada: música, críticas y una charla en casa con los amigos. Pero poco a poco las burlas a todo artista o producto colombiano se fueron transformando en crítica social y política.

“¿Qué quiero decir con moridero?”, se pregunta de Francisco, y responde: “Hay partes que para la economía funcionan, pero para la gran parte de Colombia no, porque es uno de los países más inequitativos del mundo, y uno donde matan más gente. ¿Es un moridero? Sí lo es”.

Cuando La tele debutó los jóvenes no tenían espacio en la pantalla chica, así que fueron tildados de irreverentes, pues contaban en el elenco con doña Anciana y Cerdo, quienes les ayudaban a hacer escenas de humor, por lo que mucha gente calificó el programa como entretenimiento. De hecho, han ganado en esa categoría el premio India Catalina.

“Este tipo de programas dentro de un entorno en el que pasan cosas tan espantosamente absurdas, tiene más de dónde agarrarse. Si este fuera otro país sería más complicado de hacer. Es una paradoja”, explica Martín.

Por eso, de la mano del humor y la ironía maquillan las cosas que no podrían decir abiertamente. “La realidad en Colombia es tan absurda, que una manera de hacer humor es no diciendo cosas absurdas”, agrega de Francisco.

Quien sí es muy irónico, sostienen ambos, es el Gobierno del presidente Iván Duque, porque “cada acción y cada medida que toman parece irónica, no parece muy seria, ni muy directa. Estamos viendo unos cómicos de humor negro”.

Santiago Moure dice que la irreverencia tiene que ver con no respetar las cosas sagradas y que, en ese sentido, “Colombia es irreverente, es una sociedad irreverente hasta el tuétano”.

Cuando se les pregunta por lo sagrado, inmediatamente Martín anota: “En Colombia lo sagrado es la vida y no se respeta, no se está respetando por personas que precisamente deberían cuidar la vida de los ciudadanos”.

Martín de Francisco y Santiago Moure ven la realidad del país a través de la pantalla del televisor, pero desde hace un par de años otra pantalla se coló en la conversación, la de los dispositivos móviles y las redes sociales, un espacio en el que circula mucha información que se puede discernir, opinar y contrastar.

Según Martín, eso ha posibilitado un despertar en la gente que se ha sentido engañada y estafada. Él, por ejemplo, a partir de la campaña para el plebiscito sobre al Acuerdo de Paz de 2016, usa su perfil virtual para opinar activamente sobre la realidad del país, algo que aparentemente no gustó mucho a los directivos de la cadena radial donde trabajó desde 2011 hasta diciembre del año pasado.

Yo no tengo pruebas de que me censuraron porque opiné esto o lo otro, me dijeron que era por reestructuración”, sostiene tranquilamente. Pero ellos son expertos en capotear la censura, porque desde los años 90 tuvieron que acostumbrarse al final de La tele, cuando los canales privados dejaron a un lado este programa que criticaba el sistema financiero, la situación política y la cotidianidad.

“La mejor manera de censurar, en el caso de los medios de comunicación, es privatizarlos, porque así se escoge a quién se contrata y qué tipo de línea deben seguir los programas”, interviene Santiago, quien aclara que les gusta la censura porque les permite estar sin trabajo y disfrutar el ocio, “lo más reconfortante”.

Martín de Francisco retoma la palabra y ratifica que la censura está en el sistema mismo, pero que afortunadamente en las redes sociales “están quedando expuestas las emisoras y canales privados acerca de cómo manejan la información” y es por eso por lo que, para él, hoy los noticieros disponen de mucho tiempo para las secciones deportivas y de entretenimiento. Para ellos, esta es una de las razones para que muchos no cuestionen la situación del país.

Somos estúpidos la mayoría de los colombianos, nos tienen idiotizados y ha funcionado, les ha cuajado y estamos bien idiotizados”, recalca Moure, para quien la única esperanza de cambio es hacer una reinvención social, pero como requiere un esfuerzo gigantesco, “es mucho más fácil cortar por lo sano… por lo sano de la sociedad”.

Por Lilian Contreras Fajardo / @ProhibidodeLili

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