Joven con síndrome Tourette, el mejor humorista de 2018 en Sábados Felices

La capacidad de burlarse de sí mismo convirtió a Camilo Sánchez en el mejor comediante del año del programa de humor más antiguo de la televisión colombiana.

* Redacción medios
17 de diciembre de 2018 - 12:33 a. m.
Foto: Facebook Camilo Sánchez
Foto: Facebook Camilo Sánchez

Empieza la función. O la rutina, como la llaman los humoristas. Al escenario sube un joven que viste jeans, camiseta negra y tenis. Lleva una gorra con la visera hacia atrás. Se mueve abruptamente. Como si tuviera un párkinson que hace rato se salió de control.

"Hola a todos, cómo están. ¿Bien?", pregunta Camilo Sánchez al público, quien en coro responde. "Bieeeeeeeeeeeeeen".

"Como pueden ver yo no estoy tan bien. Padezco una enfermedad que se llama Síndrome de Tourette. Es una enfermedad que produce unos movimientos involuntarios, porque si fueran voluntarios no las haría (...) veo gente confundida, como que no saben si están viendo Sábados Felices o una Teletón". Es el poder de burlarse de sí mismo. Es humor negro puro y duro. 

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Esa capacidad de convertir su enfermedad en una rutina de humor, llevó a Camilo Sánchez a convertirse en el mejor humorista de Sábados Felices durante el 2018. Ganó $145 millones. "Con esta plata compro la casa para mi mamá y el resto la invierto comedia y a una cachucha". En el programa final, Sánchez se enfrentó con Andrés 'El Pato' Velásquez, Los Ferriñiquitos y a Jorge Torres 'El Diablo' 

Así fue la primera aparición de Camilo Sánchez en Sábados Felices

El NIH, National Institute of Neurologia Disorders and Stroker, explica que "es un trastorno neurológico caracterizado por movimientos repetitivos, estereotipados e involuntarios y la emisión de sonidos vocales llamados tics. El trastorno lleva el nombre del doctor Georges Gilles de la Tourette, neurólogo pionero francés quien en 1885 diagnosticó la enfermedad en una noble francesa de 86 años"

En diálogo con El Gráfico de México, país en el que Sánchez también ha desarrollado su carrera, señala que hace unos años "estaba muy acomplejado, siempre lo trataba de ocultar, pero los movimientos se alteran entre más emociones se perciba. Estuve 12 años preparándome con él, pero cuando empecé a hablar de mi condición en mis rutinas, empecé a tener más seguridad, me quitó los complejos".

"Mi mamá no tiene Tourette, pero sí tiene unos genes terribles"

Por * Redacción medios

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