Proceso de restauración de tumba de Jesús será emitido este domingo por NatGeo

Un documental recopila los trabajos que adelantaron científicos durante nueve meses en la tumba ubicada en la iglesa del Santo Sepulcro de Jerusalén. Nuevos resultados de datación indican con seguridad que la construcción original del recinto de la tumba actual tuvo lugar en la época de Constantino, el primer emperador romano cristiano.

Redacción medios
16 de diciembre de 2017 - 07:49 p. m.
El especial "Explorer: La Iglesia del Santo Sepulcro" se emitirá este domingo 17 de diciembre a las 8:30 de la noche (hora Colombia). / Cortesía National Geographic
El especial "Explorer: La Iglesia del Santo Sepulcro" se emitirá este domingo 17 de diciembre a las 8:30 de la noche (hora Colombia). / Cortesía National Geographic

En 2016, los científicos abrieron por primera vez -en al menos dos siglos- el lugar considerado por los cristianos como la tumba de Jesús, en la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, con el fin de adelantar operaciones de renovación que, a su vez, permitieron efectuar análisis de los materiales y de las estructuras. (Galería Tumba de Jesucristo luce en la Iglesia del Santo Sepulcro tras restauración).

Durante el proceso, expertos retiraron la placa de mármol que recubre la tumba. Tres días duró la restauración en esta iglesia, situadas en la ciudad vieja. Según informaron los expertos, era la primera vez que esta piedra sepulcral era desplazada desde el año 1810, cuando se llevaron a cabo otras obras de rehabilitación, después de un incendio, señaló el padre Samuel Aghovan, el superior de la iglesia armenia.

Todo ese proceso de restauración fue captado por las cámaras de National Geographic y quedaron registradas en el especial "Explorer: La Iglesia del Santo Sepulcro" que emitirán este domingo 17 de diciembre a las 8:30 de la noche (hora Colombia).

Ubicada en Jerusalén, a lo largo de los siglos la iglesia del Santo Sepulcro ha sido objeto de ataques violentos, incendios y terremotos. Quedó totalmente destruida en el año 1009 y se reconstruyó posteriormente, lo que ha llevado a los académicos modernos a cuestionar si realmente se trata del lugar identificado como la sepultura de Jesucristo por una delegación enviada desde Roma hace unos 17 siglos.

Ahora, los resultados de pruebas científicas parecen confirmar que los restos de una cueva de piedra caliza dentro de la iglesia son restos de la tumba localizada por los antiguos romanos, y eso es lo que exhibirá en la pantalla chica el canal NatGeo.

Las muestras de mortero tomadas de entre la superficie caliza original de la tumba y la losa de mármol que la cubre datan de en torno al año 345 d.C. Según los relatos históricos, la tumba fue descubierta por los romanos y consagrada en torno al año 326 d.C.

 

Hasta ahora, las pruebas arquitectónicas más antiguas descubiertas dentro y alrededor del recinto del sepulcro databan de la época de las cruzadas, por lo que se creía que tenía poco más de 1.000 años.

Aunque es arqueológicamente imposible afirmar que la tumba fue el lugar de reposo de un judío conocido como Jesús de Nazaret, quien según el Nuevo Testamento fue crucificado en Jerusalén en el año 30 o 33 D.C., los nuevos resultados de datación indican con seguridad que la construcción original del recinto de la tumba actual tuvo lugar en la época de Constantino, el primer emperador romano cristiano.

La tumba se abrió por primera vez en siglos en octubre de 2016, cuando un equipo interdisciplinario de la Universidad Politécnica Nacional de Atenas llevó a cabo importantes trabajos de restauración en el templo que contiene la tumba, conocida como el Edículo.

Fue entonces cuando se tomaron diversas muestras del mortero de diferentes lugares del Edículo para su datación y recientemente la supervisora científica principal Antonia Moropoulou, que dirigió el proyecto de restauración del Edículo, envió los resultados del análisis a National Geographic.

Cuando los representantes de Constantino llegaron a Jerusalén en torno al año 325 d.C. para localizar la tumba, supuestamente les indicaron un templo romano construido unos 200 años antes. El templo romano quedó arrasado y las excavaciones bajo su estructura revelaron una tumba excavada en una cueva de piedra caliza. La parte superior de la cueva se retiró para dejar al descubierto el interior de la tumba y a su alrededor se construyó el Edículo.

Una característica de la tumba es una especie de repisa larga o "lecho funerario" que, según la tradición, habría sido el lugar donde se puso el cuerpo de Jesucristo tras su crucifixión. Los estantes y los nichos como estos, tallados en cuevas de piedra caliza, son un rasgo habitual en tumbas pertenecientes a judíos ricos de la Jerusalén del siglo I.

Se cree que el revestimiento de mármol que recubre el "lecho funerario" se instaló en 1555, como muy tarde, y que probablemente estuvo presente desde mediados del siglo XIV, según los relatos de los peregrinos.

Cuando se abrió la tumba la noche del 26 de octubre de 2016, los científicos se quedaron sorprendidos por lo que encontraron bajo el revestimiento de mármol: una losa de mármol más antigua y quebrada, con una cruz grabada, descansaba directamente sobre la superficie original de piedra caliza del "lecho funerario".

Algunos investigadores especularon que esa losa más antigua podría haberse colocado durante la época de las cruzadas, mientras que otros ofrecieron una fecha anterior, sugiriendo que podría haber estado allí y haberse roto cuando la iglesia quedó destruida en el año 1009. Sin embargo, nadie está dispuesto a afirmar que se trate de la primera prueba del primer santuario romano en este lugar.

Los resultados del nuevo análisis, que revelan que la losa inferior probablemente se colocó a mediados del siglo IV bajo las órdenes del emperador Constantino, son una grata sorpresa para los estudiosos de la historia del monumento sagrado.

"Obviamente, esa fecha ha dado en el clavo hiciera lo que hiciera Constantino", afirma el arqueólogo Martin Biddle, que publicó un estudio muy influyente sobre la historia de la tumba en 1999.  "Es algo extraordinario". (Galería La tumba de Jesús en la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén).

Durante la restauración del Edículo, que duró un año, los científicos también pudieron determinar que una gran cantidad de la cueva funeraria ha quedado dentro de los muros del templo. Las muestras de mortero tomadas de los restos de la pared sur de la cueva datan de los años 335 y 1570 d.C., algo que aporta pruebas adicionales sobre los trabajos de construcción del periodo romano, así como una restauración documentada en el siglo XVI. El mortero de la entrada de la cueva data del siglo XI y concuerda con la reconstrucción del Edículo tras haber quedado destruido en el año 1009.

Las muestras de mortero se analizaron de forma independiente en dos laboratorios por luminiscencia estimulada ópticamente (OSL, por sus siglas en inglés), una técnica que determina cuándo se expuso más recientemente a la luz el sedimento de cuarzo. Moropoulou y su equipo publicarán sus resultados científicos en el próximo número de la revista Journal of Archaeological Science: Reports.

Por Redacción medios

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