"Queremos sembrar en los televidentes la curiosidad por nuestra historia": Gonzalo Córdoba

Caracol Televisión rindió tributo a Simón Bolívar, el hombre, el amante, el libertador, personaje de la historia nacional, a quien va dedicada su nueva superproducción, que llega a la pantalla este miércoles 18 de septiembre a las 9:00 p.m. Este fue el discurso completo del presidente del canal en el acto de lanzamiento.

Redacción medios
14 de septiembre de 2019 - 02:08 a. m.
Gonzalo Córdoba, presidente de Caracol Televisión.  / Cortesía
Gonzalo Córdoba, presidente de Caracol Televisión. / Cortesía

“Usted, sólo usted debe saberlo” advirtió Bolívar a Santander hace 200 años cuando le confió uno de los planes militares y políticos más fantásticos de la historia: cruzar los Andes hacia Bogotá para sorprender al Ejercito Realista. Muchos años después, en este día de celebración, nos reunimos a pocas cuadras del lugar donde se brindó por la gloria republicana para festejar la llegada a nuestra pantalla de la serie que honra su vida y su legado. Varios meses antes de empezar a pensar en cómo celebrábamos nuestros primeros cincuenta años, empezamos a planear la que sería la producción más ambiciosa de la televisión colombiana: la serie que llevaría a Colombia y al mundo la vida del libertador, Simón Bolívar.

Y no digo que sea la más ambiciosa solo por la enorme cantidad de locaciones que recorrimos para producirla o la impecable dirección de arte, o los grandes actores que dieron vida a los personajes. Ha sido la más ambiciosa porque desde el principio nos propusimos no solo llevarle al público la historia del libertador desde su infancia hasta su muerte, sino esa dificilísima tarea de hacerlo a través de sus amores, sus mujeres, y su pasión por la libertad.

 

En la serie descubriremos a un Bolívar caribe, un niño hiperactivo e indomable que a los nueve años pierde todo lo que le importa en la vida y se encuentra en medio del dolor y la desesperanza con su gran maestro Simón Rodríguez. Ese profesor que le muestra el mundo más allá del dolor; que le siembra el amor por la naturaleza, la aventura, el conocimiento y finalmente canaliza su ansiedad y su desesperanza, invitándolo a dejarlo todo para salir a conocer el mundo y darle así, un sentido a sus privilegios.

Claro, contaremos su formación militar, su vocación política y libertaria. Pero conoceremos también y de manera muy especial, las mujeres que marcaron su vida. La madre que adoró y admiró; la esclava Hipólita que se convirtió en madre solo para ayudar a criarlo; sus hermanas y luego a María Teresa, la mujer con quien conoció el amor romántico y el dolor profundo. Las veremos en primer plano, ocupando el lugar indispensable que tuvieron y que hasta ahora se les había negado. Las tendremos a ellas y, por supuesto, a Manuelita Sáenz. A ella también quisimos darle el lugar en la historia que jamás se le había reconocido.

La niña discriminada y confinada en un convento en Quito, que ya era una gran revolucionaria antes de conocerlo y que tenía una personalidad arrolladora y un sentido del humor poco común para su época. Manuelita fue el amor libre de Bolívar, sin papeles ni exigencias ni compromisos. Fue su compañera de mil batallas, su interlocutora política y la gran administradora de sus amores y sus odios. Fue la libertadora del libertador y lo acompañó hasta la muerte. Así la quisimos mostrar y estamos seguros de que es uno de los personajes más entrañables de la serie.

 

Mas de 120 países ya vieron la serie y los reportes que tenemos nos llenan de satisfacción. Familias reunidas conociendo la historia, comparando lo que sabían, sorprendidos por lo que no conocían. Televidentes enamorados de los personajes reales y los de ficción. Sufriendo por sus desventuras y siguiendo la ruta libertadora como si la estuvieran viviendo hoy, en cada uno de sus países. Muchos salieron corriendo a comprar una biografía para saber si el encuentro con Miranda fue así, o si es cierto que San Martín estaba tan enfermo.

Con el computador en mano vieron uno a uno los capítulos investigando qué es historia y qué es ficción. Jóvenes que se declaran adictos devorando capítulos y para quienes Bolívar, Santander, Córdoba, Sucre, Nariño y Manuelita ya tienen cara y tienen voz. La historia de la independencia ya no son esos personajes acartonados de los libros sino unos seres de carne y hueso; con debilidades, contradicciones, triunfos y derrotas. Han entendido la dimensión de lo sucedido en los llanos, en Pisba y Boyacá. Han podido llorar con el libertador, amar con él, pelear en sus batallas. Gracias a la serie también le han dado un valor y una dimensión distinta a lo que está sucediendo en sus países ahora.

Desde hace varios años nos propusimos que nuestra televisión y todo lo que hacíamos tuviera un sentido. Que nuestros esfuerzos como compañía de producción de televisión fueran más allá de cumplir con responsabilidad y pluralidad en la información y el entretenimiento. Por eso hemos apoyado la más importante producción de cine y documentales que se ha hecho en el país y que ponen en la agenda temas del mayor interés, con relevancia, responsabilidad y calidad. Eso hicimos en nuestra participación en películas como Monos, Pájaros de Verano, y la que estamos terminando de producir: “El olvido que seremos”. También en documentales como El Testigo y el Sendero de la Anaconda. Todas producciones e historias que han trascendido las pantallas para convertirse en referentes, marcando la pauta en cada uno de los temas que tocan.

 

Pronto en nuestra pantalla estará Bolívar y tenemos la certeza de que en Colombia sucederá lo mismo que ha sucedido en tantas partes. Estamos seguros de que veremos la serie y seguiremos con pasión los personajes, sus vidas, sus amores y sus pasiones. Mucho se ha dicho que en los colegios hace años que no se enseña historia y no pretendemos hacerlo ahora. Lo que queremos es llegarles al corazón, abrir sus mentes y sembrar en los televidentes la curiosidad por ese pasado, por sus personajes, sus gestas valientes que hoy nos parecen imposibles. Queremos que todos se sientan movidos por su pasado y que la historia se ponga de moda, para que el presente adquiera un sentido. Si lo logramos, una vez más nuestro trabajo habrá valido la pena.

Por Redacción medios

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